Friday, December 20, 2013

Cabeza escamada

Tiene la mente seca y arrugada, tiene la cabeza como una esponja al sol, tu cerebro es ya solo filamento, hojas de otoño, nada que pueda dar mucho más que hablar. Mis botas. Míralas, mis botas, siempre allí, raiéndose, permíteme decirlo, de raídas. LA fiesta en el pueblo y mi cabeza seca, sin embargo retengo buenos recuerdos, dios lo sabe. Hasta ahora nunca me había arrepentido de perder el tiempo. Es ahora cuando la cosa empieza. Por eso he de bajar, ir al sur de los asuntos. Mimética de la polla. Lo dicen y lo decimos. En el trabajo, en la intimidad, en el traspaso social, lograr ser uno mismo. El mérito está ahí. Vomitas y te duele la cabeza, y todo te la suda. Es cuando más vivo te sientes. Cuando no tienes nada que ocultar. Porque cuando no escondes nada, vuelas. Me ha pasado alguna vez. He sentido cómo se abrían mis alas, como, se me ensanchaba el torso y entraba el aire por mis fosas, he notado como el pecho se hinchaba. Es entonces cuando te miran con respeto. Y te ves bonito. Es entonces cuando dices “coño, merece la pena estar aquí después de todo”.  Cuando te descargas de todo lo que te ha enseñado el sistema.

Sería genial ser un animal con cabeza. Pero por desgracia sólo soy un hombre.

Wednesday, December 18, 2013

Mordiendo cloaca

No, no es que esté mal. Me han enseñado a pensar que no es que esté mal. No es que esté yo mal. Me han enseñado que hay una ciudad solitaria, y es allí donde debo dirigirme. De camino a ese lugar, atravesada me he encontrado la villa de Calafell. En ese pueblecito, los asuntos pendientes y las promesas por cumplir aun tienen cierto peso sobre mi espalda. Pero creo que allí, se empieza a estar bien. Nunca, nunca antes, había notado tan claramente todo lo que me falta. Algunas cosas me abandonan. Me abandonan. La que más me preocupa es la frescura, que va de la mano de la motivación por el día a día. Todo ello acaba afectando a mi capacidad creativa.

Antes veía más que personas, cuadros. Furia y dentelladas. Podía machacar a cualquiera sólo por su aspecto. Cada visión era incisiva y profunda. Veía los objetos y los animales detrás de las personas. Viajaba llevado por la rabia y la potencia a lugares maravillosos.

Mi piel actualmente es amarillenta, mi tez desprende aroma a muerte. La luz del flexo es la luz de mi vida, enfermiza, cerrada, viciada y vacía. Llena de polvo. Yo en su día creí que las cosas llegarían solas. Pues bien, aquí estoy anclado en mis propios anhelos.

Algo debe cambiar en la ciudad.

Friday, December 13, 2013

La casa arde, vas dos por debajo; Calafell arde, dos a bajo. Ellos sangran, uno arriba. Aún hay tiempo para rescatar al pequeño, Dos arriba. Aún hay tiempo para rescatar al pequeño. Dos, joder, dos arriba. Entras, la madera dificulta el paso,  la cerveza, el dolor de estomago. Calafell sigue ardiendo, tres abajo, MaJesús arde, 4 arriba. MaJesus estaba prodigiosamente buena, te acuerdas? Tomaba el sol en el césped junto a Silvia y a Núria. 

Wednesday, December 11, 2013

Lo que da de sí el maxilar


Sin embargo, allí donde la carga del estrés se manifiesta, es más la zona temporo-maxilar derecha, aquella que no ha sido aboyada tras el traumatismo. Es ese hecho, el que me hace pensar, que quizás tal y como obramos por naturaleza, no acabamos de encontrar la solución adecuada a nada. Sí, porque hoy en día, obrar por naturaleza es dejarse llevar. Nada que  ver con la idea de obrar CON naturaleza.

Hoy leía un artículo interesante sobre las reflexiones de la gente que se enfrenta a sus últimos días de vida. Me sorprende  coincidir con sus reflexiones de un modo tan preciso cuando, que yo sepa, la muerte todavía no me acecha a la vuelta de la esquina.

Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí.

Me ha dejado más que preocupado leer esto. La gente se suele arrepentir esto justo antes de marcharse. Entonces, en qué lugar quedo yo? ¿Cuál es, de tan alto, el grado de ineptitud que ostento?

Mi temporo-maxilar  me recuerda muchas cosas. Por ejemplo, que quise querer a quien pedí diagnóstico después del fatídico incidente. También me recuerda que a menudo, obrar por naturaleza no es correcto. Hay que hacer un esfuerzo frente a las corrientes venideras, que ya no son las que eran. Pues esas, te hacen creer que lo correcto es sobrevivir siempre direccionado a la competencia frente a tus semejantes, tratando de sobresalir para que los que te conocen digan que eres mejor o te tengan envidia.
“Hay que cultivar valores en la tierra para trascender de un modo armónico”, me atrevería a decir, desde mi humilde punto de vista de aficionadillo a la reflexión.  

Después de esto, pienso en ir a calafell, ese lugar metafísico donde desemboca mi desespero, pienso en eso, en una muchacha de 19 años, pienso en dar por culo a todo, pienso en la música, en mi galopante alopecia, pienso en que todo, absolutamente todo, fuera cortarse un brazo para dejar atrás la angustia que llevo dentro. Después pienso en el daño que nos inflige el sistema de la manera más vil, aplacándonos sin nosotros ser conscientes. Entonces espero a que digas que tengo salud y trabajo, que gano poco, pero gano. Espero a que digas que tengo juventud, mientras veo como te has convertido en otro lacayo de las corrientes, en un valedor de las condenas que nos imponen los grandes inversores del mercado, verdaderos dueños de nuestras vidas.





Thursday, December 05, 2013

La protesta más dulce


Venga, ven aquí, acerca tu mano, apóyala sobre mi pecho, apoya tu cabeza, déjate llevar por la suavidad de un ritmo incesante, déjate seducir por las luces de color. Es tarde, ya lo sé, pero la música va a seguir sonando el tiempo suficiente para dejar de pensar en ella. Va a sonar lo suficiente para que dejemos de estar pendientes de todo lo demás y nos dediquemos a navegar por un mar en donde sólo estamos tu y yo, y la brisa que mece nuestro espacio.

Los compañeros toman cerveza, ríen, parecen pasarlo bien, y al fin todo cuadra.

Aquí nunca se hará tarde. Todos irán pasando, y nosotros seguiremos en el mismo lugar, bien juntos, balanceándonos levemente, de un lado al otro, al son de una música que ha dejado de preocuparnos.

No se te ocurra, no se te pase por la cabeza lo que hay ahí fuera. Creo que lo hemos visto suficientes veces. Desespero, mucha velocidad, rivalidad, ansias por llegar a algún lugar, el que sea. Egoísmo.

Con nuestras manos entrelazadas, y tu cabeza en mi pecho, Pedimos que dejen, los de ahí fuera, que nos rindamos. Pedimos, por favor, que dejen que nos demos por derrotados, pedimos que nos olviden, que nos dejen tirados, que nos declaren  vencidos, que nos expulsen de sus vidas.


Así, bailando entre el gentío, tan discretamente como el viento que sopla en una mar en calma, lanzamos el manifiesto  más salvaje: no merece la pena existir para nadie más.

Tuesday, December 03, 2013

PsaicaMar

Escucho su latido, marco la ubicación en el mapa, el mar se calla: pronto echo en falta su rumor. De repente en la parte superior de la popa, el viento encuentra un hueco  en donde ponerse a silvar. Ella empieza a respirar dificultosamente, algo la anega. Apoyo mi cabeza en su estómago. Una roca, un mineral, o quizás algo menos romántico, un plástico, por ejemplo. La cubierta está húmeda, y la embarcación no puede avanzar más de 10 nudos por hora con el peso de ella. Vuelvo a recostar la cabeza en ella, ahora un poco más cerca de su parte superior. Acaricio su aleta. Noto su pulso lento, y tengo la sensación de que no aguantará el trayecto hasta la costa. Pienso en usar la radio para llamar a una embarcación de mayor eslora y potencia, para que venga a recogerla y se haga cargo.

Es preciosa, pienso. Es preciosa y brillante. Y entiendo a quién pudo a llegar a creer en ellas… la acaricio, me atrevo a acariciarla, y noto que me habla. Me dice que no tiene nada, que nunca ha tenido nada y que por eso eligió el mar. Tener nada no te ata a nada. La verdadera libertad duele más que la herida que le ha causado el objeto que la ha traído hasta aquí. ME dice que yo soy de los pocos que puede entenderla, y a medida que habla, su curvatura se va pronunciando, y su melena se dora. Allí tirada, ángel de dios, me explica que nada es nunca lo que parece. Que me lo digan a mí, le contesto, que ahora que la veo no parece para nada aquello que he recogido del mar. Ella sonríe, me dice que le parezco tierno, y que una vez, ellas y nosotros compartimos hogar. Le pregunto que cuánto hace de eso, y entonces me contesta que fue” hace dentro de diez mil años”, que no me preocupe. ME dice que no cuente nada de eso, que sólo creerán que estoy loco. Que guarde el secreto junto al mar, y que si alguna vez siento la necesidad de compartirlo, me coloque en la borda, y lo comparta cuando tenga la certeza de que no hay nadie más cerca.


Ya lo sé. Ya sé que hay cosas que merece la pena guardarse. Ella disiente, tose, mi cabeza se desliza por su masa viscosa, resbalo, pierdo el equilibrio y caigo al suelo. El mar se ha enfurecido de repente y ella ya no está. No me importaría ser engullido por la tormenta. Nadie me espera, y yo, lo poco que puedo esperar, está al borde de la fantasía.

Monday, December 02, 2013

8 años


Noviembre o diciembre, qué más da. Es la despedida a ti, y a la zona aquella dónde crecí pasando de la post adolescencia a la parte que hay delante de la edad adulta. Recuerdo que pisaba los mismos locales musicales que tú pisarías más tarde. Recuerdo que me enamoré donde tú después te enamorarías, que besé allí dónde tu besabas. Recuerdo también que cometí los mismos errores que tú ahora cometes. El problema, es que cuando tú te equivocaste, lo hiciste conmigo. Yo ya era de otra generación, te sacaba unos cuantos años, y quise vivir aquello que sucedía entre nosotros sin ningún tipo de miedo. Sabía que tú no te lo ibas a tomar igual por tu parte, pero ¡qué podía hacer yo? ¿Querer como solía querer hace 8 años, para así estar a tu altura?


No pasa nada, ahora te has ido, y yo lo llevo bien excepto en los momentos en que escucho la música que tu hubieras escuchado si hubieras tenido esta misma edad que tienes, pero ocho años antes en la historia. Lo llevo bien excepto cuando aprieta el frío industrial, aquel que sentía en el polígono del extrarradio. No pasa nada, cuando me asedia tu recuerdo, aprovecho para escribir, porque con todo lo que se estropea, como aquella tontería de historia que tuvimos, siempre se puede arreglar otras cosas, como esta tediosa tarde de noviembre en el trabajo.

Y por mucho que digan los demás, yo prefiero que me hagas escribir a nunca haberte conocido. 


Thursday, November 28, 2013

La fugacidad de tus rizos

Por esos momentos que sólo tú y yo entendemos, por nuestra despedida, y por todo lo que dijimos que quedaba por vivir juntos después de lo compartido, todo aquello que nunca llegó.


Todo empezó cuando éramos aún niños, y ahora, que han pasado 10 años, ya no nos tenemos. No tenemos nada. Y me veo obligado a decir que si te tuviera que pedir un abrazo, te pediría uno como el primero y nunca como el último. 

Tuesday, November 26, 2013

La navidad nos descubre

Cientos de gatos y chuchos se amontonan en las callejuelas. Escena recurrente donde las haya. Cuando el invierno aprieta, el helor arrecia y las fiestas se aproximan; los pequeños detalles parecen cobrar importancia. Hay mucha, muchísima gente que no tiene donde ir, donde cobijarse del frío; los cajeros, los portales, se convierten en moradas improvisadas. Los cartones son tesoros valiosos, serán la colcha de esta noche y la de mañana, si llega el mañana. Nosotros, los de bien, nos llamamos por teléfono los unos a los otros, nos enviamos mensajes, hablamos de nuestros problemas como siempre hemos hecho. Queremos que se preocupen por nosotros, y nosotros tratamos de preocuparnos por los nuestros. Pero ahí fuera anda una muchedumbre sin nombre a la que nos hemos acostumbrado a ignorar. Son personas, eso lo sabemos. Personas como nosotros, pero que han perdido el anhelo de ser recordadas. Personas que han renunciado a todas esas gilipolleces que a nosotros creemos que nos mantienen en pie. Pensamos que pensamos en la familia, los amigos, en nuestros seres queridos. Pero no es en eso en lo realmente que pensamos cuando decidimos que hemos de seguir como seguimos. Cuando decidimos seguir como seguimos, es porque pensamos en el miedo a caer al vacío, en perder el reconocimiento, el prestigio social alcanzado.  Las personas que nos quieren deberían, digo yo, estar ahí siempre.  Todos estamos preparados para dar lo mejor de nosotros mismos. Pero amenudo nos equivocamos, raras veces llegamos a la expresión final del amor, que no entiende de lazos ni vínculos. Tampoco de fronteras. Solo entiende de injusticias. Porque el amor de verdad es justo y frío. Implacable como el propio invierno.


Así que quizá, ser buena persona  no consiste en lo que nos explican aquellos que tenemos más cerca. Consiste en una búsqueda individual que debería llevarnos, ojalá no me equivoque, a un lugar común. Porque cuando hablamos de valores absolutos, como el amor y la justicia, es más sencillo de lo que parece encontrar la respuesta  a cualquier pregunta.

Wednesday, November 20, 2013

Histerismo en la red

  • Dobbie

    no sé qué está pasando
    hoy he notado mis 30 años cuando al pedir el desayuno por segunda vez me ha tocado una lata de Cocacola que ponía "Abuelo"
    no lo soporto, es una señal maquiavélica
    Lobby estamos alicaídos, hemos de levantarnos, mi polla está más dura que nunca gracias a la jalea real de mi madre
  • Lobbie

    el tiempo es un tren que hace del futuro el pasado, de repente te deja en una estación cualquiera, con tu cabeza presionada contra un cristal

  • Dobbie

    y no la aprovecho nada, nada de nada

  • Lobbie

    voy a tomar jalea, porque jaleará a mi polla

  • Dobbie

    ajajajajajjaja
    noto que se me escapa el amor lobby, lo noto cada día ma´s
    que me acerco a la música pero pierdo el amor

  • Lobbie

    es tarde para nosotros. El amor luce en el firmamento y nosotros cometimos el error de clavar nuestros pies en la tierra.
    la música es el revitalizante, la hogaza sucia y nutritiva que da alivio a nuestra existencia
    la música es la vía, pero el origen es el amor. Aún no tenemos nada claro

  • Dobbie

    el Universo quiere que esté en esta situación para hacer canciones que valgan la pena él sabe que con novia me dormiría, esto lo pedí hace tiempo al Universo y me lo ha concedido hasta el punto que me bloquea cualquiero posibilidad de encontrar el amor

  • Lobbie

    estar solo es una oportunidad para superarse, pero son necesarias también pequeñas historias en forma de romance, para salpimentar este paseo solitario; convertir cada beso pasajero en la chispa que combinada con nuestro amor propio, va a devenir la canción límpida y vívida que anhelamos

  • Dobbie

    Y no se conforma con ello sino que me llama "Abuelo" para que espabile porque el tiempo pasa rápido, es todo tan fascinante...
    parecía una pequeña broma al principio, que todo cambiaría y con el tiempo estoy comenzando a ver la cruda realidad, que simplemente soy un fractal más y que puede que nunca más halle el amor

  • Lobbie

    la vida, según tú, contra ti conspira. Yo prefiero pensar que somos dueños incluso de neustras últimas acciones. Que el mérito está en encarar las vicisitudes y casualidades con la cabeza alta y con la sonrisa preparada.

  • Dobbie

    sólo me puede salvar algo

  • Lobbie


  • Dobbie

    follar en espirales

  • Dobbie

    en eso coincidimos
    follar en espirales o calafell
    pero bueno, son dos maneras de decir lo mismo

Monday, November 18, 2013

Lunes a bocajarro



Dime dónde has estudiado y te diré quién eres.
Dime cuánto has pagado y te diré donde estudias.
Y a todo esto la virtud permanece en lo más profundo de mi culo.

Paso la lengua por el reverso del lunes, por su patilla, a contra pelo. Chupo a bocajarro el desperece del lunes, dejo que sus zarpas me abran la espalda, que se rebote, que saque su lado más oscuro a la superficie. Lunes y yo tenemos unas palabras, de hombre a hombre, por encima de la cafeína, hoy lo que entra en vena es la bruma que ahoga las cumbres de la pequeña sierra que rodea mi ciudad. Todo va pasando, y lo mejor de la lucidez en forma de maraña que nos acerca el lunes,  es que lo que debe importar verdaderamente poco, importa poco. Un sonido sofisticado, pero que sin embargo emula aquello que brota de los instrumentos de madera-aire más cuidados, me ayuda a recocordar lo que pensaba antes de nacer: No importa ni el trabajo, ni el prestigio, ni mi agenda, no importa todo aquello que no te debe importar en el suspiro antes de tu vuelta al útero materno.


En la cima, instantes antes de la muerte, miraré hacia atrás y hallaré la incomprensión con la que damos todos. Y si alguna cosa le resta intensidad en su absoluto sentido,-hablo del sentido de la incomprensión-, será haber llenado mi tiempo con las cosas que verdaderamente me hayan importado. Y esas cosas, a veces tiendo a creer que son las que interesan a los demás, que son aquellas cosas por las que he de responder al resto. Y algo es claro: para nada esa visión me salvará de la angustia de desaparecer en la eternidad.

Wednesday, November 13, 2013

Graduándome a 0

Ni siquiera la respuesta, ni siquiera merecí aquél tipo de compensación; ni siquiera el respeto, ni siquiera alguna forma de aprecio. A veces las personas somos tan poco humanas, que uno siente envidia de los atardeceres, de la curvatura que dibuja el sol en el firmamento mediante cualquier manido lapse time. A veces, incluso para mi, es extenuante este mundo. Te vacía como si fueras una gallina descabezada, y después has de recoger los restos de lo que una vez fuiste. Todos esparcidos por las ciudades que te han visto pasear con ella.

He recibido, me ha tocado recibir más incertidumbre de la necesaria, me ha tocado llamar a una puerta y esperar, cuando debería haber corrido como un niño. Yo también sé jugar a no tener memoria, a borrar de mi expresión cualquier atisbo de emoción. Y si está es la lección, si es que la hay, si es una lección, no entra en mi cabeza. Estoy hecho para otras cosas. Ahora sé que estoy hecho para otras cosas. Ahora sé un poco mejor cuáles son mis valores. Uno de ellos, es el de no juzgar. Colinda con el respeto, es enemigo de la incertidumbre  que me baña. Esta sensación de que estoy vivo, que ya la conozco bien, es un poco distinta hoy. Si bien en otras ocasiones he podido demostrar algo, por descorazonador que fuera a ojos de los demás, esta vez me han robado incluso ese privilegio.  Andaba cogiendo carrerilla y me tumbaron algunos espontáneos. No tengo fuerzas ni para dejarme llevar por lo que escribo, ni para emocionarme por la pérdida. De nuevo me encuentro únicamente contra las malas formas. Deseando colocarme solapas y lucir gemelos. Como si así demostrara cuánto ansío la amabilidad.

La lesión de messi no ayuda, tampoco mi ausencia en el salón. Mi demencial fase en calafell es preocupante. EL grupo trastea como siempre, el avance es exasperante de tan nimio. Se ciernen las luces de la navidad, y no tengo dinero suficiente para comprar toda la tecnología que quisiera. La tecnología necesario para llevarme bien con el mundo de hoy. Una vez alguien me dijo que si compras muchos elementos tecnológicos mueres en vida, pero de forma placida. Digamos que te mimetizas con el alrededor, pero siempre incapacitándote para interactuar con las emociones humanas más autenticas. Te gradúas a cero. Dejas de existir sin hacer ruido, no molestas a nadie. La melodía de tu desaparición es dulce; como que suscita sonrisas sin saber muy bien porqué… para ti tampoco es doloroso… bebes leche en el colegio, tienes problemas y te vuelves reactiva a la lactosa, los días pasan, sales de casa, de allí al cole, del cole al teatro, del teatro a a los bares, en los bares los conocidos, y entre los conocidos un desconocido, una mirada, una sonrisa y ninguna palabra. De allí a  su casa, de su casa a tu terraza, de tu terraza al desespero y de allí a la barandilla. Equilibrios en la barandilla, y entre la confusión, quizás un hueco para mí. Y si ese hueco sirve para que te quedes un rato más entre los vivos, te juro que me voy a sentir bien.

Monday, November 04, 2013

Luces de domingo (alt)

Me rasco el cuerpo, una parte de él cuando dicha parte me pica. Me rasco y el hijputa me sigue picando. Puede que tenga cáncer. No es broma. Puede que lo tenga. Este es uno de esos síntomas jodidos.


Pienso entonces que es mejor no pensar. El sueño me machaca. Ayer dormí fatal, hablé con una extraña de ojos de gato. Tenía tanto poder en su mirada que me debatí lo que duró la conversación entre la extenuación y la exaltación de la vida. No la tenía enfrente; jodidos mensajes de textos. Pero ya la había conocido en alguna otra ocasión. A veces pasa que cuanto más te acercas a la piel de una, más extraña te parece. A veces pasa que tener sexo es una manera de desconocerse. Y si estábamos lejos ya al inició, mas lejos estuvimos después de encajarnos, si es que se le puede llamar así a lo que hicimos. Entonces me pongo a escuchar algo de música de los 80, luces del tardecer, por ejemplo, destellos en el firmamento. Entonces pienso que tengo mucho que decirle, pero que lo más difícil es callar precisamente ante el arrollo de planteamientos que se me ocurren para ella. Pero me cuesta y progresivamente voy siendo uno más. Antes de empezar ya voy siendo uno más. Solo juega a mi favor el hecho de saber que ella no sabe que yo me sé tan bien uno más. Aunque nunca se sabe, quizá ella conoce perfectamente mi predisposición a la derrota. Quizá ella es más de lo que me atrevo a pensar. Quizá ella encaje en el vacío, o quizá es que las luces del atardecer, los destellos del neón, han venido para confundirme de nuevo, y hacerme creer lo que no es. Les gusta tanto ponerse una máscara humana… pero siguen siendo nada por dentro, siguen quemándome las entrañas, porque están vacías pero llenas de maldad en forma de incomprensión  Se visten de humanas, las luces del atardecer se visten de sus ojos, y me acaban llevando al mismo lugar de siempre, uno que conozco tan bien a pesar de que se sustenta en algo que se busca pero que no se encuentra. Qué le voy a contara  ella que no sepa, si la única diferencia que hay, si le quitamos el tiempo, es ninguna.

Thursday, October 31, 2013

La escalera de Sara


Llega y se va. Y aunque parece que no ha cambiado nada, todo queda colocado del revés… Llega y se va, como llegan las cosas preciosas a las que entregas tus sueños más humanos. Llega el salón, y ella llega con él. El salón de los dibujos japoneses, y ella, arrastrada, enhebrada con la emoción que el mismo evento me suscita, golpea.

Golpea, y recuerdo sus rincones, que son los míos. Todos y cada uno de los rincones de Sara. Hoy dejé la escalera, la escalera donde viví 4 años. Hoy dejé el el piso donde viví 4 años. Y ella, ella siempre permanecerá en el rincón que hay entre la portería y el entresuelo. Ese siempre será el rincón de Sara. Allí donde nos bebimos hasta la saciedad, allí donde teníamos que asegurarnos de que nuestros cuerpos seguían vivos, palmo a palmo, lengua a lengua. El descansillo donde las puertas del cuarto de agua. Allí, en ese rincón, nos agarraba la pasión y nos obligaba a desnudarnos miedosamente. Allí, expuestos a los caprichos de vecinos que subían y bajaban, yo era enteramente para ella, y ella para mí. Ese maldito rincón es la parte más viva de mis recuerdos y tal vez de mi vida. El rincón que arrastraba millones de instantes detrás, y que valoro ahora más que nunca. Era el rincón de Sara, donde las partes de nuestro cuerpo se imantaban para convertirse en una sola pieza, para encajarse con el testigo único de los rítmicos y amortiguados chasquidos y los leves y entrecortados gemidos de ella. Esa escalera donde nos apoyamos de todas las formas posibles, donde nos entregamos hasta la extenuación, y yo la cubría tan fuerte con mis brazos, le colocaba mis dedos en los labios, y ella me bebía y temblaba, se derretía y se rendía.

Se dejaba vencer destensándose como si fuera una vela de terciopelo desprendiéndose de una nave imaginaria en un día de sol y brisa crecidos…

y entonces, al derribarse ella, me mataba a mí de locura... Sí, ella ligera volaba y se posaba entera en el cuerpo mío, cubriéndome de placer, tan diminuta, insignificante de la rabia, como ella era. Al igual que un manto de hectáreas hilvanado con todas y cada unas de las emociones que uno es capaz de sentir… me invadía implacablemente, haciéndome sentir más perdido todavía, y sin menos referencias que la inmensidad marina.

A dos plantas de la puerta de casa, la lujuria desbocada llamaba a nuestras puertas, y yo la dejaba entrar encantado al igual que ella. Porque allí, en ese espacio y ese instante, nos entendíamos mejor que nadie. En la noche y  en el alcohol, había un sentimiento limpio y su cuerpo pequeño, milagroso, su culo respingón, su figura atemporal, diminuta y perfecta, sus ojos que atravesaban el edificio y la ciudad… todo aquello era demasiado campo de batalla para un pobre soldado que soy yo; un campo de batalla donde luchaba contra la nada, o lo que es lo mismo, contra mí mismo, puesto que a mí me atribuyo mi propia derrota y la consecuente pérdida de la Preciosa y Pasional Sara. Una chiquilla que ahora ha construido su vida sencilla con otro, como es normal.

El salón manga nos pone deacuerdo. Dejo mi piso cuando el evento da comienzo, y ella aparece de la mano de los sucesos emocionantes. Siempre como es ella. Maravillosa de tan discreta.  Viene, y yo apunto la derrota antes de que empiece la enésima batalla, y me agrado en el fragor de la desidia, me agrado viéndome pasear entre los pasillos del salón con ella. Me agrado notando suceder mi vida delante de mi. Me agrado en la escalera porque ella me hizo sentir vivo de verdad, y me sigue haciendo sentir enteramente vivo.



Wednesday, October 30, 2013

Embarazado de Octubre

El octubre te sangra cuando viene el frío. Con él, suele aparecer la mujer más invernal de toda la vida. Solo hay dos mujeres invernales. Una es la de los ojos extremos y profundos. La otra es Björk. Viene, con el sangrado de octubre que es negro. No es saturado.

Tú, en tu ciudad, vas resolviendo traspiés de liana en liana. Ella permanece al final del camino, y se contornea exóticamente, y a pesar de derretirte con la mirada, lo que sientes es frío. A pesar de sudar amazónicamente, sientes helor. Y si alguna mujer pudo haber retratado extrañamente la conexión más directa existente entre el amor y el sexo, es ella. Te baja el octubre a últimos de mes, la paloma de los centros comerciales emerge, y aún sin saber porqué, anhelas la pronta oscuridad, el aire cortante, el siseo de las avispas y la radio mugrienta. Y eso que estás a las puertas de noviembre.  Los cocodrilos van pasando en procesión, la Nicaragüita sigue en el lugar donde la dejaste, y sin embargo tienes frío.

En secreto, deseas que se detenga el flujo o lo que sea que llevas dentro. Detenerte en la punta misma de la posibilidad, en el saliente de la duda, en la cresta del enigma. Dicen algunos que eso significa morir. Otros solo pensamos que es como comerte las uñas más allá de lo permitido. Donde topas con la carne pura, donde se abre el dolor poblando cada rincón de tu cerebro, cada palmo de tu intimidad. Desbordante él, como la brisa que atraviesa todos los rincones del ramal pelado, árbol tu, gilipollas, árbol tú.


Me baja el octubre y con él,  se me cae la máscara, el miedo a la muerte. No me extraña que los viejos nos dejen al bajar el octubre. No es él quien los expulsa. Son ellos los que se dejan seducir. Ceden al sueño eterno ilusionados. Ilusionadísimos, montan en la nave espacial que les lleva a la otra vida. Octubre es zalamero como el sólo, que incluso hace que nos tomemos la muerte a broma. Hijoputa, Octubre. Y su palabra favorita no deja de ser Bienvenida. Bienvenida.

Monday, October 28, 2013

7 segundos




Woooow, dícese; dícese woow; colóqueme, dios colóqueme sin yo hacer un solo esfuerzo más, en la posición fetal perfecta, para el trayecto más corto que hay hacia la profundidad marina.
Estaré hasta arriba de maría, encomendándome a las estrellas, y frontando mi nuca contra su superficie el busca de una unión imposible. 

Todo será poco hasta que regrese. Y cuando regrese, todo será aún menos. Y en ese afán por recolectar todo lo que abarquen mis brazos, en esos momentos mayores que la distancia que sólo se puede medir con la luz,  ni la muerte me va a preocupar.

Todos buscamos algo. Todos buscamos el cometido.  Nuestro cometido.

Es entonces cuando adornamos el árbol y olemos la llegada de la navidad. Encajamos en el marco social a pesar de nuestras ganas de huir de los tópicos. Nos dejamos llevar por las cosas de hoy y de siempre. Llegamos a la copa, colocamos la estrella, encontramos pareja; imaginamos que nieva, abrimos regalos mientras la comedia se sucede en el televisor.

Hay un momento en que no deseas nada y lo tienes todo. Ese momento, en el mejor de los casos dura 7 segundos.

Thursday, October 24, 2013

Germinal


Abatido en la frontera, la sangre se dibuja por debajo de la camisa. Espalda mojada, corre o cojea, sea lo que sea, de medio lado; los haces de luz provenientes de potentes focos, atraviesan la oscuridad; la rajan tan abierta ella; los aviones, esporádicamente cruzan el firmamento, marcando lumínicamente las retinas de extenuado y  quebrando el techo del globo con el sonido de sus turbinas.

“Pronto morderá el polvo”, piensan sus asesinos.

Y así sucede. Se desploma contra la tierra, levantando una polvareda que le glorifica, una polvareda que otorga, si cabe, más intensidad a las luces que le persiguen. Golpea su cuerpo sordo contra el suelo, y el sudor y la sangre se mezclan con la arena.

Completamente rebozado en sus efluvios, atina hacer un último esfuerzo, y se saca del bolsillo del pantalón la estampita y la fotografía desgastada de sus hijos. Siempre una cosa junto a la otra. Le inunda la incomprensión; le trepa tan fervientemente por el cuello que siente cómo se ahoga de dolor.
Quizá no debería haber mirado esa foto en ese momento; quizá se debería haber encomendado al anonimato de la negrura. Al “no soy nada y en nada debo pensar”. Quizá debería haberse entregado sin resistencia a la sinrazón de la eternidad.

Pero lo hizo; en lugar de eso miró la postal de sus hijos; y apuesto que ese pensamiento; ese pensamiento irreductible vomitado en ese último halo de vigor y violencia, germinó. Germinó de algún modo. Porque hay sensaciones que son indisolubles.

***


Hoy en día pisamos esta tierra de histórica confrontación, y sentimos cómo se eriza nuestra piel. La historia, brota precisa de nuestras bocas sin apenas haberla vivido. Quién sabe, si nosotros mismos aquí, y en este lugar, somos la esperanza florecida de un último suspiro.

Tuesday, October 22, 2013

Soy más de vuelta que de ida

A veces, algunas veces, pienso en los caminos que recorrí, siempre de vuelta a  casa. Algunas veces solo, otras acompañado. Algunas borracho perdido, dando tumbos, otras agarrándome al cuello de mis amigos. Siempre en la oscuridad, siempre desde lo oculto de la gran ciudad; cuando las avenidas callan y las tripas urbe rugen motorizadas: sólo unos pocos nos ven, pero contamos con su complicidad. Podría tratar de explicarlo, pero nunca conseguiría con ello, lo que consigue mi media sonrisa al evocar todos esos momentos, juventud metro a metro, trago a trago, libertad, verdadera libertad y la lealtad. Los restos de esos valores, son los que quedaron atravesados en el hueco más profundo del vientre de mi vida.

Podría tratar de relatarlos, pero no merece la pena. Todos ellos ya no permanecen más que en mi memoria y en la memoria de los míos, y si bien no puedo describirlos, aquí estoy, y aquí estamos, todos aquellos que comprendemos su importancia. Seguimos caminando, y a cada paso que damos, seguimos empecinados en perfeccionar nuestras imperfecciones, en gritar más fuerte y en respetar nuestro propios desparrame y el de los que vienen  detrás. Es así como hemos decidido existir, desde la parte negra, desde el espacio interior, desde la bendita complicidad y la ausencia de palabras. Desde la sorda incomprensión.
Ahí estaremos siempre, en cada camino a casa que haya, en la ruta de regreso, en la vuelta al hogar.

Pero que nunca quepa la duda de que…

De que el día que no nos alejemos lo suficiente de nuestra existencia antes de volver a por ella…
De que la noche que no exprimamos hasta la última de nuestras lágrimas y nuestras risas antes de llegar exhaustos a nuestros orígenes…


El tiempo habrá dejado de importar, y probablemente también nuestras propias vidas.

Friday, October 18, 2013

True Way

Pienso que tener tatuajes no es demasiado importante. Pienso que lo llevo todo dentro, pienso que no tengo imitación posible, pienso que todo lo que sea adicional a mi forma de caminar, se me clava por la espalda, se me clava por la espalda y me rompe. Siempre con las  caras sonrientes alrededor. Cuesta saber quién está de tu lado, quién te habla enserio,q uien te respeta o quien busca sencillamente algo que va más allá del fin que eres como persona. Puede pasar. Yo también obré así, también caminé por las avenidas de NY deseando desaparecer, eligiendo el desenlace más barato; como el final del best seller más adecuado al momento en que vivimos. Yo también fui como los demás esperaran que fuera. Aún hoy lo sigo siendo. Pero ya estoy de vuelta, cansado de brindar palabras para los demás, ahora suelo encontrar el verdadero placer de la existencia en mis propias contradicciones, en la diferencia entre lo que soy naturalmente y lo que mi alrededor es, ya no sé si natural o artificalmente. Me coloco en el balcón, te pido que me acompañes. Nos inclinamos los dos levemente para observar un poco más sobre el ángulo muerto que oculta lo que yace directamente bajo nosotros. LA vida es así, a menudo. Te inclinas de un modo extraño y es entonces cuando ves un poco más allá. Pero nunca puedes desentrañar el misterio. A no ser que lo pagues con la muerte.

Mientras tanto, los coches, ya lo sabes, siguen pasando por la avenida, y aquí, desde el callejón, los ves durante tan poco tiempo, hay tan poco campo de visión, que parecen bolas de fuego brillantes.  


Si hay algún camino de verdad, no creo que lleve al cielo. Sencillamente lleva al mar.

Monday, October 07, 2013

Los sueños húmedos de Arkansas



A veces me siento como un monstruo de voz ronca, como un caracol que avanza con maletín, me rodeo de patinadoras con triquinis de licra, ellas me ecoltan, yo me mantengo estoico; estoy por encima de las vicisitudes; necesito tener romances como quien necesita beber agua. Necesito montar nenas como quien necesita respirar; a veces me siento como una enorme nave espacial que debe acoplarse en la estación nodriza. En una especie de película pornográfica de presupuesto bajo, plagada de situaciones cotidianas. Una oficinista me pregunta si puedo repetir mi numero; una oficinista me pregunta si quiero tener cyber sexo con ella, a veces me siento salvaje, me siento can, me siento perro inconsciente, obcecado en algo que va más allá del coito, pero no sé qué es ni me importa. Quizás por eso, mi rostro permanece inexpresivo. Mientras follo el sol cae, el sol cae, la aurora amanece, la tranquilidad se hace, la noche sucede; el viento sortea los arboles, los ramales cantan, las cigarras acompañan, paso de lo más básico a lo más espiritual afortunadamente obviando mi parte humana. Mi parte huma es un traspié en el circuito, no cabe duda. Hacer el amor, me lleva a la parte más animal, y a la más espiritual por partes iguales.

Porque para romanticismo ya tengo otros momentos. Tengo otras músicas, otros tiempos. Puedo querer quererla en otro plano, otra dimensión; en aquella donde las gotas de lluvia la empapan porque no puede abrir su paraguas. “Hablo de ti”, le digo, “hablo de ti”. Es entonces cuando soy torpe y dulcemente humano. Inocente humano. Es entonces sólo cuando merece la pena seguir en esta piel.


Thursday, October 03, 2013

A las puertas del FIN


De pronto me vi, como diría aquél, a las puertas de una debacle.  Sin haber dormido; completamente superado por mis nervios, colocados ellos a flor de piel, con la sensibilidad de una nena en periodo premenstrual, te lo aseguro, como un suegro la primera vez que se queda a solas con su yerno, mucho peor, si cabe, como un harapo mal tirado sobre la cama, harapo que poco antes había recibido el poso de algún tropezón de su usuario, que ahora caía rendido sobre el mismo colchón.

Lo que ni en mis peores sueños habría imaginado, estaba a punto de suceder.

Yo, contra Delvizius. ¿El campo de batalla? Un bar, un jodido bar en el otro extremo de la ciudad, allí donde  sólo los inmisericordes pueblan avenidas. Travesías  ajadas, anchas y planas.

Apenas pude preparar el repertorio, ese era el mayor de los problemas. Bueno, ese, y lo comentado antes, la falta de sueño. Mis manos sudaban a 4 horas vista del espectáculo. Incluso la mujer que grita había confirmado su asistencia. ¿Qué coño significaba aquello? ¿De qué manera iban a colisionar mi mundo más intimo con el más alejado de lo que soy naturalmente, el mundo laboral?


Todo lo sabríamos pocas horas después.

Tuesday, October 01, 2013

TPXiXa 2

Es una máquina de trabajar; pienso. Es un puta máquina de trabajar.
Supongo que cuando no tienes nada más, sólo te queda trabajar. Engullir trabajo. Yo no lo entiendo. Con lo bonita que es la paz y la adulación hacia el alrededor desde un elevado estado espiritual…

Ella sólo piensa en trabajo. Trabajo y más trabajo. Es un oso hormiguero del trabajo… Va husmeando por todas partes sin cesar, en busca de trabajo y más trabajo. Y si no hay trabajo, pregunta a todo el mundo qué hacer. Y sí le dicen que ahora no tienen ningún trabajo que procurarle, pero que ya lo tendrán, ella se enzarza en una discusión. “dime ya lo que sabes”, exige a los demás “así puedo ir pensando y preparando algo”. Todos se molestan, pero ponen buena cara, porque no lo olvidemos, en las oficinas pones buena cara aunque te estén tocando bien bien los cojones.

Friday, September 20, 2013

Ninu haz caca



Se creen que no nos damos cuenta, se creen que silenciosamente lo están logrando, se creen que tenemos muy pocas luces; y así, es como ellos piensan que avanzan en sus valores, sus ideales y sus éticas tocadas por Dios.

Ellos nos hacen ir hacia atrás a la misma velocidad que piensan que avanzan.

Ellos coartan nuestras libertad poco a poco, y tratan de decidir sobre nuestras vidas, incidir en ellas y dibujar nuestros propios límites.  Ahora aumentan la edad del consentimiento sexual; como si eso reportara algún beneficio a alguien. La gente se muere de hambre, y ellos se llenan la boca con palabrejas como “aborto”, “homosexualidad”...
Se mezclan entre nosotros y saben perfectamente qué facetas de la sociedad moderna potenciar para parecer más amigables y vanguardistas. Son aquellas facetas vacías, vacuas, sin contenido, a menudo sencillamente vulgares.
El reto para nosotros es sencillo; mantenerse alerta, preocuparnos de todo lo que nos sucede y nos rodea, permanecer leales a la idea de que a veces hay que comprometerse con unos propósitos que compartes con más gente; Es más facil de lo que nos creemos.
Si eres ciudadano, sólo tienes que salir a la calle,
Si eres músico, solo debes cantar por ello
Si eres amigo, sólo tienes que ser justo
Si eres hermano, o tío, o lo que sea, solo has de ponerte en la piel de otros y pensar que pueden querer tanto como tú a los suyos,
Pero sobretodo, si eres persona, hay suficiente con recordar que la verdadera libertad, la que va más allá de la palabra depor sí prostituida precisamente por aquellos casposos y rancios, la verdadera “libertad”, no significa tener derecho a hacer sin preocuparse de nada. Es tener derecho a hacer de todo, preocupándose antes de los demás.



Chucho loco


A mi querido chucho, que con sus ejercicios de exigencia mental hace que durante instantes preciosos me aclare conmigo mismo:
Con frecuencia pienso que todo lo que no se toca o no se siente, pero en lo que se cree, es una manera de huir. Es un afán de encontrar explicación donde no la hay. Un territorio de cobardes. Si todos tuviéramos valor para encarar la vida sin mirar a los lados, no hablaríamos de reikis ni espíritus. Estamos hechos para vivir a base de dos cosas: de nuestros huevos y de nuestra palabra. Y si existen los espíritus, seguro que están hasta los cojones de que intentemos comprenderlos. Cada uno a lo suyo con su organismo.

Tuesday, September 17, 2013

Fake

Lanzan el balón desde la azotea antes de que caiga la oscuridad: Lo gallos de la ciudad, esta vez son de cemento, y cacarean como si les fuera la vida en ello, igual que el recorte que por centímetros salva al mozo del desgarro en el riñón, igual que el pececillo que habita las costas catalanas y que colocas en tus palmas cuando las sumerges bajo el agua, pero que se desliza cuando las elevas para entrar en contacto con tu medio, que es el aire.
El balón, ha caído esta vez del tejado al pavimento. Y allí estoy yo. Estoy yo con todo lo que me dicen, los cumplidos, las críticas, los halagos y las calumnias. Todo a mi espalda.  Puedo dejarme llevar por la furia, por la rabia; intentar acabar con todo. Puedo esperar como un cobarde, a que el temporal pase, pensando que lo que venga después será mejor. O puedo romper, simplemente mis muros interiores, haciendo desbordar de mí mi alrededor, empalmando ese balón lleno de miedos.

No ha sido mi culpa, pero que me lo tenga que decir yo a mi mismo, no es el mejor de los remedios. 

Wednesday, September 11, 2013

Som

Lo ves en sus caras no tienes nada que hacer cuando lo ves  en sus caras. Son sonrisas limpias y sin pretensiones: todos estábamos esperando que llegara este día; de una manera u otro, se respiraba en el aire la magia, lo increíble del asunto; paseabas por la calle y la gente te saludaba; tú les devolvías el saludo como si fueran tus vecinos de toda la vida; pero son mucho más que eso; es gente que comparte tu tierra; y a medida que recorres las avenidas y te invitan a que les des la mano; piensas que lo que quieren no es nada malo; no quieren molestar a nadie; sólo quieren poder ser ellos mismos; y sin darte cuenta, estás hablando de ti, de aquello que tú siempre has soñado, y hay abrazos, niños que corretean, otros a lomos de sus padres o encaramados en sus bicicletas; el tiempo acompaña; llueven cuatro gotas pero los haces del sol hacen brillar las fachadas húmedas; el clima de la nostalgia. Y si nunca te has impregnado de ese poderío, sientes que hoy es el momento, y que tú quieres formar parte de aquello; que puede haber un proyecto en tu vida que abarque toda aquella gente con la que compartes tu país, que no es otro que Catalunya.

Puedes mirarlo de dos maneras; lo cierto es que nunca nada es perfecto, ni nunca lo será. pero siempre podemos estar un poco mejor. Quieres participar en lo que te envuelve, quieres formar parte de un momento histórico y existir para ti y para esa idea compartida entre aquellos de talento y a menudo silenciados.

Tuesday, September 10, 2013

Estoy dentro...

Te cojes la bicicleta, te ruedo por la cabeza, me paso por la urba casa de carlos, echamos un banjo kazooie su madre nos mira y deseo secretamente que se tan pasional como la hija de ella o la hermana de él. Dudo un momento, él se fija en lo que yo pienso? Salimos a las 7 hemos quedado, pero ya es tarde son las 7.30, en la bicicleta todos montados dirección a la amparo a comprar las camisetas. Doc Italia nos patrocina.E l dueño es muy gordo, aún retengo la quinatesencia del salto que ejecuté en la piscina, de cabeza cayendo en picado. Algunos, cuanto más retrasados más probable, bajan en motocicleta; charlan entre ellos y siento que yo no llego  a  su nivel. Noto que soy más tonto que los tontos, que deseo comprarme una moto como ellos. Estamos en la playa, el sol pega fuerte y entramos al agua y nos quitamos el bañador. En cualquier momento se pueden abalanzar sobre mi dejarme en cueros ahí pasando frío mientras cuelgan su trofeo que es mi bañador, en un pollete que roza el paseo marítimo. Siempre hay tensión, pero siempre hay alguien más gilipollas que yo. Esta vez le ha tocado a marcos, el entrañable pelaty. Tendrá que salir tapándose con las manos sus partes ante la mirada sorprendida de otros bañistas. Despotricará “qué cabrones, qué cabrones”. No sabe decir nada más, es una máquina de decir “qué cabrones”. Yo me siento allí en mi lugar. Entre tontos, eternamente relajado, pues tengo la Nintendo 64 y ellos hacen cola para entrar a jugar en mi casa.

Thursday, September 05, 2013

Itachi y amigo

Itachi es cojonudo; Itachi tiene cientos de amigos aunque apenas habla nuestra lengua; itachi no hace nada que los demás no hagan. Itachi sólo cierra los ojos y sonríe cuando brilla el sol y le acaricia la cara. Itachi se mete en el agua como los demás, sólo que lo hace corriendo y gritando como un loco para caer rendido cuando el oleaje le impide seguir saltando. Itachi siempre está para los demás. Como  no habla, sólo escucha. Y todos le explican sus problemas. Todos quieren que vaya a todas partes, porque todos tienen la certeza de que no se pierde un detalle de sus vidas. Todos tienen la sensación de que existen para él. De que él les reconoce, de que él retiene la esencia de sus travesuras, de que absorbe cada emoción de ellos. Itachi es como la certeza de que el resto de sus amigos pasaron por allí.

Lo que no saben es que Itachi, desde hace mucho tiempo, habla perfectamente  el catalán y el castellano. Pero sólo uno de sus amigos se lo preguntó. Y sólo ese amigo sabe el secreto, y lo guarda junto a él. Porque es el único que después de todo, ha aprendido algo de Itachi.

Ambos han huido;


Itachi y su amigo han huido de la perdición  de no dejar de hablar de uno mismo cuando se tiene tan poco tiempo de observar a los demás.

Wednesday, September 04, 2013

Filtranatural

Ella, ella no tiene tatuajes. Pero hace el amor como si tuviera estampado de colores el cuerpo entero.
Ella no tiene marcas en la piel, pero sabe rajar corazones como nadie
Guarda sus secretos para compartirlos sólo cuando llega el momento.
Todas las ciudades se hacen pequeñas y grandes a la vez cuando ella las pisa, y ella es tan real…
Ella es tan real…

Ella es tan real…

Thursday, August 08, 2013

Ayrton en el aire


El choque fatal, las ambulancias tardaron poco en llegar, apenas segundos; pero no pudieron hacer nada por tu vida: San marino se la llevó, el griterío de la multitud se cortó en seco justo después del estruendo. Todos lo supimos. Tu cuerpo inerte, tu cabeza inclinada e inmóvil; el tren inferior del coche, desintegrado; María Escario, siempre haciendo uso de su prodigioso sexto sentido, se apresuró para cambiar los espacios de deportes dar así máxima prioridad a lo que acababa de suceder; se iba una referencia para niños como yo, y un corredor de leyenda, con nombre de super héroe, se dejaba la vida en la carretera, como él mismo hubiera elegido desde fuera de la existencia; te convertiste en mito; y la curva que truncó tu existencia, en la cola del diablo. Ya nos dejabas tú, huraño, controvertido, temerario al volante, pero apasionado, profesional, caliente, vocacional; El loco que hacía que se me saliera el corazón a cada trazada; el grande de Brasil, el hombre del pueblo y del mundo.

Algunos aseguran sentirte en sus manos, otros dicen que estás ahí arriba en el lugar que tienen reservado para los fenómenos de verdad, sonriendo, despreocupado, compitiendo con las nubes, a ver quién hace rugir antes el firmamento, cayendo más rápido que la lluvia, doliendo más que el granizo, circunvalando el sol desde la parte más limpia de la órbita.

Te llevas una época y le colocas tu esencia, cambiamos la curva para conservar tu espíritu, añadimos seguridad para recordar que nada nunca es en balde cuando eres legendario, y los pilotos, y los no tan pilotos miramos ahí arriba, allí donde solo tú puedes hacer abarcable lo inabarcable.


Hoy no sé porqué, me has golpeado la memoria. Pero sí sé que pasaste, que me ocurriste en su día, me impresionaste, y que quizás esta nostalgia repentina que siento ahora mismo, sea el viento que le sacude a uno instantes después de que el más rápido pase por delante de suyo.

Monday, August 05, 2013

La Vero

Las recreativas, junto a los ganchitos; los pañuelos con motivos que me recuerdan a microorganismos, mi ilusión por lucir un cassette gigante sobre el hombro, el comedor de Anita, las ocasionales fiestas en todo tipo de instalación comunitaria, los veranos en zonas montañosas, las rebook de pump, y Boston de fondo;
Allí estaba y allí quiero estar más que nunca; y las certezas del pasado, más que nunca, hoy son capaces de vencer a las ilusiones del futuro. La fuerza, la aspiracionalidad, el empeño, el tesón y el arroyo d creatividad, entran en proceso de inanición y solo la memoria parece intacta, y con ella, el compartimento estanco de las emociones que experimenté y que parece que no van a regresar.

Si pido ser aire, no te lamentes. Es mi opción. Si pido ser viento y te digo que poco más hay que ofrecer, no debes escandalizarte. Aprende a mirarte y entonces aprenderás a disfrutar mirando todo lo que tienes alrededor. Esa es la única forma de no querer dejar de existir. 

Yo llevaba unas gafas de sol guapísimas y caminaba por senderos de tierra, creyéndome el nuevo mesías. Cuando miraba atrás, todos los compañeros de clase me seguían. Paseábamos por debajo de enormes torres de tensión, y sabía que le gustaba a la chica que me gustaba aunque nunca pasara nada entre nosotros. Lucía el pañuelo en la cabeza, y more tan a feeling era un estado vital más que cualquier otra cosa.

Por aquél entonces no había llamadas que me despertaran de mi eterno ensayo, de mi letargo elejido, que me apartara de las pesquisas hacia la mayor de las preguntas, por aquél entonces podía interactuar profundamente con todo mi alrededor. No como ahora, que mi alma se ha vuelto más asustadiza y temerosa de bajar hasta el fondo de la tierra para encontrarse consigo misma.

Es la llamada, la llamada telefónica en el trabajo, es la presión de lo que hay aquí fuera, aquello que te da de comer, pero nunca te llena el alma. Lo he dicho muchas veces, pero hoy siento que lo debo volver a gritar más que nunca. El hecho de que solo haya una vida, la necesidad de tener que hacerlo bien; el deber de querer contentar a todos… todo me lleva a mi progresivo olvido. Mi espíritu se atrofia desde dentro, y las cuerdas de mi guitarra ya no aciertan a vibrar con la misma intensidad.

Thursday, August 01, 2013

La mente del monstruo

Tendré la potestad, pienso. Tendré la potestad para hacer lo que me plazca el día que todos los demás desaparezcan. El día que haya un campo de trigo rodeándome; nada más que eso. Porque sólo cuando esté allí, incluso los remordimientos desaparecerán.

Si desaparecen todas las personas, mis problemas con ellas también desaparecerán.

Cargo mi pistola, adquirida clandestinamente en carrer Sepúlveda. Me miro al espejo, apunto con ella. Me sienta bien. Inclino mi cabeza mientras el reflejo de mi frente se torna el punto de mira. Pienso en ese momento que podría haber sido un gran dibujante, un gran músico, un buen comediante. Pero he decidido hacer historia por la vía rápida.

No me atrevo, no quiero pensar que me han ayudado a tomar esta decisión todos aquellos mártires que ya actuaron en diversos centros educativos. No quiero pensar que son los pioneros y que yo sólo pasaré a engrosar una lista más. Sólo una lista más. He de hacer algo diferente que el resto, incluso cuando decido arrebatar vidas.

He pensado en decapitar unos cuantos antes de que las fuerzas del orden lleguen. Chutar sus cráneos con fuerza, ver cómo se dirigen hacia el firmamento firmando una parábola dominical. Como los domingos que siempre pensé de merecía pero que nunca tuve.

Pienso otra vez en el campo de trigo, pienso en Josh, mi amigo ciego que me pidió jugar a pelota en un campo abierto. Recuerdo su manera de correr y de gritar, de absorber la realidad. 
ME pedía que dónde estaba la pelota. Entonces yo la colocaba a dos pasos de el y le contestaba “chuta con todas tus fuerzas”. El corría y a veces parecía ser capaz de ver el balón al empalmarlo.
Pero ahora Josh ya no estaba y sólo quedábamos yo, y mi pistola adquirida en Sepúlveda.

Después pensé que quizá chutar cabezas era mi manera de hacerle ver que seguía en mi memoria. Sonreí en cuanto noté que después de esa reflexión, aun me importaba menos mi vida.



A mi amigo George

Qué será lo que tiene, que me deja exhausto con tan sólo mirarla, qué será, que a medida que se mueve, a mi me paraliza; Qué puede ser, que las palabras, todas son pobres, más pobres que nunca; qué será que cuando camina, no me apetece  hacer otra cosa que no sea admirarla.

Mientras el mundo se llena la boca, mientras el tiempo trama su plan más retorcido, mientras compramos lo que nos colocan delante, mientras los sonidos nos van envolviendo... Con ella, por fin  cruzas por en medio  para dar con la certeza;

El hogar tiene forma de sonrisa. De su sonrisa. Estás cansado de viajar porque lo que has visto hasta ahora no merece demasiado la pena. Vas a descansar, ella tiene muchos videojuegos y puede resultar ser un destino. Tu destino. Te da de beber, y tú bebes. Te dice que la sigas, y tú la sigues; y se pierde entonces en la espesura de tus propios miedos. Pero de la manera que se mueve, se hace tan fácil seguirla que atraviesas sin pensarlo; Dejando atrás todos los engaños a los que tú mismo te sometiste, despojándote de toda tu ropa.

Puede, puede que haya por fin un lugar estático y absoluto, un espacio donde no haya que seguir caminando. Un recoveco donde siente bien no dar dos pasos. Quizás sea ese en que ella se detiene.

Monday, July 29, 2013

Pesadilla en el CataSatan


“Me duele el cerebro”
Cuando escuché estas palabras  de la boca de mi querido  amigo, pensé que su final estaba cerca. Y puede que lo estuviera, pero no por las causas que yo imaginaba.

*                    *                       *

De repente estábamos allí, haciendo cola entre guiritos estoicos, atestados todos sobre aquella mierda de pasarela marítima. Los rabos predominábamos en número sobre las nennys. Algo habitual en cualquier actividad de soltero standard que se precie. I y yo, esperábamos junto a un nutrido grupo de bolivianas a que el barco atracara en la orilla. Nos podíamos sentir afortunados por ser los únicos tíos que iban acompañados de nenas, eso sí. Bueno, a decir verdad, a parte de las exóticas aborígenes, nos acompañaban Andy García  y dos chicos más, pero eran novios de las más feas del grupo, por lo que sin saberlo, nos estaban haciendo un gran favor.
El barcó justo atracó y nosotros lo abordamos, pensando I y yo, en cuál de las selváticas iba a pasar a convertirse en carne picada. Esa era nuestra máxima preocupación hasta ese momento.
Ilusos…
Una vez todos estuvimos a bordo, las hélices del barco empezaron a obrar el maleficio de Belcebú, arrancándonos de la costa; engulléndonos el mar. El catamarán del diablo pronto empezó a moverse de arriba abajo debido al fiero oleaje.  Muy fiero oleaje.
Al principio, a mi me hizo gracia, aquellos vaivenes extremos hacían que la boca del estomago de uno se le colocara  la altura del cuello… algo divertido si aquello dura 2 minutos… Mi querido I, sin embargo, no tardo ni un segundo en convertir su ano en titanio, en apretar su esfínter con la furia de dios, como protegiéndose de un destino inevitable. Ahí estaba mi chuchi loco, agarrado a la barandilla de la proa con su cara de incomprensión, las piernas medio curvadas. En ese momento apuesto a que ya no pensaba en descuartizar a las selváticas, más bien pensaba en qué había hecho para que el señor repentinamente hubiera decidido hacerle pasar por aquél calvario.

“tu ano es amianto” Grité al principio.  Poco después yo estaba como él. Era increíble, pero de mi cabeza había volado la idea de destrozar a pollazos a alguna de las nenas que nos acompañaba. Había pagado cuarenta putos euros para emborracharme en un barco, emborracharme gracias a su barra libre y arrimar la cebolleta perreando a alguna guaraní. Y lo que obtenía realmente de esa inversión, era una caricia del diablo. Porque ese barco lo acariciaba el diablo. Todas mis ilusiones de montar una charcutería junto a mi perro loco, sobre la cubierta del catamarán, se fueron al garete. Era algo incomprensible. Ellas, las selváticas, sin embargo, parecían completamente excitadas por aquellos bandazos. Eran como muñecas endemoniadas encerradas en celdas de las que ansiaban salir. Proferían gritos, acercaban sus caras a las barandillas, se zarandeaban y sacudían como poseídas, mientras I y yo, nos tendíamos en donde podíamos, cerrando los ojos, preguntándonos si los pecados que habíamos cometido eran tan imponentes como para recibir ese castigo.

Recuerdo con especial gracia a una gorda norteña sebosa que llegó a vomitar más de dos litros de fideos con sabe dios qué salsa. Allí estaba, con la boca rebañada en su propio vómito, gotas de sustancia mucal rodeándole las fosas nasales, mechones de pelo sudorosos y revueltos cubriendole la frente e incluso la boca. Sin embargo, su expresión era de pocker. Como la de la gran mayoría de guiris que nos acompañaban en aquél viaje ideado por Belcebú. Guiris estoicos que escavan las rabas sin perder la compostura, sin alarmarse de las propias tretas de su organismo…. Qué saber estar, el suyo.

Yo tenía hambre y resaca, pero temía levantarme por si me flaqueaban las piernas y se adueñaban de mi temblores… de vez en cuando abría los ojos y observaba a algunos otros guiris comiendo hamburguesas impregnadas de kétchup, y les envidiaba a la vez que los jugos gástricos me trepaban por el esófago al ritmo de una culebra enfurecida.

Hacía rato que había perdido de vista a I, que al parecer, se había movido hasta la popa del barco, para cobijarse del sol, acompañado del pobre novio de una de ellas, que parecía estar al borde de la muerte también. “pobre doberman loco,  debe estar igual o peor que yo… seguro que ya no recuerda el motivo por el que estábamos aquí: conseguir llevar a alguna nena a un camarote oscuro donde nuestro rabo pudiera cometer el crimen perfecto”…

El colmo, sin embargo, llegó cuando empezó a sonar la canción del “chipirón”, pedida expresamente por el sector de las bolivianas, hartas de escuchar el tecno demoniaco y frío mezclado por djs norteños que no conocen en qué consiste la esencia de la pasión.

Allí estaban ellas, aún más embriagadas si cabía, después de dos horas de trayecto, con más de la mitad de la tripulación, guía incluido, rogando al capitán del barco que por favor acabara ya con aquello, o que por lo menos, nos tirara a todos al mar, que nosotros por nuestro propio pie no podíamos, que si no, bien que lo hacíamos, pero que no teníamos fuerzas ni para tirarnos por la borda. Allí estaban ellas, agitándose, sacudiéndose, chillando como fieras en celo, adulando aquella canción del chipirón.

“Chipis bailando como locas el chipirón”, fue inevitable pensar, en un acto de póstuma lucidez. “seguro que el doberman loco, si el cerebro aún no le ha estallado, está pensando lo mismo”.

Animado por aquella idea, me incorporé milagrosamente, solo para buscar con la mirada a mi amigo y así intercambiar algo de complicidad con él. Lástima, no lo vi.

Finalmente, después de tres horas (avanzaron la llegada media hora porque los organizadores tenían miedo de que si alguien sobrevivía es denunciara), por fin llegamos a la costa, y casi como inmigrantes ilegales que se lanzan al mar echando el resto, llegamos a nuestro destino temblorosos y tambaleantes, para caer rendidos de rodillas y besar tierra firme mientras llorábamos por la angustia que habíamos pasado. Nos arrastrábamos para juntarnos los unos con los otros para abrazarnos, sintiéndonos mártires y cómplices, sabiendo que aquella pesadilla había creado un vínculo irrompible entre nosotros; pensado ya en la asociación de víctimas que podríamos montar más que legítimamente para sacar hasta el último céntimo a los organizadores de aquella orgía de vómito y bilis…

Minutos más tarde, ya recuperados. I y Yo juramos y perjuramos reventar alguna aborigen como fuera, para por lo menos poder decir, que algo bueno sacamos de todo aquello. A día de hoy, sólo puedo decir que estamos trabajando en ello.