Monday, March 28, 2011

Día 358

Desde la lejanía, permanezco aún colocado sobre la caña de bambú, en un equilibrio perfecto que desde mi vida real envidio y ansío con muchísima fuerza. Los elementos dispuestos correctamente, el afán por descubrir saciado por puntuales dosis de lucidez natural…. Un lugar alejado de los pensamientos de los demás. Algo cercano a la nada pero sin ser la nada completamente. Poder diseccionar ligeramente todas las emociones para saborearlas delicadamente, como si fueran briznas de hierba en mi boca. Aún sigo queriendo lograr algo así; y mientras tanto, deberíais ver dónde vivo: Una maldita habitación sin ventana, una gata que levanta polvo allí por donde pasa; una garganta maltrecha y una incipiente pero alarmante alergia a ese gato o ese polvo… qué sé yo.

Monday, March 21, 2011

La ciudad en primavera

La primavera se hace a un tiempo arrollador; no hay tiempo para mirar ni cómo nace y quizá es por ello que directamente aparece ya con sus brazos aprontándome tan fuerte.
Otro capítulo más; una más que probable 1/75 parte de mi vida en la que me vaso. Una parte dorada de la última unidad en que divido este conjunto de situaciones;

Ahora atravieso un gran edificio, ahora me miro reflejado en un charco , ahora son las 7 de la mañana y no tengo claro si ya es fin de semana.
En este mundo es en el que me encuentro, y procuro actuar en consecuencia; por eso no te desprecio cuando te veo tan superficial. Por eso me doy una oportunidad y dejo tranquilamente que mi lívido me invada cuando te miro. No somos iguales. No tenemos nada que ver; aún así me haces escribir, y esa es la única vara para sopesar lo que realmente siento hacia ti. Si te escribo, es porque a ti me debo en este momento, Tú lo has logrado, no sé exactamente por qué. O quizá sí pero no quiero dejarlo claro para seguir pensando que soy menos animal que el resto.
Te he visto entremedio de los vago0nes del metro, tu cara aparecía cada dos decimas de segundo; un solo frame; el estruendo de los frenos, las risas de otros, los pensamientos de quien acaba de trabajar; La noche en que yo me veo; la noche que a ti te suda la polla (aunque no tengas). Te quiero ver otra vez; quiero trepar hasta el octavo piso; el noveno, hasta tu ático, quiero tenerte bien del todo, entrarte con rabia como si así me fuera a fundir del todo con la mierda que me rodea; porque ya pasó aquello de esperar un escenario mejor;
Por ti pasa que acabe de ser solo una luz intermitente y móvil. Un tintineo, un sonido atropellado que no dinámico. Cuando me caiga tu sudor mezclado con el mío en la boca, quizá en ese momento, habré más estado más cerca que nunca de la destrucción que va desde mi parte más íntima hasta el todo que yo considero.

Wednesday, March 09, 2011

La historia de nuestras capitales

Viendo desde aquí la vida; desde no sé exactamente dónde, la veo pasar muy rápido. La veo pasar a una velocidad increíble, y tengo miedo. Pero sigo con mi taza de café, eligiendo si te quiero o te dejo de querer. Pero primero debo entenderme; ¡no? Rezo, llego al extremo de rezar para resolver mi propio misterio, porque sé que el siguiente enigma que tendré que desvelar es mucho más bello, porque es tuyo.
Soy demasiado joven para según qué cosas, y muy viejo para deshacerme de ideas que me pesan demasiado…
No sé, aún no he definido que sentí cuando te besé…. Pero quizás mi memoria es la que está corrupta y no hay otra manera de tratar esta sensación si no es reviviéndo nuestro encuentro, esta vez desde la limpieza del espíritu, desde la tranquilidad…. ¿Pero si no sale bien? ¿si no soy yo? ¿Si no eres tú? Si sólo es un capricho mío, por ser tú tan guapa?
Aquí estoy, en mi oficina de siempre, pudriéndome y sin ningún objetivo claro en la vida. Sólo lamentos e ilusiones fáciles de crear. Pero dónde están los pasos decididos?

Estás en un lugar que había sido inaccesible. Pero ahora se entreabre una puerta y sólo soy capaz de tomármelo como un dolor de cabeza más. He de limpiarme por dentro. Dios, no sabes cuánto lo necesito.
Es tarde, y la vida está pasando muy rápido. Odio sentirme tan joven y viejo a la vez. Tan vivo y muerto… odio sentir tan intensamente los extremos, tan fuertemente que se estiran y me duelen en las sienes…
Y solo quiero un espacio para estar tranquilo, donde todo vaya entrando poco a poco; un logar donde ordenarlo todo.