Hay días en los que te levantas, y todo parece mucho más
pequeño… tanto que puedes abarcar el mundo entero, para lo bueno y para lo
malo. Ves todo tan minúsculo, que te
sientes muy solo. Tu propia vida, puedes apretar entre tus manos tu propia
vida. Tus propios sueños. También los ves pequeños. Tus propias ilusiones. No
sientes, en ese momento tristeza. Es demasiado nimio todo para sentir tal sensación.
También es bello, sentir como tus propias memorias son
pequeñitas. Los anhelos de la gente que conoces, también los ves poca cosa. Sus
aspiraciones, sus metas. Tu voluntad, la suya. Los objetivos, los propósitos. También
las frustraciones, los miedos, temores…
todas esas cosas que tiene la vida… se ven insignificantes…
Hoy me siento así. No estoy triste, tampoco contento. Ni siquiera
me siento indiferente. Sé que todo habrá desaparecido, o que va a desaparecer,
o que ha desaparecido. Incluso el tiempo deja de importar. Y tratando de
encontrar el significado doy con lo de siempre: Una carcajada de no sé quién.
Nadie me está faltando el respeto, cuando siento que la vida
es pequeña. Pero la carcajada que golpea mis paredes más profundas
amortiguadamente, sigue estando demasiado lejos. ¿Quién la profiere? No lo sé.
Pero es hermoso de tan delicado todo. Y pensar que mañana no
vamos a estar aquí, ya no me estremece.
En días como hoy no me estremece la
muerte. Si muero, mis compañeros de trabajo seguirán igual. Mi familia saldrá
adelante. Las chicas a las que he querido alguna vez, se acordarán de algo
relacionado conmigo. No sé, nadie habrá
estado por encima de mí, ni tampoco por debajo. Todos sufrimos la misma
condena, y si pasa como hoy, en que incluso el tiempo deja de importar, hay
poco que hacer como humano. Solo querer fundirse, formar parte de un par o tres
de cosas, pero liberarse de la entidad como sujeto. Lo noto, no me preguntes
porqué pero hoy o noto. Solo quiero observar y ser a la vez, parte del paisaje.
Eximirme de juicios y prejuicios, de opiniones y de razón. Ser sólo varios
bastiones. Simples bastiones. Aquí caben todas las cosas, porque todas son muy
pequeñas… tanto que incluso me apetece a mi mismo soltar aquella carcajada…
aquella carcajada que escucho cuando noto que todo es muy pequeño.