Friday, August 10, 2012

Los ladrones en agosto

Los ladrones van haciendo su trabajo; tú los ves y no dices nada. Cada vez son más rápidos y metódicos.  Igual que cuando fui a esa última disco en donde estabas. Eres la segunda parisina a la que beso, y no podía ser de otra forma, tienes un sabor especial. No entiendo porque estáis tan “por encima” de todo. Al final, parece incluso que choquéis entre vosotras. Es mentira; miento. A pesar de ser iguales entre vosotras, sois especiales e irrepetibles.  Sois un muro por el que los ladrones como yo, no podemos trepar. Un muro frío y alto.
Allí estaba el muro; paredes de yeso extremadamente  frías a pesar estar en pleno agosto. Voy a repetir; voy a treparlo alguna vez, voy a dejarme de hispanas de una vez. Voy a tener una piscina para los dos. Queridos amigos, me voy de casa.
Tú no estás, me has dejado vacío, pero ya me he topado con algunas que me han hecho lo mismo. Ya no lloro, madre, ya no lloro, pero tampoco me encaramo a mi dolor para escupir letras sentidas. Ahora lo que tengo es esto: esto me lo da una tía super guapa de París, que tiene un tatuaje en la muñeca. Pone algo en inglés, pero ya ni recuerdo el qué, así que imagínate. Anda, que vamos bien.
Hay algo a pesar de mi edad (ya 28 años) que sigue presentándose en mi corazón con la misma intensidad de siempre. Es California.

Tuesday, August 07, 2012

El cirujanio

En la ciudad parametral del llanto, donde cuando llueve se llora; los cristales son tecnología punta inclusive.
Ella llega, deja la bolsa llena de compra en la comoda, lluev. Las aronaves sobrevuelan la línea, el aire permanece cargado de vapor. Ella se estira, tiene muchas llamadas a las que responder, pero hoy no les va a hacer caso; tiene una flor preciosa en el centro de la sala de exposiciones, su sala de exposiciones particulares. Aquí la muerte es un elemento a la altura del resto de las emociones. LA tecnología también llega a los hospitales, la robótica coloniza las partes humanas menos delicadas. Blade runner se acercó bastante a nuestra realidad. El llanto permanece,  yo me siento vacio y necesito un baño burbujeante. Oriente y occidente se han mezclado del todo, pero no hay maldad. Sorprendentemente aquí no hay maldad, sorprendentemente este vacío emocional, ahora que lo siento, me hace sentir mejor que en mi propia realidad, aquella donde no dejas de sentirte feliz o triste. Aquí todo es estético, todo es buen gusto. No hay nada más. Bailamos.