Sunday, February 28, 2010

Esquela 323: Noche, lluvia y Madrid

Uno de marzo es mi última noche en Madrid. Sus calles se me mostraron lluviosas, y bajo la lluvia caminamos juntos. No con demasiadas espectativas, justo antes de verte.

Pero viniste con una sonrisa brillante.Cuando te vi, ya me estabas machacándolos huesos con ella. Qué afortunado fui de que fueras así como eras. Nada se podía mejorar aquella noche. Era una buena sonrisa, por lo que fuimos a dar un buen paseo. Las calles estaban húmedas, en los suelos de las plazas de la capital brillaban con fuerza las luces de neón reflejadas. Caminaba en una ciudad que no conocía apenas con una chica que no conocía nada. Me pregunté a mí mismo que si eso no era lo que buscaba en mi vida, qué coño era entonces?

Por eso entramos a un bar vacío y me animaste a bailar. Yo te traté de hacer caso al principio con muchas dudas, pero con tu gracia me sacaste de mi letargo y acabé siguiendo de cerca tu estela en la pista. La manera en que jugamos a buscarnos fue divertida y excitante. Todos te miraban por tu manera de bailar, tú lo sabías. A mí me gustaba porque tú solo me mirabas a mí. No supe en ningún momento cuando tocarte, pero tú me ayudaste. Se agradeció. No solo bailaban nuestros cuerpos; también las miradas lo hacían. Bailaban, disparaban, sorteábamos. Poco a poco nos fuimos reconociendo por fin. Poco a poco corrimos el velo de acero del que te gustaba presumir; las dudas, en forma de primeras expediciones por nuestros cuellos, se fueron disipando.

Da igual seguir, la lluvia es la única que nos conoció a los dos juntos. Empezó a caer cuando estábamos en el banco de la plaza. Algunos chavales desperdigados apuraban los últimos tragos del eterno botellón madrileño. Pero incluso ellos desaparecieron cuando vino la lluvia y nos mojó el banco.

Desde el principio dijiste que te gustaba que la lluvia te cayera encima. Mucho antes de que ella hiciera acto de presencia, incluso. Y pareció que si alguna vez hubo destino, este por fin te escuchara; lo ves? Quién escribe lo que nos sucede? poco antes, en el bar, habíamos estado hablando de ello. No lo tuvimos nunca demasiado claro. Solo decías que con 60 años tratarías de seguir reventando las noches. Me gustó cómo sonó.

Supongo que son las ideas de una chica de la otra parte de Europa; ideas fruto de profundas reflexiones. Ideas de la parte reflexiva de Europa, que se mezclan con la incursión en tu vida de la desbocada noche de la capital. Y así sale lo que ahora eres.

No te llegué a comprender. Tú a mí tampoco. Estamos solos. lo sabías tan bien como yo. Me dijiste que morirías como nacías y como estabas viviendo; sin nadie. No lo dijiste preocupada, ni tampoco para hacerte la interesante, lo comentaste con una sonrisa en la boca. Supe que ibas enserio cuando pagué la cuenta y tú ya estabas afuera fumándote un cigarrillo. Supe que lo decías enserio cuando no hablaste de lo que nos estaba pasando; cuando no me preguntaste si nos íbamos a volver a ver, cuando te dije que no entendía porqué te tenía que conocer en Madrid.

Tú solo dijiste que no pasaba nada.

¿No llueve a gusto de todos nunca?

Esa noche llovió a gusto de los dos, creo.

Thursday, February 18, 2010

Esquela 322: Primer contacto

Me he de ir lejos, muy lejos de allí donde nací, de la tierra que mejor conozco. Me he de ir lejos para sentir la fascinación dormida o para reír sin pensarlo.
Cada vez lo tengo más claro.
Explorar el ultramundo.
Desde el respeto, desde la lluvia que cae en su pelo, desde su tranquilidad cuando camina.
Y yo, títere del mismo viento, apunto hacia donde apuntan las gotas.

Ella no llevaba paraguas ni nada de eso. Ella preguntó más de lo que creía. parecía interesarle lo que le contaba. Contaba justo las gotas que caían encima de su abrigo, ella empezaba a estar calada, pero no se quejó de la lluvia.
Me gustó su sonrisa, o cómo sonreía. No tenía ningún problema en pasarlo bien. Cuanta mierda a mi alrededor, pienso a veces. Cuanta gente que no escucha, cuanta gente que solo quiere explicar sus problemas, cuánta gente que se cree más incomprendida que los demás, cuánta gente dice "no, da igual..." para rogar por una pregunta cómo "qué te pasa?", cuanta gente portadora del sentido negativo del egoísmo. Cuanta gente que no ve más allá de sus narices...

Y allí estaba ella para recordármelo. Para recordarme todo lo malo de tan buena que es.

De nueva Jersey, de Tahilandia o de la China... qué más da... yo que pensaba que sería la que más hablaría, la más estúpida de todas... Y va y las alecciona... a ellas y a mí detrás. No me explico cómo fue una velada tan agradable. Cómo se pasaron las 3 horas volando. Casi perdemos el metro... pero podríamos haber seguido charlando tranquilamente.

Qué encuentro tan respetuoso, quizás algo formal. Pero yo no estoy hablando más que de lecciones bien dadas. Hoy he aprendido cosas buenas e ilusionantes. Fuera de estas fronteras la gente se escucha más.

Esquela 321: Agradable indecisión

Una pregunta algo más extensa que las demás. Una cultura algo más inquietante que el resto. Que no me desborde el pavor, por favor. Soy un chico de a pié. pero de "a pié" de rango bajito bajito. Aún vivo en casa de mis padres. No me llama la atención tener coche. Mis colegas hablan de "libertad". Aún así utilizando tan basta palabra, no logran apearme de mi posición. "mañana será un buen día para empezar a conducir, hoy me tomaré la libertad de otro modo" digo siempre.

Después pasa que te topas con integrantes de culturas lejanas y por lo menos quieres aparentar el manejo básico de las herramientas prácticamente preconcebidas por nuestra sociedad. Entre ellas el vehículo. Es como una especie de tarjeta de presentación. Es el movimiento básico que ella espera de mi: Un volantazo.

Pero nada, me presentaré y aún delante de ella no sabré que estoy haciendo ni qué voy a pretender. y hablo enserio. ¿qué porqué estoy yendo hacia allí, entonces? Voy porque... voy? o no voy? Mañana es viernes, siempre puedo decir que me retiro pronto porque al día siguiente hay que madrugar. Creo que eso lo entenderá.

No sé qué coño hago. Qué reparo... Pero no puedo decir no, no sé decir no. Me gusta no saber decir que no.

Monday, February 15, 2010

Esquela 320: Una historia cualquiera

¿A dónde vas con esa cara de tonto? Hay algún lugar al que te dirijas? algún pueblo en donde acepten personas limítrofes?

Hubo un país secreto que siempre veía en la crisis oportunidad.

Varios decenios atrás, ese país, en un alarde de certera previsión, reservó un territorio vallado. Un territorio que equivalía a cualquiera de sus principales regiones. En aquella época, todo era bonanza económica y el dinero sobraba. Por ello decidieron reinvertir una parte del excedente en una sola región. Una región fantasma y deshabitada, en donde erigirían grande edificios, infraestructuras de todo tipo, todo lo necesario para el funcionamiento de el mismo espacio con la mayor autonomía posible.

En épocas de bonanza era una ciudad fantasma. muchos cuestionaron el proyecto al principio, pero no hizo falta más que esperar las tempestades del capital, las épocas de carencia... y esque todo el mundo sabe que todo sube y baja, que quien respira agranda su pecho y después lo contrae... La cuestión es que cuando la debacle se produjo, casi todos los países cayeron en banca-rota y buscaron las soluciones una vez el toro ya les había pillado. Tuvieron que hacer grandes cambios estructurales en su economía. cambios costosos de llevar a cabo. Fue para todos esos países la restructuración lo que para un joven significa comprarse ilusionado un coche de segunda mano y encontrarse de repente, una vez adquirido, que tiene que cambiarlo de arriba abajo. Todas las piezas están chamuscadas, y solo el chasis aguantaba. Esto es lo que nos ha pasado.

Pero el país secreto no tuvo más que enviar a todos sus parados a la gran región fantasma. Cuando se diseñó el plan, un montante importante de la masa social dijo que aquello era volver al nazismo, confinando trabajadores en un emplazamiento lejano, obligándoles a dejar a sus familias.

Obviamente, hasta que las desgracias no suceden, a veces no se acepta que las soluciones más crudas son las más eficaces, y esto es lo que pasó aquí. El estado sabía perfectamente que no haría falta obligar a sus ciudadanos a nada. Ellos mismos, los que habían perdido el trabajo empezaron, de forma voluntaria, a pedir el traslado hacia la región fantasma, de la cual solamente abrieron las puertas cuando se cercioraron de cuán importante iba a ser esa crisis.

Los casos se estudiaban, y se trataba de trasladar a las familias enteras, y si no, se facilitaba la comunicación abaratando los precios de los billetes para que los desplazados pudieran ver de vez en cuando a sus familias.

No me preguntéis qué coño producían, pero se autogestionaban impresionantemente, de la necesidad al ocio, todo tenía su precisa cabida en la región fantasma. Así la llamaban al principio; región fantasma. Después sin embargo, la llamaron "el pulmón de emergencia".

Era curioso, pero sucedió: Al final, los problemas eran mayores a la hora de convencer a algunos de los trabajadores del pulmón para que volvieran a sus respectivas casas: pero una cosa había clara y era de importancia capital cumplir: en cuanto se saliera de la crisis, la región se debía ir despoblando de nuevo progresivamente, reasignando un trabajo en su tierra de origen a cada persona que había contribuido al funcionamiento del pulmón de emergencia.

Las puertas del pulmón de emergencia se volvían a cerrar.

La coexistencia en un mismo país de dos paisajes tan opuestos: la ciudad prospera y la ciudad vacía, no pasaba desapercibida para nadie. Polémicas servidas; siempre había gente que se quedaba sin trabajo, por muy bien que fuera la economía. Parte de esa gente y también asociaciones en general reclamaban permanentemente la apertura definitiva del pulmón de emergencia. Pero los varemos estaban para algo: a partir de una serie de variables se reabrirían las puertas, no antes. Yo como todos nos imaginamos, las variables que se tenían que dar, se daban solo cuando las cosas estaban muy jodidas.

En el fondo de los corazones, todos lo comprendíamos, y esque la evolución humana al final, lleva a la comprensión y aceptación de verdades universales e invariables:

hasta que las desgracias no suceden, a veces no se acepta que las soluciones más crudas son las más eficaces, y esto es lo que pasó aquí.

Wednesday, February 10, 2010

Esquela 316: Mejor no obstinarse

Sí, tiene razón el viejo Bob cuando nos dice que hay veces en que más vale no darle más vueltas. Es verdad que a veces no vamos a solucionar nada por mucho que pensemos en ello. Hay similitudes entre los ríos y lo que nos van contando nuestras propias vidas. Muchas más similitudes de las que creemos. Rodamos y todo lo que sucede se cuelga en las paredes que vamos dejando atrás.

Si algo va mal, si algo duele, o hay algo que sencillamente hubieras querido cambiar, no te atropelles. Mira cómo voy, que casi me llevo bien con mi destino y todo. Claro que no le pierdo el respeto... ¿cómo quieres que le pierda el respeto al camino que aún no he pisado? No hay que hacerlo así... pero nos llevamos bien, nos divertimos mi destino y yo a pesar de nuestras rencillas. Es un equilibrio complicado solo si te paras a pensarlo. Respeto y diversión.

Mejor no pensarlo demasiado, no vaya a estropear todo.

¿A dónde ha llevado querer resumir la vida en una sola página de cualquier libreta? No creo que funcione así... Quizá es bueno asomarse ahí fuera e intentar sacar alguna conclusión. Pero hay que empezar sabiendo que igual la respuesta no se pueda escribir, que quizá no sea una sola frase, que no sea una pieza definida, tangente, directa.

Quizá la solución solo sea un susurro, algo que te ha acompañado durante todo el camino sin darte cuenta. Mejor no pensarlo demasiado. Puede ser peor.

Thursday, February 04, 2010

Esquela 314: Más canto B

Se repliega el cielo y cierra tras de sí la última puerta. Apaga las velas;
Ahora solo quedan las estrellas y el rumor del mar.
Otra vez mi vista vuelve a caer en mis manos vacías. Si agarro algo, solo es un puñado de tierra que pronto se filtrará entre mis dedos y volverá a mezclarse con todo lo que anteriormente la sustentó.

Paseo, no sé a donde voy. Espero alguna especie de señal que me dé una explicación. Me siento desorientado y tengo vértigo. Más aún cuando pienso que lo que me está permitido pensar es lo que se le permite pensar al resto del mundo.

Qué lástima pensar que aún gastando todos los cartuchos no voy a acertar más allá del centro de la diana. Porqué siempre ha de haber algo detrás de las cosas? Porqué siempre me he de desilusionar cuando me pongo a reflexionar enserio? Porqué esta horrible sensación de caminar sobre lo ya caminado? Dando vueltas para escupir la misma mierda.

Solo hay un poco de paz, y queda justo entre los elementos naturales. un poco de sosiego. No me revelan la solución, pero cuando les pregunto a ellos, obtengo una sonrisa burlona... eso es que por lo menos me escuchan.

Después, llego a casa y me siento cómplice de algo que desconozco. Como si supiera que mi mejor amigo es una de aquellas personas extrañas que toman café en el bar de la esquina. Y peregrino por el mar de la incertidumbre.

Incluso ya no tengo ganas de encontrar a Carolina, Carolina, Carolina. Prefiero quedarme con su recuerdo que emborracharme con ella, tenerla una noche, y cansarme de ella. Prefiero que teja y teja en mi cabeza, prefiero que sus manos esculpan mi imaginación y tracen parábolas imposibles en el mínimo espacio temporal, aproximándome así, a la ruptura con las 3 dimensiones.

Carolina, otra chispa que creyó ser cohete.

Qué pasa si se acabó todo? qué pasa si ya no tengo ganas de creer más que en mi propio recipiente? Me ahogo entre seres humanos. Soy una jarrra a la que se asesina echándole agua.

Wednesday, February 03, 2010

Esquela 318: Daewoo Matiz

Siempre que entro por la puerta la veo allí al fondo, sentada en el comedor. Adicta a internet y sin abrir las ventanas a pesar de tocar las 11.

Empezar un día de trabajo sin luz natural es asqueroso.

Abrid las ventanas y que corra el aire.