Thursday, July 31, 2014

Un negro

El tocino fecundado en tierras marcianas tiene un sabor especial, por mucho que el tratamiento que recibe sea el mismo que en el planeta tierra, tierra madre. En la unidad de desplazamiento hay muy pocas ventanas, y las pocas que hay son pequeñas. Aún así, reptando antigravitatoriamente me acerco a una de ellas y me empapo de soledad, revisando la inmensidad, la negrura, el vacío de nuestro espacio interestelar.

Este mes me ha tocado subir solo a realizar la misión. Repaso telemetrías, analizo los resultados, compruebo el correcto funcionamiento de los carburadores, y me da por pensar en la orgía que debió tener lugar en su día en nuestro querido planeta, la madre Tierra. Hablan de una raza, los maestros hablan de una raza que existió hace miles de años, la raza negra. Hombres oscuros como el ébano. No como este vacío interestelar. Hombres  en cuyas pieles se reflejaban los destellos de la luna llena.

Me hubiera gustado conocerlos. Ahora somos tan parecidos todos… incluso la patronímia  mental es casi idéntica entre nosotros. Y a la vez que pienso esto, sé que los demás pueden haberlo llegado a pensar también: es la condena de nuestra sociedad perfecta, en donde hemos erradicado el dolor,  en donde somos aparentemente libres por mucho que los humanos de hace miles de años no nos creyeran capaces. Somos felices, pero sin embargo, hemos tenido que renunciar a algo maravilloso, algo fascinante y hermoso. Es cierto. Hemos tenido que renunciar a sabernos únicos, a creer que puede haber individuos virtuosos, a creer que alguien sea capaz de sorprender a los demás con una tonada, un verso, una reflexión.
Nos hemos despojado de la sorpresa, y el resultado ha sido un acercamiento a la soledad. Porque de conocernos tan bien, palpamos la soledad que hay detrás de unas relaciones sin entresijos.  Por eso, a mí, al igual que a los demás, no me importa subir aquí arriba y pasar un mes entero sin tener una sola conversación.

Negros… qué increíble…

Cuando me cuentan que fueron ellos mismos los que progresivamente fueron eligiendo una pigmentación más blanca para sus hijos, no me dejo de sorprender. Cuando pienso en que cuando teníamos el don de la diferencia, todos quisimos ser iguales y asemejarnos a un único patrón… me digo qué lo hemos conseguido. Pero echo de menos, aún sin conocerla, la sensación del asombro que produce observar algo inusitado.

No cabe duda de que se han evitado guerras, por el color de la piel, por motivos religiosos, económicos, culturales  o políticos… No puedo llegar a imaginarme cómo fueron esas guerras, y si la especie humana eligió voluntariamente este camino para evitar el dolor, ¿quién soy yo siquiera para anhelar tener en mi vida alguien que me sorprenda? Quizás, como dicen los maestros, la raza humana supo identificarse a sí misma como una plaga, y esa plaga que somos, decidió no infligir más daño a su huésped, que no es otro que el planeta madre, la tierra. Lástima que nos diéramos cuenta cuando ya no lo podíamos salvar.


Ahora no tenemos ni planeta, ni culturas, ni diferencias. Pero la raza humana pervive bajo una suerte de esterilización para su propio veneno. Paradójico como el sentido mismo de la vida.

Monday, July 28, 2014

Another biliard song

Teothicán podría ser otro nombre mitológico más. En realidad todo podría ser otra cosa. Hay una tela de araña horrible que parece entorpecer mis movimientos. El tiempo va pasando, mis asuntos pendientes engordando. Verás, escribo siempre desde el mismo lugar, y eso no ayuda. Noto el nudo, el tapón  que se descorcha lentamente en la tráquea. Algo que escribir, me pregunto.
El escualo asoma, husmeando. No carraspea. Parece nunca dudar.  Es de acero. Debe ser eso. Es de hierro colado. Enduro. Implacable, una frecuencia en infrasonido se me viene a la cabeza. El sabor metálico de la sangre. Su óxido. Los negros suelen morir con cierta facilidad en los largometrajes. Yo soy una suerte de negro pero en el mundo laboral.

No he hecho nada tan mal, creo yo. Que la desmotivación me invada es algo humano y comprensible. 

Wednesday, July 23, 2014

Yo, la maricona


Soy un joven apacible y mar. Soy una brisa, que mece las orquídeas, poco más. No busques en mi un predicador, o un jugador que sabe los mejores trucos para ganar las apuestas. Solo soy un tío que va por la carretera, he elegido una bastante desierta, y creo que me felicito. Puedo considerarme sorprendente en algunos momentos, alguien que  suele resistir a las corrientes, tengo mis gilipolleces, y sé que no merezco que pierdan más tiempo del justo en mi. Las oportunidades se balancean frente a mí. Algunas las aprovecho, pero la mayoría las dejo pasar. Podría pasarme el día haciéndome promesas, podría decirme que no va a volver a pasar esto o lo otro, pero en vez de eso, me dedico a disfrutar de mi propia ilusión.

Podrías pensar que soy un maricón, y en cierto modo es así. A veces me siento maricón. Ahora me siento maricón. Sensible como una puta ante el primer polvo que cobrará. Pocas cosas hay más maravillosas que sentir el dolor a flor de piel. Soy una maricona divertida y amigable. No te imaginas lo mariconaza que puedo llegar a ser, ya te lo digo. Pasamos días de ostentación, dueños de la playa, del mar, del color, de los pepinos. Indulgencia a parte, suelo lamentar que mi cuerpo no me hable con más frecuencia… pero supongo que tendré que vivir con ello. Soy tu conejito, soy tu coñete cañero, soy nada. No soy ni no. ¿Quién soy? Ya te lo he dicho, nada, y más nada al lado de la gran carcajada. 

Friday, July 18, 2014

La implacable DISCORDIA

Cuando apareció la red social DISCORDIA, nadie pareció abrumado ni escandalizado. Supongo que fue porque no hicieron mucha promoción del asunto, pues no debían tener mucha pasta. ”Una app más” debió pensar el montante de la población humana. Una app más como lo fue fb en su día. Y mira lo que pasó después.

Bien, paulatinamente, DISCORDIA se empezó a popularizar y en cuestión de 4 años, ya era el segundo portal social más utilizado, superando a twenty y google cerquels ese o como se llame. El factor diferencia de esta herramienta con respectoa  sus competidores era muy sencilla. Tenía el botón “dislike”, además del like, algo que hacía tiempo que los internautas reclamaban a fb, pero que los de Zuckerberg se negaron a incorporar, dios sabe porqué. Es allí donde la cúpula de la inminente start app DISCORDIA vio el filón. “hagamos una red social exactamente igual que la de FB, pero incorporando aquello que le demandan desde hace tiempo sus usuarios y ellos no les dan.

Dicho y hecho.DISCORDIA empezó como un aparato inofensivo. Solo algunos iluminados, visionarios trasnochados, vaticinaron desde el principio la amenaza que suponía su irrupción. “Es peligroso para los adolescentes tener un indicador tan claro como los dislikes que les juzguen como personas.  Ante los ojos de la mayoría de la gente,  DISCORDIA no era más que un portal controvertido, como tantos otros contenidos que a día de hoy pululan por el mundo digital.

La cuestión fue que de repente, una persona, podía tener más detractores que fans por el hecho de existir. Muchos de los que tenían más dislikes que likes en su perfil de Discordia, se daban de baja, pero entonces automáticamente, eran considerados por los de su alrededor como residuos incapaces de ser reconocidos como merecedores de vida. Sí, así fue. Tan malo era tener más dislikes que likes en tu perfil, como directamente no tener perfil.

Cuando empezaron a detectarse suicidios en masa, con pertinentes notas de despedida donde claramente se  aludía a “el juicio de DISCORDIA” como elemento determinante a la hora de decidir desaparecer del planeta, por supuesto que los gobiernos trataron de eliminar el portal. Pero el daño estaba hecho y mientras los complejos engranajes de la ley trataban de elaborar un plan para parar al portal a paso de tortuga, la gente que se quitaba la vida crecía en línea inversamente proporcional a la torpeza de las autoridades por dar con un marco legal que justificara acabar con una red global que traspasaba países.

Cuando se empezaron a poner de moda las “INMISERICORDES BARRIDAS” tampoco nadie se escandalizó sobremanera. Lo que empezaron siendo movimientos puntuales de caza, donde se daba muerte a gente sin perfil en DISCORDIA o con un baremos negativo en likes, se convirtió en una suerte de practica global que ya ningún gobierno podía parar.

De repente, todo se salió de madre, y conforme se iba eliminando a gente con baremo negativo, la gente con baremos positivo en DISCORDIA se enviaba votos negativos entre sí, con lo que la raza humana iba destruyéndose en una especie de proceso de “selección social” más que selección natural.  Al final, se aceptó esta dinámica en todos los países y se convirtió en un proceso legal, el matar a gente con saldo de votos negativos en DISCORDIA.

Y en esta nos encontramos, mi amigo Johnson y yo, votándonos negativamente el uno al otro. Sólo sabemos que millas allá, un tal Roschid nos ha votado a nosotros. Si no me equivoco, somos las 3 últimas personas del planeta.  

En DISCORDIA, no puedes cambiar o revertir tu voto. Cuando voté a Johnson no sabía que  aún había otro usuario más en la tierra, por lo que ahora, Roschid tiene nuestros dos votos negativos. Johnson tiene el mío y el de Roschid, y yo tengo el voto negativo de ellos dos.


¿Y ahora qué?

Thursday, July 10, 2014

La Gran Demócrata

Si esto es en lo que consiste; si estás son las paredes, entonces lo he logrado.
Puedo decir que he marinado mi polla en azúcar, puedo decir que he liderado una expedición a bordo de un patín, puedo decir que he robado porno con mis propias manos.
Paseo por la calle donde vomitamos las cuentas pendientes. Me pregunto qué dirán os demás, cuando se pregunten a sí mismos lo que han hecho con sus vidas.
Mi cabeza da muchas vueltas, he procurado no reírme demasiado de nadie. Cuando era pequeño ya me burlé todo lo que me tenía que burlar del mundo, así que ahora procuro tratarlo con algo de respeto. Cuál es mi sorpresa al ver que a mi edad, hay gente que sigue sin respetar nada. Algunos ahora se ríen de mí. Por suerte me importa más bien poco, pues la muerte nos acaba enfrentando a todos. Y aquellos que piensan que han obtenido mayores logros que un servidor, ¿quiénes son para realmente juzgar?
Cuando nos encontramos todos en la misma fila, esperando el veredicto final, qué más va a dar si has llegado descalzo o con tacones? Cuando esperemos, disciplinados y sin manera de evadirlo, el último suspiro, quién coño se va a poder jactar de qué? Lo he visto en algún lugar, lo he oído alguna vez. La muerte, la herramienta más democrática.

Si lo piensas cuando aun dura el fugaz paseo de la vida, se te van las fuerzas de la maldad. Es imposible querer perturbar a nadie cuando sabes que todos acabamos en el mismo hoyo.  Y en ese lugar donde pudo haber oscuridad, solo hay una especie de cortina de agua transparente. Aunque no sepas en qué consiste nada, te sientes limpio y sin cargas. El arte del respeto hace más llevadero el camino. Y eso, eso no te lo enseña ninguna religión. No te lo enseña absolutamente nadie. Para entenderlo de verdad, lo aprendes solo.

Monday, July 07, 2014

Quedándonos

Tmuriel el pera da el último repaso a su magnífico proyecto. Mis amigos me preguntarán si estoy orgulloso de haber formado parte del mismo.
Yo les contestaré que “estar cerca de alguien” no significa “trabajar con alguien”.
En los días de verano como el de hoy, la lluvia cae empañando la ilusión. Aún así, desde la tecnología más pura, subsisto.
Etoy cansado de ser ignorado, cansado de perder mi talento, cansado de marchitarme en vivo.
Menos mal que la tecnología está de mi lado.
Por eso mismo, decidiré comprar una casa en la calle de mis verdaderos maestros. Un piso alto y con luz, donde el sol se refleje sobre las piezas metálicas de mis coches en miniatura. Ha de tener un parquing grande, con una rampa pronunciada y en curva. Ha de vivirse la navidad y el invierno calar de forma intensa incluso en estos días de calor. En la juguetería, entraré por primera vez más como padre que como hijo. La balanza, se va inclinando inexorablemente. Y como tributo a los mejores videojuegos de mi vida, me planteo tener un retoño.  Será una manera distinta de vivir lo de siempre, comandando un muñequito a través de las mismas fases que hoy me sustentan.
Eso, hay padres que no aciertan a entenderlo.


El gris, tapado cielo, pesado, denso. Aquí, también sabemos sentirnos tristes, que no os engañen. El cielo, a ras de piel, machacándote los huesos, apretándote entero, estrangulándote, y el alma se te sale por la boca; no hay otro lugar. Muy pocos lo saben, y los que lo saben, no se molestan en contarlo. Pero la certidumbre, al final del camino, existe. Y aunque no se pueda contar en palabras, es reveladora. 

Thursday, July 03, 2014

¿PARA QUÉ HAS NACIDO?


La bata blanca, el ejemplo de ir a casa. Obtuso él en su dilación, al igual las nubes le ignoraban. Ignorarle a él puede parecer ardua tarea, pero siendo jueves y llevando 4 años rendido al capital, uno ya no sabe ni lo que escribe. Ni le importa. Ni tampoco le importa lo que crean esperar de él. Fui al despacho del Mayor, con las alas cortadas y un desgarro en la entrepierna.  Al ver cómo sangraba, lejos de preocuparse, Mayor sonrió, y el muy puto me contestó con la más grande de las calumnias: “en un tiempo quizá sabremos”. Y en ascuas sigo, fulgurando indefinidamente, desgastándome en la flor.

Van a dar las 3 de la tarde, y el perro, nimio, olisquea la superficie. Qué más da que sea parquet sintético, o un fresco de Zurbarán. ¿A dónde van, las viñetas eléctricas que nos prometieron para con nuestros tiempos, si papel y bolígrafo  continúan más vigentes que nunca?

Ni siquiera sacará la patita hoy, temeroso de ser molido a palos o a dentelladas de Tiburcio, nominalizado para ser humanizado. Y es que cuando recorro dos metros más allá de la zona de confort, sí que tiemblo. Yo no he nacido para esto. He nacido para dorar mi lomo al sol.


Algunos psicólogos sentenciaron. “Tendencias suicidas”. Qué fácil es tratar de comprender el mundo de los demás cuando se mira con cierta distancia, cuando uno se toma una copa de pacharán para caldear la garganta. Qué fácil es hablar desde la barrera. Comprender sin recibir golpe alguno, le hace creer al analista, que tiene un don divino. Y juzga como quien agasaja a un bebote de pocos meses, un bebote que ya responde a sencillos estímulos que a buen seguro le llenan la cavidad emocional hasta los topes. Cosa que a nosotros, los humanos viejos, ya no nos pasa ni con los azotes más cruentos ni con las sacudidas más secas. ¡Cuanto hace que no me rellenan el agujero vacío, que parece que tenga un cartel de “cerrado por derribo” desde el día que me supe uno más!