Wednesday, December 17, 2014

Cool move!

Cinco, cuatro, tres, dos, uno: Jefferson de camino a la nada. No es la primera vez que le encomiendan una misión extraña. A decir verdad debe ser el tipo más experimentado. Nunca antes la nada había sido dilucidada a través de teoremas científicos tan explícitos. La nada, hasta ahora, era cualquier cosa sin cosa. Cualquier algo sin algo. No sé, tete, no sé. Pero ahí estaba Jefferson. Habían localizado la nada absoluta, aseguraban algunos técnicos experimentados en metafísica y geolocalización. No se trataba ningún agujero negro, de aquellos que se encuentran a años luz de la tierra. No, no. La nada de la que hablamos se encontraba en la tierra. Vamos, que no había que pillar un cohete para ir a por ella. Jefferson, al contrario de lo que uno pueda pensar en un principio, tenía una mujer que le amaba, unos hijos fabulosos que le hacían el almuerzo cada mañana y un perro, Brubrof, que le llevaba el periódico a los pies de su butaca en cuanto pasaba por delante de la finca el repartidor. Aún as Mira, yo no sé porqué había aceptado esa misión. Otra más, en realidad, de la que pretendía salir airoso… Antes de aquella había saltado a la comba con Jenson Button, había contraído sarro tan sólo deseándolo con mucha fuerza, había colonizado marte acompañado de Brubrof y el repartidor de periódico, había dominado los vientos de norte a sur y de este a oeste, había coloreado con plastidecors cuadernos de dibujos de superhéroes junto a enfermos de alzhéimer… Todo un maestro de lo no calificable… así que nada, no había porqué temer no salir airoso, como he indicado, de su siguiente misión. El pobre, sin embargo, no cayó en el detalle de que en la nada, precisamente, por haber, no hay ni aire, por lo que muy airoso no iba a salir. Así que justo al adentrarse en el perímetro considerado como “NADA” se quedó sin aire ipso facto. Un par de segundos después, se empezó a elevar, pues tampoco había gravedad… y a continuación, sus extremidades empezaron a consumirse, convirtiéndose él en Minion Guy, que es como me gusta llamarle a la gente con muchos, muchos muñones. La muerte parecía a la vuelta de la esquina, pero de repente el proceso de descomposición se detuvo. La nada, de repente, cobró voz, y dijo “el alma es irreductible”. “toma ya, puta chorra”, pensó Jefferson… No solo él pensó en la fortuna que había tenido. También el numeroso equipo de técnicos, ingenieros, y periodistas que seguían muy de cerca, desde el centro de operaciones de Indianápolis, la misión. Incluso los miles de millones de telespectadores y cibernautas que se agolpaban frente a sus televisiones de plasma fliparon de la suerte de Jefferson. Acto seguido. La nada desapareció. Que dices, “cómo coño desaparece algo que ya de por si no puede haber aparecido, porque es la nada”, pero sí, desapareció, haciendo caer al bueno de Jefferson, que recordemos, permanecía suspendido en la nada”, como un puto saco de cemento contra el suelo. Pobrete, Era un puto saco. Llámale tronco, llámale cono. Poco más era Jefferson. Pero aun así se sentía muy afortunado. No sé. La vida, es al fin y al cabo vida. Lo demás es nada. Y la nada acojona, y parece que también duele.

Friday, December 12, 2014

Diddy Kong Racing

La ciudad, el rock’n roll , la pana que parte. Jose Antonio brillando, saltando en pijama aunque va a arreglado. En medio del adoquinado de la ciudad. Es de noche. Esta es una ciudad de hoteles baratos y de música fácil. Nunca verás un lujoso coche cruzar la avenida. Pero todos tienen dirección asistida. El fin de semana, joder, viva el puto fin de semana. Estoy dentro, estoy dentro de Diddy Kong Racing. A toda velocidad.

Tuesday, December 09, 2014

El ascua que fulgura en el centro de mi ano

Hoy me siento bastante tranquilo, y eso es una suerte. Una suerte de suerte. Me siento en paz. Me siento barrigudo. Me siento oblicuo. Debo hacer muchas cosas. Debo probar el teppanyaki. Debo colorear los aledaños de mi ano. Debo suturar los asuntos pendientes también, está claro. Ayer vi por enésima vez el final de Eduardo Manos tijeras. Estuve cerca del lloro. Y eso que solo le presté atención 2 minutos. Es algo extraordinario, lo sugestionados que estamos también a la hora de demostrar las emociones más irracionales. Hay gente que se sabe provocar el lloro. Yo lo único que sé es que con 30 años, uno se pee con una facilidad pasmosa, incluso involuntariamente. Y eso que cuando era joven me jactaba de tener un control absoluto sobre mi esfínter. Las cosas cambian. Me gustaría alcanzar el vientre del firmamento.

Thursday, December 04, 2014

El hangar de la imaginación

Sólo tengo 30 jodidos años y renqueo desde que tengo consciencia. Giro mi cabeza hacia mi hombro derecho, la agacho y la elevo mientras babeo. No es que este senil, es sólo que soy un quejica. Hoy que llueve, las promesas llegan con más dificultades hasta la estratosfera. El lomo de mis sueños se llena de gotas cargadas de partículas de arena del desierto del Sahara. Como un colibrí de alas mojadas, a veces a mis sueños, les cuesta lanzar una trayectoria decidida hacia lo más alto, hacia el lugar donde aspiran a convertirse en realidad. Hoy, con tanto agua, tanta humedad, el cielo tan tapado, sigo lanzando pensamientos por doquier. Los veo alejarse con dificultades, Algunos incluso, caen unos metros más allá de donde emprendieron el vuelo. Otros flaquean, descienden torpemente, pero logran reemprender la trayectoria correcta. Es una cosa curiosa, cosa de la naturaleza, que cuantas más dificultades proponen los elementos para detener mis ilusiones, más las diversifico en cantidad y tipología. Estoy contento de que sea así. Cuestión de supervivencia espiritual, supongo. Por eso, los días como hoy, sueño fuerte y me paseo por el hangar de la imaginación orgulloso de ver mis maquinas preparadas para despegar. No dejan de entrar prototipos de ilusión, todos llenos hasta los topes del combustible de la esperanza. A veces me sorprendo, ya lo dije de lo maricón que puedo llegar a ser. Me gustaría ser un maricón asesino, que no un asesino maricón. Pero bueno, de momento me paseo como el presidente de una gran compañía, por las instalaciones desde las cuales mis mejores deseos salen despedidos. El hangar de la imaginación.

Wednesday, December 03, 2014

Gris Brillante


 
Si me cae el traje gris, si me aplasta el cielo ceniza, si lo que creía que era capaz de aportar no lo valora quien debería valorarlo, pues entonces me voy a convertir en el mejor de los mediocres. Por eso mismo voy a volar llevando a cabo arriesgadas inversiones que cuestiónen toda ética y moral. Si quieren que sea como ellos, pues voy a serlo. A partir de ahora, soy mi propio gestor, y ellos son la source. Básica su aportación, pues el líquido que me ofrecen a final de mes es la materia prima para conseguir realmente aquello que debiera haber merecido desde hace años. Mientras esto siga así, voy a adaptarme a lo que haga falta. Quiero que entendáis algo, agarradme fuerte de la mano ahora que aún coleo. Quiero que entendáis que siempre he sido bueno haciendo de las vicisitudes virtudes.
Por eso, voy a beber de su mala condición. Quizás el aliento incluso me llegue a oler tan mal como el suyo, quizás mi mentón se convierta en una prominente figura que desgarra cualquier perfil craneal lógico y racional. Quizá babee como un jodido engendro y desprenda un tufo tóxico… Ya sabes, si no puedes con el enemigo únete a él…
Y me voy a  regocijar, me voy a regocijar de ser más hijo de puta que el hijo de puta que me ha creado. Voy a hacerle sentir como un pedazo de mierda inútil. Esto es lo que va a pasar entre las cuatro paredes. Esto es lo que me habrás enseñado….
Yo, yo me regocijo

Tuesday, December 02, 2014

El código de París


El indigno, allí, tomando su café, resguardado del mundo que no se cree… En ese mismo bar, también hay restos de mi juventud. También hay pedazos de un muelle fluvial del Sena. Sí, están los cigarrillos, tu ausencia. Viene a ser, a día de hoy, un destello a pesar de toda la ceniza que te envuelve. ¿Dónde estarás hoy? La verdad es que en realidad no me importa. Cada uno sigue su camino. Lo nuestro nunca fue demasiado traumático, aun así, llevabas toda la nostalgia por la espalda. Es imposible haberte conocido y desprenderse de ti. O de lo que emanabas. Nunca nos acercamos apenas. Incluso cuando los dos quisimos, nunca nos acercamos. Y sin embargo, pude notar perfectamente entre el vaho, la humedad, el frío, los destellos de los faros con los que me pedías ayuda. Noté cómo quisiste que te salvara. Sí. Y no acudí. Demasiadas cosas en la cabeza, supongo.  

Ahora que ya soy mayor, prefiero hacer las cosas a mi manera. Estoy por perder el tiempo. Cuando dudo, prefiero recordar nuestros muelles fluviales. Sobre todo en invierno. Me sienta muy bien recordarlos. Lo nuestro nunca se empantanó, sencillamente nunca llegó a suceder del todo. Es una historia muy ligera.