Wednesday, July 29, 2015

Algo en cómo se muestra

Una parte muy escondida, creo que se trata de su forma de ver las cosas. Es eso lo que me hace quererla más que a ninguna. La forma en que golpea los límites del cielo. Es lo que hace que no sea capaz de dejar de pensarla. Algo en la manera de reír, hace que me pueda olvidar de las demás. Aunque lo intente, no puedo deshacerme de ella. Creo que sabe lo que es capaz de conseguir, creo que sabe enseñarme las cosas que nadie más nunca llegará a mostrarme. 

 Me pregunto si es capaz de esperar. 

Así, puede transcurrir una mañana entera en el meridiano de Greenwich. Nadie dijo que no fuera a doler. Y si trato de poner sobre la mesa todo lo que abarco, sólo hay una cosa clara: no soy capaz de desprenderme de toda ella. Mis pensamientos, después de atravesar toda la maraña de los miedos, siguen hacia adelante con la intención de que una sola persona los desvele. Y es como si ella lo supiera. Es como si no perteneciéramos al tiempo ni al lugar. Como si estos elementos se hubieran entrometido de manera fulminante en una combinación sencilla pero ideal. Es como si nos hubieran colocado en un tablero que no nos pertenece. Nosotros nos conformábamos con la parte más básica del juego, nosotros teníamos suficiente con nosotros mismos. Las tormentas me revuelven entero, le quiero proteger el cuello, pero en realidad sólo soy capaz de protegerme a mí. Algo tan sencillo a veces puede llegar a ser sumamente amargo y complicado.

 Me pregunto si es capaz de esperar.

 Al bueno de George Harrison

Wednesday, July 15, 2015

Hasta los cojones de tanta mierda

Hoy escribo como un adulto. Puede que sea porque soy adulto. He tardado en darme cuenta. Pero creo que soy mayor. A pesar de desconocer aún mi utilidad, soy mayor. Podría ser ya de esos que follan a putas. Podría contratar muchas rameras. Si tuviera dinero, quizás lo haría: Putas de todo tipo, gordas, feas, malolientes, y también putas niñas de mamá, que follan por placer, aunque si además les pagas dinero, mejor para ellas. Podría comprarme motos de agua ligeras para hacer trucos impresionantes sobre las olas que rompen en las costas californianas. Aun así, supongo que seguiría faltándome algo. Podría dejar de lado mi salud. Comer y engordar, seguiría teniendo putas cerca mientras retuviera mi fortuna. Este es el mundo en el que he nacido. El mundo en que el dinero lo puede todo. El lugar en donde te emborrachas de luces y de estímulos indiscriminados. Hay gritos, y el ansia de quedar bien es sobre todo eso, ansia. En este mundo, nadie enseña a nadie a observar. Solo se enseña a decir, a hacer, y a protegerse. En este mundo, nadie se toma tiempo. Mejor dicho, nadie se sabe tomar el tiempo. En este lugar, te enseñan a mantenerte en pie y a ambicionar. Implícitamente te invitan a pasar por encima de los demás. Te enseñan a decir y te enseñan a creerte lo que te dicen. Te enseñan que la seguridad en uno mismo es importante, y después te enseñan a utilizarla en contra de la verdadera justicia. Te explican que es más fácil creer en algo, que cuestionar lo que te rodea. Nadie tiene tiempo para probar otras ópticas. Se pasan por el forro el respeto y prostituyen millones de palabras antaño bellas. Libertad entre otras. En este lugar en el que todo sucede rápido, definitivamente parece que es mejor no pararse a pensar. Parece que es mejor entretenerse en defender lo que te han dicho que te pertenece. Una vez soñé en encontrar un lugar donde sólo te enseñaran a observar. Donde te enseñaran a escuchar a tu propia mente cuando se despierta tu interés. ¿Qué despierta interés? ¿Qué despierta interés que no te hayan dicho? Es una pregunta que podrías haber respondido cuando eras niño. No sé cómo estamos tan desviados de lo que debería ser. No te quiero engañar. Yo también me he dejado llevar. Yo también tengo una cámara enorme cargada de baterías, también se me tuesta la piel si no la protejo e incluso he llegado a probarme gafas de sol. También he ido a cines abiertos, he comprado buenos televisores, he fumado algún pitillo. Me he hecho socio de un videoclub, he conducido un auto y he logrado creer que quería a alguien. Pero al final, vuelve el toro mecánico, el cielo rosa y azul, y yo jadeando en el paseo marítimo, apoyado en alguna barandilla. Vuelven las putas. El camino sencillo. Vuelvo a tomar el camino sencillo. Y cuando me quiero dar cuenta ya es tarde, y mi póliza de seguros cubre el estropicio.

Wednesday, July 08, 2015

Muppet Babes

Existe el palacio de las cabezas mentorizadas, existe el lugar donde reventarte la corteza craneal es visto como un acto heroico. Nunca antes me habían felicitado por matar a alguien, por borrar del mapa a una persona, si es que se le puede clasificar como tal. Verás, en tierra de abismos ando. Cerca de mi tengo estatuas de sal sin ningún interés, pero los valles que se despliegan, los mantos de vegetación, la neblina que empieza bajo mis pies. Estoy en el lugar de los sueños, los ecos no encuentran horizontes. Puedo saltar de colina en colina, rebotando de macizo en macizo, puedo recorrer toda la isla con una sola mirada. Es como la palma de mi mano. No llevo ninguna de las cosas que he cargado inútilmente en mi espalda hasta ahora,. He aligerado peso. Nadie me asegura que vaya a volver a vivir. No me han hablado de volver a ostentar esta potencia. No me han garantizado que vuelva a sentir de esta manera. Hasta ahora, lo único que he percibido, relacionado con la estabilidad, es lo que la mayoría pretende. Renunciar a colores, golpes y sangre. Olvidarme de las cosas que puedan ser. ¿Pero qué es perder? ¿Qué es peor que perder el tiempo? Me marea este viento frío de tierra soñada. Estibadores yendo y viniendo, siempre por encima de la basura. Las naves, en el horizonte, el hielo acuchillando los pulmones. Todo por fin es distinto. LA merienda ha llegado hasta aquí. Aquí hay merienda con Muppet babyes. Incluso se han enzarzado en esta suerte de onírica bienvenida. Por ende, mi abuela también aparece. Hoy que no tengo nada en la vida, mis sueños se vuelven turgentes, y corro por sobre su antebrazo, su bingo wing, corro hacia su mano, tomo carrerilla y salto, y sigo saltando. Voy en busca de algo que he tenido hasta hace unos pocos años. No sé si ya lo voy a encontrar, pero lo sé un poco mejor, voy en busca de la pasión perdida, de la ilusión. No tiene mérito vivir de ninguna otra manera. Busco algo que sí he tenido. Ahora lo sé. No pido nada que no se pueda explicar, no pido nada que no me pertenezca. Sólo intensidad. Sólo busco la intensidad que en su momento ya me invadió, aquella que me hace querer marcar en la piel cada uno de los días que pasan.

Thursday, July 02, 2015

El doble filo de la inspiración

Está todo desolado cerca de la bahía. Es de noche, y no ha pasado ningún tsunami. No se trata de ese tipo de desolación. Los agentes, aquí son la soledad, la quietud, la oscuridad, la ciénaga y la calma. Cualquiera diría que el tiempo allí se ha congelado. Tú me entiendes cuando digo que todos vivimos en el ideal del filme, pero que aquí, en la vida, no existen esos saltos entre momentos vácuos y angustiosos. No existe la poesía permanente en nuestras vidas. Y si alguna vez pudiera haber existido, solo puede ser intuida en tus curvas, en tu manera de caminar, o de mirar. Es la única fuente de inspiración que podría ser infinita. A mi alrededor, la gente arde, se combustiona, hiede, se da. La democracia total a los niveles de los que hablamos, ya hemos convenido anteriormente que es la muerte. A todos nos agarra por igual, verdad. Todos tenemos algo en común. Sea a través del respeto o sea mediante el miedo, la muerte, a todos nos despierta. Y todo lo que soy, supongo que más que a la vida, se lo debo a la muerte. Todo el miedo, la angustia que siento hacia ella, es el mismo que me eleva y eleva mis pensamientos, el mismo que me aprieta el corazón cuando camino por el inpass de la vida. Soy tan temeroso como tantos otros, tanto temo que si le doy muchas vueltas, todo empieza a carecer de importancia. La inspiración es una herramienta de doble filo que pertenece a tipos amedrentados. Por eso pasa que llega un punto en que las propias memorias que has elevado gracias a la angustia suscitada por el miedo a dejar de existir, se convierten en la mejor plataforma desde la cual poder mirar a los ojos a la muerte. Si es que se puede. Es un tránsito extraño, pues, el de la inspiración. Un recorrido de ida y vuelta. Podríamos decir que no quiero dejar de tenerle miedo a la muerte, para asi poder dejar de temerla. He ahí una de esas paradojas baratas que suelo ofrecer al vacío. Hoy me apetecía coger el volante. Me apetecía cogerlo para no dejarlo ya nunca. Podría haber ido hasta Denver. Para cruzar el charco, hubiera colocado el coche en un portaaviones, y hubiera seguido dando vueltas mientras el barco surcaba el océano. Imagínate. Pero qué me hubiera aguardado allí, en Colorado? Exactamente lo mismo que tengo aquí. Los mismos problemas, temores. No se puede huir de uno mismo. Pero mientras te mueves, tienes la sensación de que no te alcanzas