Wednesday, March 27, 2013

no puedo quererla

Lo que necesito tiene forma de mujer? O de varias de ellas? Me refiero, este significado que no acabo de hallar, tengo el valor de mirar hacia aquí dentro y decir " si, tú quieres más de lo que te gustaría, tú quieres más de lo que ansias. Tu no quieres un sólo amor, tu quieres un amasijo de carne, tu quieres cada.instante xon una piel distinta, tu, incluso en tus sueños más humanos, deseas el instante, el disfrute del instante. Sueñas con una.mujer preciosa, la madre tres tus hijos, pero cada noche tiene un rostro distinto, en eso es en lo que sueñas, en tener un sólo amor, pero te das cuenta de que eso, ese pensamiento, si lo amargas en el tiempo cambia las caras de aquella persona a quien quieres querer, y al final, sólo queda el lugar de.siempre, calafell, con sus sol, co Suns playas con sus recuerdos que son los tuyos... Y la mujer es una pelota de carne qié siempre cambia independientemente de la intensidad con.la.que quieras quererla. No logra establecerse cono referencia, y sólo te tienes. Ti y al paisaje y tus ganas de querer quererla pero ella no esta, so. Todas y los instantes que conforman... No sé si lo entiendes, has elegido vivir por encima , verlo desde la muerte y sentirlo desde la.lejanía. Esto es lo que obtienes. Ni en tus deseos más familiares, vas a lograr. Anclarte solo en una. No, tu las quieres a todas... Jesús se ha quedado atrás... Ya no va a invertir más tiempo en ti. Te has desgraciado, sólo te queda tu tierra.prometida, calafell, sólo te queda eso, u los pies de ellas, sus pieles, todas tu palabras dando vueltas en una noria, gratuitas y divertidas, huérfanas de rostro aL culto mirar a los ojos, sin una mano que las cuide, han salido despedidas como balas perdidas,

At sunny days


El amor se me encarama a la espalda y me hace dudar, me hace dudar permanentemente, y las trompetas siguen sonando, retumbando en mis oídos;  El eco de mis pasos rebota en mi cabeza insistentemente, trato de tomar aire con las esperanza de que algo nuevo entre en mí, algo nuevo en lo que fijarme, algo nuevo que sentir; pero no sucede. Quizás el aire de mi alrededor está tan viciado como el circuito cíclico que recorro neuronalmente cada vez que trato de buscar una salida tangente a todas esas caras, ese desazón, ese vacío…
Vamos pasando, como bueyes cansados pero nerviosos, por los cercos estrechos sólo porque los que caminaban delante de nosotros decidieron que ese era el camino. Y siempre, siempre acabo escribiendo y reescribiendo lo mismo; Será porque llego al oscuro de los corazones, a la materia gris, a lo indivisible, o mejor dicho, a lo que no se nos permite dividir pero claro que puede ser dividido.

Monday, March 25, 2013

Chen chino japonés


Está todo oscuro en el muelle de la Bay. Hay troncos pivotando en el trocadero, el sol se escuiza, si es que es sol y no es luna. Hoy viene la primavera, me han dicho; saltarina siempre, nunca se cansa, hoy viene aunque sea casi de noche. Nosotros sólo somos animales que corretean a su alrededor con la lengua fuera y moviendo el rabo; Los cromos, los cromos terminamos siendo nosotros; cromos de un gran álbum; nosotros solo formamos estampas que disfrutan los de ahí fuera; en la piscina primero, después en casa jugando a la videoconsola, secándonos la espalda; Regresa la primavera; te has enterado o no? Las sandalias, vuelven las sandalias y el riesgo… Vuelven los tenderetes donde estuvimos; ofreciendo nuestras manualidades, hechas con amor, con la inocencia que de los niños; con la ilusión de los críos que se creían gamberros. Después aparecía el pesi de la urba con su mujer y nos decía “hola, pandilla”. Qué ha cambiado de entonces para ahora? Muchas cosas, me temo. Pero nada que no sepamos… el equilibrio en las relaciones es mucho más complicado, se acabó la naturalidad. Ahora es todo un baile de intenciones, a menudo desacertado, a menudo hipócrita, patoso y paquete, memerudo, que diría yo. Nada nuevo.

Chen, el abuelo que observa, es analizado por enésima vez por los científicos nipones.  Los lugareños aseguran que es Dios. Pero él sólo dice que observa. Observa, con su caña de bambú a un lado del regazo. Las olas chocan contra la roca, y él dice que el golpe lo nota en su propia espalda. Le aparecen marcas en el lomo, es cierto! ¿A caso no es un milagro?

Él dice que no, pero que no puede decir nada más. Que esto es una adivinanza y que debemos desvelar el porqué de tan fascinante conexiones entre el estallido de las olas del mar y sus heridas en la espalda por nosotros  mismos. Chen ríe, es extraordinario. Podríamos pensar que es un asceta, que solo pretende desaparecer logrando la ansiada comunión con los elementos…. Pero el viejo chen sonríe, y dice “soy demasiado humano para conseguir ese tipo de cosas”. La primavera también ha llegado Fukoka, él venera el sexo, la parte carnal, incluso más de lo que su cultura le permitiría reconocer… Qué hacemos pues? El viejo me lanza un reto desde su silla. Lo percibo desde aquí. Yo, de momento, sólo sé que debo aceptarme, aceptarme, aceptarme. Sé que estoy en el camino correcto. Me debo aceptar. Enjuagándome regularmente con el agua de la lluvia, me debo aceptar; pues lo que quede de mi después de que el barro se diluya, soy yo, brillantemente yo; Si es que hay algo entre el espacio que configura mi alrededor, eso soy yo; eso que brilla después de que la lluvia caiga; Estoy cerca de Chen. Las olas por su espalda, la lluvia por mi cara; y al final la verdad absoluta, estancada en un mundo dinámico, casi termostático…

Hay algunos que se pasan la vida intentado descubrir el porqué; la razón huele a mierda. Mal uso de la razón; la adaptación total se consigue renunciando a ella. Cuanto más usamos la razón, más nos inadaptados, cuanto más uso hacemos de ese absurdo mecanismo de defensa que aparentemente nos defiende a los unos de los otros, más nos alejamos del mundo.

Chen sonríe y me dice que estoy atontado. Jamás la palabra atontado estuvo tan por encima de cualquier otra que se asocie con la inteligencia tal y como la entendemos.

Chen, joder, estamos en la onda. Bebamos saque interestelarmente.



Monday, March 18, 2013

T Múriel Galápago


T Múriel Galapago es T Múriel de vacaciones en un lugar cálido evidentemente. T Múriel se ilusiona con las bodas. Forma parte de ese tipo de habas. Las hablas sentimentaloides.  T Múriel, escucha, también evidentemente, abba, el grupo sueco. Dos son los motivos, evidentemente: Uno es que una haba escucha Abba porque ya de entrada le genera simpatía la similitud entre ambos nombres, el suyo y el del tubérculo. El segundo, es sencillamente que él también sueña, se ilusiona y cree en los romances. T Múriel es capaz de evocar sus años adolescentes, en que las cintas VHS eran la novedad, lo último; en que los vinilos eran despreciados por anticuados; T Múriel es de los que escucha un coro celestial de voces cuando está enamorado; T Múriel se detiene ante los escaparates de vestidos de boda.

MARITAL, se repite para sus adentros T Múriel. Le encanta cómo suena esa palabra; MA-RI-TAL. Si pudiera, se versaría a sí mismo, con mucho amor. Y el Hospitalete, la envoltura de su vida, es así de tierna…
Yo coincido en el espacio tiempo con T Múriel, aún sin saberlo. Mi tía me regala un muñeco parecido a un playmóbil al salir de la tienda donde trabaja, yo lo agarro ilusionado; tengo 5 años. Recuerdo perfectamente el instante; probablemente después acabaría en su casa viendo los snorkels o encerrándome en la habitación del enfermizo fluorescente.  A lo que iba; me entrega el playmóbil en medio de la calle, hace mucho sol, hospitalet luce Hospictacular, que le digo yo. T Múriel anda unos metros más allá, contemplando uno de aquellos vestidos, son sus walkman puestos, escuchando Dancing Queen… ¿A caso no es maravilloso ese instante? De haber compartido ese momento Sorolla con nosotros, no habría dudado en inmortalizarlo; tan veraniegas sus pinturas, tan ligeras, coloristas y de un trazo grácil. Sorolla hubiera hablado muy bien de aquello. T Múriel era por aquél entonces semi Galápago, pues imaginaba su verano soñado en forma de boda sonada, pero no con la suficiente intensidad. Allí empezó todo; en el hospitalete. Yo asistí a la eclosión del prodigio, aunque de manera involuntaria y sin saberlo. Pero yo ESTUVE ALLÍ. 

Friday, March 15, 2013

Una fiesta horrible


Qué es lo que ella puede querer, detrás de esa mirada oscura; qué se esconde detrás del trajín de los ochenta; las mismas vergüenzas que hoy, al fin y al cabo. Los 80 son los puntos por mi piel, el temor a la muerte; lo bella que puede ser cualquier cosa en cualquier momento; los dos extremos: uno en que todo sucede, otro en que todo se tramita. Cuál tiene la razón? Supongo que el segundo; pero el segundo necesita del primero, y el primero, sin embargo, puede existir sin el segundo.
Secuencia contra percepción. Hecho contra asimilación, suceso contra percepción, consecuencia contra digestión.
Estoy aquí entre gordos sebosos amantes de las apuestas deportivas. Me dejo llevar por este gentío salvaje, por este hedor agrio, por las patosas bocanadas, los jadeos desesperados, las camisas blancas que amarillean de tanta humedad de tanto sudor fruto de tantas otras citas relacionadas con los eventos deportivos. Ellos piden sus whiskys, sus Gintonics, algunos se atreven con la cocaína. Allí, las carreras de caballos, aquí en la sala de control, la interpretación de los gordos. Ganará  el Dieblo negro;  o Rayo Júnio . Sólo Dios lo sabe, y Dios qué es? El que todo lo abarca, el que tiene el poder sobre la razón y sobre los hechos; Pero nunca sobre el inconsciente mío, en dónde el sólo es uno más; alguien que teme, un ser asustadizo; allí no es dueño de nada; por las noches, cuando duermo, no hay Dios al que pertenezca. No solo eso, si no que no hay quien me tosa. Establezco mi pequeño universo cerrado; estanco, en donde todo lo que hay fue previsamente procesado por mi percepción; una ecuación, un gesto lineal que empieza por el hecho, sigue por la interpretación, y desemboca en este  extraño lugar; aquí muevo mis piezas, aunque el precio que tengo que pagar es no controlar nada.

Como si la naturaleza me cantara, por fin, una canción diferente a la soy capaz de escuchar cuando ando despierto, a la que cabe en mi razón; como si la naturaleza me dijera “la razón es de nuevo lo que te ciega, lo que ata tus alas. La razón tiene por objetivo prestarte una explicación fácil, prestarte un Dios… Pero tras la antesala de las evidentes deidades se encuentra la fiesta de verdad; técnicos de luces y de sonido, realizadores locos, cocaína, en este caso celestial, prostitutas con tentáculos en la cara, dación de alma, instinto Sangre y dolor, pelotas de carne, orgasmos que trascienden lo sensorial, abolición de juicio puro y bien entendido libre albedrío… eso es lo que encuentras cuando cierras los ojos… lo que va más allá de la razón, aquello que buscamos sin cesar y nunca encontramos es así de caprichoso: entra en lo más profundo de nosotros cuando descansamos, se recrea en nuestro terreno más íntimo, y al despertar, ellos ya han huido, con suerte dejando algún pequeño rastro de la bacanal. Una serpentina, una miserable serpentina pisoteada que ha quedado enganchada en la corteza cerebral puede ser una punta de una gran idea que quizá cambie el mundo.

Wednesday, March 13, 2013

Nunca nada quizá es todo


Circuncidada la emoción, me remito a mis días de yacuzzi; Días en que mi caja torácica era digna de ver, días de reflexión en el salitre del agua; días que me trae el directo en Sidney de Stay faraway (so close).
Una vez pensé que las personas somos lo que queda entre nuestras realidades y nuestros sueños; El espacio que ocupamos allí, es el que nos define.

Aún hoy temo y ansío por igual la formulación de la pregunta total. ¿Lo estoy haciendo bien, o mal?
Me gusta pasear, eso ya lo sabes; me gusta pasear en la soledad y morir silenciosamente. Habitualmente no albergo demasiados buenos pensamientos hacia la condición humana; me sé parte del cáncer, de la condena. Reconozco que la medida de la duración humana es minúscula en comparación al tiempo que va a resistir la tierra todo el dolor que le causamos, y que por eso, sigo pecando, un poco menos intensamente, pero sigo pecando, escondiendo en mi parte más oscura, la idea de que mi sangre, en forma de descendencia, sufra los estragos a los que nosotros hoy damos pie.

Todos lo vemos; vemos que esto no puede ser, pero seguimos adelante. Sin ir más lejos, no puedo resistir la idea, de fundirme con una mujer y con la tecnología. Hacer un trío, mi mujer, la tecnología y yo.
Todo era demasiado bonito, pese al daño que le hacíamos a la tierra, todo era demasiado bonito como para parar; siempre queríamos más, y nunca había suficiente. Había tantas cosas que hacer, que nunca nos dio tiempo de pensar en todo lo que robábamos a nuestro futuro, porque es a él a quien hurtamos, a nuestro futuro, el de nuestros hijos, el de rabino Diego.

Porque pa rabino el mío; Facto de la fe sueca, el Auserón de los pepinos. Mi pene, de facto; tan viajero, tan él mismo. Tan tierno a veces, tan divertido, tan duro en según qué ocasión, tan cobarde y nervioso, tan abrumado y tan sensible, tan amante de la belleza y tan reflexivo, pensador pasante de tiempo y de mundo; cada vez quedan menos huecos, y como cuando cumplí 20 años y me di cuenta de que ya tenía la envergadura humana por la mano, y que por tanto, ya concebía la totalidad de mi existencia, pasada, presente y futura, en un espacio infinitamente superior, y por tanto obtuve  una clarividencia temible, vertiginosa, acerca de mi ciclo como ser vivo, y por ello empecé a obrar de manera distinta, impregnando mis actos de mucha más emotividad, llorando alma, que digo yo, sabiendo que nada es para siempre y que todo cuenta, cerciorándome de que si no tengo todo el valor que predican para  vivir en voz alta, por lo menos, voy a  apostar por la honestidad y por los principios, por la coherencia, la diligencia y la sinceridad en mis actos, por ser digno, que ya es mucho en este mundo de locos… No sé a quién me debo, quizá solo a mí, quizá yo mismo sea mi propio juez un segundo antes de marchitarme del todo, seguramente, sí.  Solo por ello merecerá la pena obrar  de manera ordenada y consecuente. Quizá así halle tranquilidad en el paso de una existencia a la siguiente. Sin estímulos que llegan de fuera en forma de dios, en forma de octavilla o de televisión, en forma de lo que sea. Todo debe ser procesado aquí, en mi interior, y después, quizás después, pase a formar parte de mi imaginería y me ayude a tomar decisiones, pero nunca antes; y bien, como iba diciendo, queda cada vez menos existencia para mí aquí, igual que menos países que acojan mujeres que aún no haya penetrado, todo es lo mismo; todo con su principio y su final, y yo en el mismo sentido que todos los mortales, solo que intentado ir más distraído, mirando las ventanas llevando las riendas de mi vida sin acabar de mirar al frente. Quizás me la pegue. Quizás me la pegue mientras pienso que dudo que haya alguien que haya sido capaz de verlo todo un poco más claro que yo, al fin y al cabo.

Thursday, March 07, 2013

Cirio


El gran cirio, fulgurante, perenne, eterno; jamás vacila. El ufano cirio petula. Petula aunque no exista tal término. Petula entre tomillo y romero; entre viñas y viñedos, bajo un sol radiante que desvela clarividentemente la estampa en la que yo me coloco con exacta igualdad que el resto de los elementos.
El gran cirio, otrora depósito de algún tipo de cereal, ha venido a mí en todo su esplendor. Intento pensar en lo que alberga su interior hueco, si es que alberga algo, y siento escalofríos. La negrura, la furia de lo atemporal, de lo vacuo; posiblemente la descripción más cruenta de la muerte: la nada absoluta.
El gran cirio, pues, lo es todo. Vacío en ebullición por dentro.

Vida, fugacidad, gracia y plenitud por fuera.

Yo llego hasta allí con mi bicicleta, dejo tirada bajo el árbol y me acerco hacia él, atraído por lo sublime de su esbelta figura. Miro su sombra alargada entre la siembra y se me pasa por la cabeza pisarla, ubicarme bajo ella y colocar así el gran elemento entre el sol y lo que vengo siendo yo.

Piso la sombra. Negrura, ablación de los sentidos, de la emoción. Punzadas de vértigo, inmisericorde ignorancia. Me siento desguazado en ese instante. Su poder, el poder del gran cirio es tan fuerte que siento la necesidad de arrodillarme, llorar, pedir perdón por ser capaz de razonar, disculparme por no tener más remedio que interpretar, excusarme por existir.

El gran cirio, sé que el gran cirio no se va a molestar tan siquiera en juzgarme, impasible él.

Wednesday, March 06, 2013

Simpática tecnología (Sonritch)


En el salón technicholor, en el salón hay una pantalla muy grande. La lluvia, desde este hueco, es muy tecnológica. Ruego por mi maletín, ruego por lidiar con las masas tectónicas del mercado, por tener una plataforma móvil con las últimas tecnologías; muero por el olor a precinto recién abierto; por los suelos de parqué y la wi-fi correcta.
Es esto, esto es lo que buscaba; un equipo musical que ni pintado; las sonrisas escurriéndose entre la fornitura del comedor; un llanto jovial si cabe;
Mis amigos me llaman de vez en cuando; que si voy a ir aquí o allí, y por fin, la videoconsola regresa como gran alternativa; por fin redescubro Resident Evil, Mario Bros, Zelda.
Es así como quiero sentirme, encajado en esta vida, igual que encajado en un traje formal que sale al paso. Es una tecnología simpática, una tecnología que me arranca una sonrisa, una tecnología que pretendo abordar con mi hijo si lo tengo alguna vez, al son del atardecer hibernal, por fin podré decir que habré tenido, por fin podré decir que habré vivido.