Saturday, November 13, 2010

Iph eixatthan.

En el margen del andén espera un hombre. No sé, quizá de unos 50 años. La noche se hace a su misma presumiendo de habitu soltura. Cuando cae, me recuerda a un orangután capaz de elevarse en el aire porque se coge a si mismo del pellejo.

Hoy me la juego; a ver si hay bicis en l'illa.

Kings of León utilizan un bajo sospechosamente ochentero y una guitarra es tipo ducha.
Ayer quise a
Hacer el mono y lo pasé mal porque en el fondo sabía que no debía. Y en esta desubicación habitual Me encuentro de nuevo. No sé que coño hacer. Al iPhone se le acaba la batería cada vez más rápido y no logro sentir nada profundamente. No sé a quién debo querer no tampoco sé a quién aferrarme. Vamos a morir con una gran sonrisa en la cara solo por cuestión de apariencia. Aunque no estemos vamos a querer ser recordados como tipos que supieron vivir. Y si hay alguien que no siente así es que solo es humana estúpida. Estamos aquí para algo más que querernos. Estamos aquí para preguntar y dar la vuelta, para dejar un legado, para ir construyendo entre todos algún sentido. Y quien se ubica ya es inservible para la verdadera tarea. Vaya súper gorda negra se me ha sentado al lado, joder; su chicha prácticamente ha aprisionado mi brazo izquierdo.

Vivo en una especie de pequeña Manhattan, efectivamente.bhqy muchos estímulos a mi alrededor y no quiero perdedor nada. Quiero follar, quiero querer, quiero trabajar, quiero cultivar mi cuerpo, quiero ser frío y desapasionado en apariencia, quiero surfear por las emociones dejando atrás a los demás.... Y mucho más, xo ahora no tengo tempo!!

Sunday, November 07, 2010

Esquela iph comunismo

Hay veces en que todavía pienso en otro sistema, aunque esté aquí postrado en el corazón de Barcelona. Aún pienso que el mundo puede cambiar conmigo; y entonces me veo adquiriendo otro ritmo, otra manera de existir: los destalles empiezan a ganar muchísima importancia. Sensaciones como respirar son premios; huele mucho más a hierba, el equilibrio quizás es mucho más difícil, pero a la vez es más agradecido. Siempre asustados hemos de vivir; por si alguien quiere más de lo que le ha tocado en un país que sueña en clave comunista.
Las verdades son afiladas; duelen mientas se desvisten de la hipocresía. Se clavan muy profundo y o bien te arrancan una sonrisa, o bien un llanto, pero ambas cosas son sentidas. Creo que el motivo por el que a veces sigo creyendo en otro mundo es porque pienso que en el momento de la muerte te sobreviene una sensación de claridad que te muestra lo cierto que estabas cuando decidiste vivir en el mundo de la manera que querías. Y tengo aquella corazonada de que me iré mucho más contento si he sabido querer a la vida como ella había deseado. La vida en realidad deseaba que la adoráramos por lo que ella nos podía enseñar mientras nos mecía naturalmente; no quería, creo yo, que la quisiéramos por lo que somos capaces de mostrarnos a nosotros mismos mediante nuestros humanos sentimietos. Pero ella nunca va a decir nada, se deja querer como queramos, porque sólo es bondad. Pero se entristece cuando ve que nos autocontemplamos de manera soberbia y no le dejamos hablar a ella.

Por eso aún quiero quererla como creo que ella quiere que la quieran. Porque me iré con la sonrisa franca y el trabajo hecho. Como un hombre más que tuvo el aparentemente pero menudo obviado deseo, deleite y recreo de escuchar y observar a su amada sin que ella se diera cuenta.

Wednesday, November 03, 2010

Esquela iph: la piel y el sol.

Me sumerjo sin haber respirado y muero sin haber vivido como aquél que firma informes sin haber prestado atención a su propia firma. Canal satélite, los minuto justos para difundir el mensaje, la gente que no para de compara precios, el mercado que se hunde para repuntar después y las luces de neón abriendo la tarde helada.

Yo tengo unos minutos para parar, pero no quiero. Voy a piscina, cultivo mi cuerpo y me siento mas integrado en el frenesí. No tengo tiempo para respirar; ya estoy fuera; noto cómo cae el agua de mucurrpo cuando me contraigo antes de hacer el esfuerzo necesario para salir de la piscina. Miro mis músculos, completamente tensos tras el esfuerzo. Me siento premiado aunque no sé porqué atribuir el vale tan grande que atribuyo al premio. No sé para que sirve. Quizá esta noche duerma mejor.
Y en la tarde que precede, volveré a marcha al compás del mundo de Occidente; yendo al cié acompañado de ella, hablando del trajín del día; creyéndome relatovente importante; contrastando edificios. Viviré completamente muerto. Así ya no habrá sifrmiento no para mi, ni para los que me quieren.