Wednesday, May 29, 2013

Rk'n Rll Mart Club

En la caravana lúgubre se escucha solamente rock’n roll…

Es cómo funcionan las cosas: Calcetines que huelen mal, colocados por enésima vez en mis pies, ropa de hace meses que nunca recibió su bautizo de suavizante, cordeles para atar pollos asados que ahora sirven como correas para mi guitarra eléctrica resquebrajada; Y sobre todos los tiempos y las carreteras, una gorra en dónde bordadas de leen las letras de la ciudad que me vio crecer;

Así es; desde aquí brota el verdadero rock; No hace falta pasarse años estudiando para llegar hasta aquí; hasta esta excelencia; es más, me atrevería a decir que lo sublime aparece cuando no se busca, o cuando se deja de buscar racionalmente; el corazón te guía, y te sale esta canción; esta canción en que pides que tu chica te abrace y que te deje quedarte en su casa una noche más.

¿Cómo aprender con lo que ya llevamos aprendido? Desaprender es la máxima expresión del aprendizaje puro; Mira a dónde hemos llegado, mira estas casas tan altas que se caen encima de nuestras cabezas, mira esté amor enfermizo por igual que vetado; este ir de coño en coño sin que nadie lo sepa; este guardarte tus guarradas para ti; tus excentricidades para ti; este continuo contenerse; todos escondiendo nuestros secretos; en eso consiste hacerse mayor, en aprender a esconder tus secretos y tus instintos. Sí, ya sé que este mundo sería ingobernable su montara como un chucho callejero a cualquier hembra de pechos lechosos después de husmear su rajita sin más… Ya lo sé; pues vayamos ya a Marte; Creemos nuestro propio club de rock’n roll; riámonos de la humanidad desde Marte.

Tú serás yo en la tierra, yo seré tú en la tierra; no veas cuánto nos vamos a reír imitando el que era nuestro comportamiento habitual. Desde Marte, bebiendo te. Una noche de rock’n roll cualquiera; sin ataduras, como en este carruaje angosto donde no tengo nada que esconder, o mejor dicho me escondo de todo…. Qué más da;

En eso somos buenos, en eso somos muy buenos; quizá es en lo único en lo que hemos evolucionado; en contenernos para estallar después de algún modo a menudo violento; matar a alguien, llorar sin comprender nada, machacar a los demás pensando que así encontrarás alivio, VENGARSE del Mundo, cuando el Mundo no nos quiso desde el principio. No soy un naturista; fumo cigarrillos aunque no me los meta por la boca. Bebo y me gustaría saber conducir;  Soy incapaz de renunciar a según qué tecnología; pero todo eso , todo lo poco que hay de bueno, en realidad no es más que un efecto colateral de nuestro afán por tratar de ser quienes no somos.

Quizás está bien haber malexistido; todo por los daños colaterales. Todo por la tecnología, la gasolina; los cigarrillos; los telesillas, el aire acondicionado y los secadores. Ok, ahora que ya tenemos esto, por favor, quedemos sólo 8.000 personas en todo el planeta. No vendrá de una guerra más.



Tuesday, May 21, 2013

Exoneración in vitro



La exoneración del ser no debería ser un derecho, ni tampoco un privilegio. Debería venir de serie y sin tener que buscarla, como mecanismo de defensa irracional.

De pronto, nos encontraríamos todos volando; oliendo geranios en suspensión; Conflictos mentales habituales, que nunca llevan a nada, no tendrían cabida aquí.
El compartir o dejar de compartir a tu pareja; el comer unos genitales como quien come un pincho Yolado, el hoy, el ayer, el mañana; el tener en la terraza aún más geranios. Pero son geranios que no se suspenden en el firmamento.

No deberíamos pensar en cosas inútiles. Si nos dan tan poco tiempo, que nos eviten pensar en cosas inútiles. Si nos dan poco tiempo, que nos eviten el calvario de asomarnos a nuestro interior, para decidir si somos seres libres o no…
Como una estrella fugaz, tan bella desde la distancia, tan horrible desde cerca que su cola es el polvo en que se convierte su corteza, me deshago progresivamente a la par que me quemo la piel… cada vez soy menos, y lo menos que soy, más plagado de costra estoy. De mí lo más bueno es lo primero que se llevan. Se lo llevan fácil y lo que más les cuesta, es la costra final en que me convierto; la oscuridad de mis propios restos, eso es lo que acabo siendo.

Esa estrella fugaz tiene tecnología en casa, pero a veces no es una tecnología cómoda. A veces es traicionera. Se me petó el puto ordenador.

Friday, May 17, 2013

La Historia de Pizzoleto



Pizzoleto era una especie de pizza animada que de un día para otro se convirtió en una especie de humanoide inquietante.

“Pizzoleto, a que te meto”

Esta era la frase con la que sus compañeros de aula le martirizaban día sí día también.

Pizzoleto encontró trabajo sin aprobar sus estudios de secundaria. Se convirtió en la emblemática mascota de una multinacional pizzera.

“Pizzoleto, a que te meto”…

Maldito cabrón, el puto Pizzoleto.

Thursday, May 16, 2013

Estoy sucio



En la ducha cae la sangre reseca, me descostro de las falsas heridas; la sangre que hay en mi cuerpo, no es mía, pero casi duele tanto como si lo fuera. El plato de la ducha es mi redención, mi entrega, mi causa; el mango de la ducha, el cordón umbilical que me lleva de vuelta a casa. Hoy me siento eternamente vivo, la oscuridad me abraza y el momento es tan difuso desde el principio hasta el final, que aquí caben videojuegos y religión en un solo cajón.

Me quito la sangre de otros de la piel;  Hoy quiero ser padre, tan solo para buscar ese momento en que te confiesas a tu hijo; en que le pides perdón por haberle traído a este mundo, ese momento en que te arrodillas ante tu extensión; y te pides perdón; ese momento en que partes la concepción; en que la sangre se espesa más que toda la tinta del mundo; El sabor metálico del rojo profuso en mi lengua; las operaciones y las enfermedades más diabólicas; los papeles del concurso; el dolor que he causado; Todo, aquí, en esta ducha, es uno;

No tengo dinero para contentarte, no tengo fortuna que compartir contigo; tu te quitas los calcetines con suma sensualidad, porque sabes cómo me gustan tus pies; yo pienso en la religión; en lo que me ha traído hasta aquí, y de nuevo en la confesión; en el momento en que me arrodillo frente al hijo que vamos a tener después de esta noche; El pelo negro y espeso; la ilusión entrelazada con la perversión; el olvido de lo correcto, de lo justo y de lo adecuado, la droga de dejar de ser humano; de sentirse un rincón lleno de mierda en la estampa última; Estoy en el lugar; Soy un caballo;  tesón entrega. Soy la máxima expresión del cansancio de ser humano. ¿Me puedo quedar con las emociones, por favor? Todo lo demás, lo devuelvo. 
Devuelvo mi cuerpo y mi alrededor; devuelvo esta mierda de gente; devuelvo esta mierda de tiempo; este espacio oscuro. Me quedo solo con la emoción de follarte, de tirar piedras y causar la muerte, como una luz que se apaga.  Me quedo con el pesebre de las sombras, con el temor de haberme mirado hasta el fondo.

Estoy en el maletero; en el maletero de mi propio auto. El que conduce vuelvo a ser yo; Quiero deshacerme de mí; quiero ver cómo me deshago de mi cuerpo; mancharme las manos de la sangre de otro, que soy yo; quiero ser  un perro de presa para conmigo; Apuntar como apuntaría un crío con la pistola de su padre; Ser ese mocoso que no tiene miedo de disparar, para poder meterme una bala en el culo. Hoy estoy muy, muy sucio; Y esta ducha no sé hasta qué punto cumplirá su cometido; Hoy querría empujar al hijo de puta que me empujó, para que se quedara atravesado en las puertas del ascensor mientras empieza a ascender. 

Puestos a pedir; me gustaría que de torso en adelante, se quedara dentro del ascensor, para ver su cara de incomprensión mientras sus tripas  se desparraman por la zona; No voy a seguir; hoy soy un caballo cuya linealidad y moralidad encuentra sólo límite en las palabras y su forma de dar sentido.

Tuesday, May 14, 2013

Hoy Nada es Suficiente



Te juro que hoy me la cargo. Llevo un par de semanas bien jodido. Harto. Desmotivado, cansado, has los putos cojones de todo. Nada es suficiente. Absolutamente nada. Echado a perder. Necesito otro tiempo y otro lugar. Voy a morirme. No tengo ganas ni de escribir algo nuevo. Me pudro entre los podridos. Me quiero ir.
“Porco Rosso, ven a mí”, me repito una y otra vez. O Los calçots de Vilafranca. Todo siempre ha sido mejor que ahora. Mi teléfono no funciona para lo bueno (escuchar música). Para lo mal sí funciona (recibir llamadas y whatsapps de gilipollas).
No dejo de preguntarme si merezco lo que me está sucediendo: El asedio es total. El asedio al que me someten todos esos estúpidos es total. Abro la palma de mi mano. LA extiendo. Encuentro lo que ha encontrado todo el mundo en la palma de su mano. Entonces culpo a mis ojos. ¿Ojos, porque me habeís dado esta visión? Hoy más que nunca quiero ser un gilipollas más. Quiero disfrutar del trabajo que tengo. ¿Tanto pido? Ojos, hoy no os alabo por esta visión. Hoy os maldigo. ¿Merece la pena interpretar todo de la manera en que lo interpreto?
Yo creo que no,  voy creyendo que no.

Tuesday, May 07, 2013

Ayer soñé con Kyoko.


Ayer soñé con Kyoko.
Un sueño con aroma navideño;
Kyoko y yo, siempre Kyoko y yo: Por fin la encontraba. Pasábamos días en familia, y ella se mostraba ausente, como era de esperar.
Dentro del sueño me pregunté mil veces si estaba soñando. No es el primer sueño en que me pasa algo así. La diferencia, es que en esta ocasión, la evocación era tan profunda, que a pesar de preguntármelo tan enfáticamente, la respuesta que obtenía era siempre clara y concisa: “no raül, esto  es real”.
En el sueño, no practicábamos sexo. Sencillamente ella me acompañaba en todas mis situaciones familiares. Manteniéndose al margen, pero sin huir de la estampa. A veces, después de poner la mesa, me sentaba a descansar, y ella se sentaba a mi lado, sin decir nada.  Entonces yo me sentía reconfortado y no me hacía falta nada más.
Por fin podía ver su rostro japonés de cerca; por fin tenía la certeza de que ella existía, y porfin obtenía la experiencia anhelada de tenerla a mi lado. Efectivamente era  justo lo que esperaba: No hacía falta tocarla, ni hablar con ella, para sentir que por fin había encontrado un punto de anclaje en mi propia vida. Una condena, si se quiere decir así; algo por lo que culparme, por lo que no olvidar; una fuente de dolor, pero también un cariño inusitado;
Ahora ya no era navidad. Ahora era verano y estábamos en Calafell. Ahora estábamos en la piscina, ahora en la playa, ahora en un bar; y yo siempre mirándola, mirándola como quien se pellizca para asegurarse de que todo es verdadero, todo está sucediendo realmente.
Ya no recuerdo  más; sólo retengo las sensaciones. Navidad, verano.
Paco Lobato finalizaba su programa y se aflojaba la corbata.
Esto ha salido en alguna parte del sueño también, creo. Qué rabia no acordarme de más.