Monday, August 28, 2006

17


Con gracia, con gracia y de lejos... se empiezan a dibujar pasando de realidad a recuerdos todos los colores que una vez decidieron condenarme de porvida...a la felicidad eterna de la certeza de haberme ido de este mundo con un par de historias que contar.

...¿Cómo te diría para que tú entendieras, sin necesidad de recurrir a mi maltrecho y barroco castellano?

Yo te he pedido en forma de ilusión.

Y has venido tarde, pero en perfecto estado... con pelo negro y travieso te has presentado. La acreditación la llevabas sellada en tus labios de febrosa juventud: Decías ser la garante de la que sería mi nueva sonrisa, Sonrisa Sin Miedo de Cara a Nadie (SSMCN).

Y por ello ahora ya no necesito andar por los huecos de las calles llorando y oliendo las mierdas de perros apaleados.

Te volviste la punta de la sábana de mi vida, te conviertes en eso y en la mano que la agarra para hacer de la tela una extensión de masa blanca bien amplia...porque me haces sentir como una puta sábana extendida y pía... que se empapa de sol sin miedo...

Joder, eres lo mejor que me ha pasado, pero eras solo eso, eras la corriente del mismo río en que dijimos de divertirnos.

Todo el barro del que había hablado alguna vez y en cuya espesura en incontables ocasiones me hubiera gustado revolcarme...se volvió por unos instantes real, y...

Claro, él la cogía de la mano de un modo torpe. Él era torpe. Además estaba todo oscuro.
Al final, fue ella la que tiraba de él, y cuando se perdieron en la frondosidad de la vegetación y empezaron a andar a tientas por la pendiente... él pensó "mierda, esto esta hasta los topes de lodo, me estoy poniendo perdido"... pero a los dos segundos le daba igual, porque esa situación jamás se volvería a repetir, así que se dejó llevar por el ímpetu y el candor de aquella muchachita tan amenazantemente tierna.

Entonces llegó el momento de sentarse y empezar a contar las barcazas. La niñata empezó a fumar mientras sacaba las cartas y le advertía que los anfibios andaban cerca “claro, es lo que tiene jugar a las aventuras en medio de esta isla”, aseveró ella mostrando una madurez que desnudó desarmo al desalmado.

La música se oía tan lejos que más bien se convertía en un latido rítmico, lejano, acolchado por el ramaje estacional que caracteriza a las plantas regadas con agua roja.
Entonces empezaron los fuegos de artificio particulares. Ella los fue encendiendo sin que él tuviera tiempo de oponer resistencia.

La condenada le apuntó directo al corazón, y se lo pintó de colores que se mezclaron con la hemorragia que nacía de los ventrículos de él.

“te pinto el corazón, y te dejo ahí tirado”

Y lo dejo tonto perdido, tonto perdido y retrasado cardiaco, que es algo así como retrasado mental, pero en vez de afectarle a uno a la cabeza, le afecta al corazón.

Secuelas que acarreará de por vida el desdichado.
Porque hay consecuencias que por poco que uno haya estado enamorado en la vida, no las puede olvidar.