A menudo trato de preguntarme porqué durante algunos momentos algo que me parece sumamente valioso, de repente, pasa a ser una cosa prescindible. Este es el origen del quebradero de cabeza que llevo colocado.
Un último baile; a veces imploro por él. A veces solo quiero que la fiesta acabe cuanto antes. Llegar a casa, mirar las estrellas. Algunos dirían que eso es triste. A mi no me importa. Qué sabe la gente acerca de la tristeza y la felicidad... es algo tan íntimo...
Yo sé que mi familia espera esta noche; noche buena. No soy de enviar felicitaciones, no soy de abrazar fuertemente, no soy de hacer explotar mi alegría frente a los demás. Eso es así. Pero soy feliz por saber que alguien me espera; esta es mi manera de recrear mis sentimientos. Hay algo que no falla, y por haber estado siempre ahí, pasa algo desapercibido. Es el núcleo parental. Abuelas, tíos, padres, hermanos, primos...
No son mis mejores navidades, es cierto; pero ahora mismo me da igual. Voy a dejarme llevar, a ser honesto, a mecerme por los acontecimientos que suceden.
Eso sí, esta tarde no quita que tenga una extraña cita; cuando pienso en esa cita, me avergüenzo de mi mismo. Entonces me tomo un Mentos y todo vuelve a la normalidad. No voy a hacer nada malo, lo prometo. Al fin y al cabo, solo voy a mirar tiendas. La noche la voy a pasar con mi familia. Pero qué estoy haciendo últimamente con mi vida... ya no me hace falta beber para creer que algunas cosas de las que hago sólo me pueden haber pasado en sueños. Cuando hablo de sueños no hablo de metas, en este caso. Hablo tan solo de situaciones surrealistas. Qué busco? me da miedo preguntármelo; me avergüenzo. Pero tranquilos, muchachos, no es nada malo para nadie.
A por las fiestas navideñas vamos.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment