Saturday, October 20, 2007

Esquela 101: No es un día más

La vi como se ve al nombre que lleva, que no es otro que el de la hiedra. Derrotada y mansa, se deja matar por el sol que amanece. Es un día que empieza de nuevo. El naranja morado del vespertino, puesto del revés.

Lleva por nombre algo fugaz, o lo que el ramaje tierno soporta en forma de pequeñas motas de agua. Partículas vírgenes del resto de días del mundo, reposan sobre la superficie floral.

Se presentó a la par que su nombre, solo que de noche. Algunas veces he querido coleccionar todo ese rocío, y juntar su esencia en un frasco. Eso es algo imposible. Igual de imposible me resultó atraparla a ella. Anonadado por su sencillez, me convenrtí en un ser torpe. Conozco esta sensación. Las horas fueron pasando como se van evaporando sus pequeños regalos acuáticos a la luz de un sol que crece entre la espesura de su vegetación.

No supe dar los pasos acertados. No me quise sentir mareado, y resistí la tentación de saber qué me hubiera contestado si la hubiera abordado.

Sé que es humana. Pero no puedo evitar querer creer que es algo más. Está igual de viva que la parte del día que porta en su nombre por bandera. Está igual de húmeda y fría, es igual de niña que cuando encontré mi manera de querer, o como la jornada que por temprana se despereza. Su leña no crepita, pues es todavía dulce. Y yo no la puedo prender a pesar de prometerme encarnar toda la fuerza de un sol que se sabe perfectamente torpe. Pues tanto ese sol como yo, intentamos cazar a rocío, y lo único que conseguimos, es que se evapore a cada intento.

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