Wednesday, November 22, 2017

Crikôt

Se ha pasado, se ha pasado el momento del brillo y de la pasión mayoritariamente. Desde luego, esto ha sucedido por imposición. Como un estornudo que se corta antes de explosionar porque no quieres importunar a la gente de tu alrededor. Pues lo mismo.

A veces, mientras fumo apoyado en la barandilla, mientras el viento frío del invierno me golpea en la cara, me pregunto cuál de nuestros episodios fue más vivo. Porque hubo unos cuantos, a pesar de que siempre, como si de una obra conceptual se tratara, los elementos apenas cambiaran y fueran sencillos.

El café, las baldosas, los apuntes puntuales sobre tu novio, los restaurantes hindús (claro),  la noche, los paseos sin rumbo…. 
Y yo siempre fumado a tu lado.
Siempre, desde que te vivo, eres un sueño.
-El otro día lo pensé-
Desde el momento en que estás enfrente, eres un sueño de fumado.
Casi literalmente, tu marihuana me hace ser así de complaciente con ‘lo nuestro’.

Después, cuando nos despedimos, muchas veces el sueño continua, pero ya estoy solo en la cama…
Puedo acabar despidiéndote otra última vez, puedo acabar masturbándote mientras te abrazo por detrás, puedo acabar sabiendo que te quedas (cómo duele después), o que incluso nos vamos juntos a cualquier otro lugar.

En esos momentos en que tu efecto es tan brillante, me doy pena, y también tú me la das.

Los días han ido pasando, quiero tener sexo, lo necesito de nuevo. ¡Bendito sea el Señor! Tengo ganas de hacer cosas, aunque sea sin ti, menos mal. El bullicio alrededor, la velocidad de los acontecimientos es tal, que es fácil decidir rellenar de sensaciones prefabricadas  el agujero que abriste en mi pecho y llenaste de angustia. Es bastante fácil…


-->
Pero los momentos  en que todo se detiene, en que soy yo, y en que me dedico a mí, paradójicamente siempre estás solamente tú.

No comments: