Thursday, January 31, 2013

El jueves más triste del mundo




Puede que sea porque llevo un año escribiendo canciones para mi grupo y a día de hoy las ignoran mientras hacen caso a “los virtuosos de la producción”, puede que sea que ayer no vi el Madrid Barça. Puede que sea que además, los culés sólo lograron arrancar un empate en territorio merengue. Quizás es que en el trabajo recogen mis ideas y cambian el nombre de su autor…

O puede que sencillamente hoy haya escuchado la voz del último castrati.

Sí, debe ser eso.

Aún ando profundamente impactado… Le despojaron de sus testículos. Aunque la operación estuviera justificada por enfermedad, en esa voz había otras almas. Almas de personas a quienes arrebataron sus genitales sólo con un objetivo; el de conservar su voz celestial.

Qué canto tan triste, allá por el 1900. Qué vida tan horrible. Qué llanto tan estrepitoso, qué desazón. Me invade el vacío y se me hace un nudo en la garganta.

Ese canto ha acabado de hacerme sentir miserable. Necesito ir a la otra punta de la vida. Al extremo de Calafell. Hoy estoy rendido. No es mala energía, es abatimiento.

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