Está visto que aquí no hay mucho que hacer; Algunos dicen de
comer plantas; Otros sueñan con inventar pastillas que maten el sentido de la
necesidad desarrollado a causa del capitalismo salvaje; Yo me encuentro entre
los que comen carne roja; los que sueñas desgarradoramente y tratan de aprender
algo bueno con la guitarra. Si corre sangre por mis venas, cállate la puta
boca. Los vegetarianos pasean por la vida medio muertos desde el momento en que
dejan de dar un bocado a un animal.
La gente necesita ayuda, la gente necesita que le echen una
mano. La gente necesita. La gente NECESITA. Necesita piscinas que NECESITAN
cloro. Necesita 2das residencias, pero para eso NECESITAN antes una casa.
Necesitan, necesitan, necesitan. Yo necesito. Los vegetarianos necesitan comida
tratada y no renuncian a la parte del mundo que les interesa: un buen trabajo,
envidia en casa.
Yo necesito que me lancen una cuerda, que me echen una mano.
Pero a veces NO ES NECESARIO. A veces, cuando tengo una guitarra cerca, NO
NECESITO nada más. No necesito tu amor, no necesito rellenarme con tus
palabras, con tus caricias, con tus cambios de humor.
Estoy en plena parrillada, de fondo suena ROPE. Tengo a mi
amigo al lado, ambos jugueteamos con la carne de la parrilla, nos miramos, damos
una vuelta a alguna de las piezas al empezar a dorarse, nos sonreímos, vemos lo
apetitoso de nuestro trabajo. En ese momento, deseamos que aparezcan activistas
veganos para quemarlos como el resto de carne que vamos a degustar.
No comments:
Post a Comment