Mejor no la alteres demasiado. la noche no está para trotes. Pero no la enfades, porque te raja, te abre de arriba abajo y deja tu cuerpo a la vuelta de cualquier esquina desangrado y vacío. Y lo único que se leerá en los titulares de la prensa al día siguiente solo será aquello de "extraño suceso en la negrura".
Si te despiertas enmedio del sueño, estarás cerca de acabar con su paciencia. pero si además gritas, si te lamentas y lanzas alguna botella contra el alquitrán, la noche se va a cabrear. y aunque los demás al día siguiente solo huelan tu cadáver y hablen de un "extraño suceso en la negrura", tu historia habrá sido mucho más dramática y sentida. Y aunque sólo tú te lleves el propio secreto de la causa de tu desaparición, el dolor va a ser igual o mayor.
Toda la furia de la araña se puede transformar en fe, dicen. Toda la oscuridad espesa se puede tornar afilada caligrafía o incisivo discurso. La política y la noche son la misma cosa. Las fechas históricas se alimentan de las noches que las precedieron. Allí, entre la vigilia y el sueño de la negrura que precede el gran día, cuajan las dudas, las angustias, los pensamientos más expansionados y vigorosos. La mayor capacidad de imaginería, el flujo más importante de la raíz de la creativa virtud... Todo eso está allí; en la noche y la soledad. Allí es cuando somos sólo uno y nos convertimos en la pieza más pequeña y limpia; en la chispa pura que al día siguiente prenderá con potencia y marcará el devenir.
La noche es así de canalla; como Jonathan, ganador de la edición Fama 2010.
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