Comunión desde la cocina

Una hoja en blanco, a veces puede significar realmente algo bueno. Un camino por comenzar es sólo un ejemplo.

Hay cosas interesantes que se pueen hacer sin ayuda de nadie. No te deberías avergonzar si de repente crees que tienes algo que aportar.

Sin embargo hoy, sin embargo hoy.... El día de hoy me sienta como un grano en el culo.

Pero todo es cambiante, y una mierda de canción jodida, a veces se puede convertir en una especie de ritmo fusión entre country y rumba.

Eso es lo que le pasa a alguna canción que acerté a discernir entre las que hay esperando bajo el tupido velo de mi espíritu.

Son siete semanas, y Lidia volverá a callejear por su ciudad natal, dando patadas de mala gana a una noche moribunda como ella. Los perros apaleados caminan medio cruzados, y nunca gruñen. La luna siempre cae y nunca levanta la voz, y la ciudad mata siempre en silencio.

Hoy muere un símbolo, hoy muere un día más, y hoy ya queda un poco menos. Los árboles también bailan desalmados cosquilleando el vientre negruzco de una puta noche que perde el tinte y en donde la lluvia es lo que menos duele. Es así como siento ahora, y es por ello que soy así. Y logro CREAR mientras noto que me destruye mi alrededor. Y sólo me quedo la parte más puramente angustiosa del dolor del mal parto materno.

Yo no estoy aquí para dar vida a nadie. Solo estoy para darme contra las paredes y quedarme atontado antes de que la misma noche que ya agoniza me alcance. Todo es mío y nada me pertenece ahora mismo, justo ahora que escucho mi propia voz en boca de la sordidez de esta corriente (pero poco reconocida por la gente) comunión natural entre materias.