Esquela 168: La chispa de la señora Ragoo

La evolución ha de existir para seguir creyendo que hay algo que afrontar y algo que temer. el vértigo no se concibe si antes no has estado a un palmo del suelo.

la señorita Ragoo es gorda y obstinada, y cuando baila a ritmo de rock, es capaz de convertir su chicha kilométrica, en una serpentina prodigiosa, en un apéndice con vida propia. Vida própia, vida propia, vida propia, pero que a la vez, se acompasa perfectamente con la perforación a la que las caderas de la señorita Ragoo someten al aire.

Podría pasarse el día buceando por le mar, y a la vez, paseando por la costa. La saeñorita Ragoo no precisa de esclavos para que lleven toda su perorata encima. Ella se arrastra por la arena.

Si lo habré hecho mal o no, o si todos saben lo que quieren, o si hay demasiado tiempo para pensar, o para aburrirse, o si hay demasiado poco, o si estoy pasándome la vida haciendo el tonto, o se solo es cuestión de descargarse, desahogarse agusto, o si todo va igual en realidad, o si es aquello del burro detrás de la zanahoria que pende de una caña que tiene atada en su cabeza... O si Raúl tiene como principal objetivo descansar estas vacaciones y ya sólo piensa en la playa...

Esque hay tantas cosas, hay tantas cosas, o nosotros nos abrumamos con tan poco. Y yo todo el día trabajando por mi, y aún me he de contratar un sustituto, aún tengo la sensación de que me he de contratar un sustituto, para poder abarcarlo todo. Sabes?, no es que necesite una ayuda de otra persona... yo lo que quiero es un sustituto, a pesar de que yo con mi persona todo lo cubro. pero necesito un sustituto, para, incluso en el más allá, tenerlo todo controlado. un sustituto leal que responda a mi nombre. Como un perro loco al que no le cabe el cerebro en la cabeza, como el mismisimo Andrés Pajares.

Y esque en sus ojos leo perdición, redención, y la fatalidad de la caída en la llegada. Leo la ostia de un plusmarquista contra el suelo, justo en la línea de meta. Bate el récord, pero se rompe todos los huesos. Al final ha utilizado su cuerpo entero para alcanzar una convicción espiritual.

Después, como todos, subo a los coches, bebo cervezas, y me siento en cualquier muro a ver cómo se pone el sol. Después, después, río, miro a los demás, y me siento feliz en muchas ocasiones. Homeroom, Homeroom.