La cebolla como paradigma vital

Y porqué coño;, ?, dime;; ; ¿Y por-qué puto coño... No ha habido cebolla en mis ensaladas durante tanto tiempo?

No lo he entendido,
Y quizá por ello, como una novia preciosa, de blanco engalanada, estructurada anatómicamente acorde a las estrictas directrices de belleza del momento histórico que sea, sea el que sea, de la historia humana, aparece.

La cebolla, una amante despechada (que dicen), en mi vida, que aparece de repente, dando un golpe de efecto a mis huesos. Cuando la creía olvidada, ella ha aparecido repartiendo gritos por mi corazón.

La cebolla es la amiga que tienes cuando eres crío. Después la olvidas, y al cabo de unos años, ya con la madurez (la suya y la tuya) alcanzada, da contigo en cualquier colmado y de espaldas. Tú la crees reconocer, pero te dices que no puede ser, porque tú la conociste cuando era niña, así que esa mujer no puede ser ella, por eso mismo; por ser mujer. Pero sí que es ella. La has reconocido a pesar de haber cambiado tanto su cuerpo y no haberle visto la cara.

La cebolla es así. Es sana para el cuerpo, y es muy adecuada para según que órganos. La cebolla es un pequeño regalo de la vida, que es regalo porque se olvida y aparece. ...Y no veas:::!!;, cuando aparece.... "Qué acertado estabas, -te dices-, cuando, de pequeño, creí que aquella niña iba a ser perfecta."

Y te da por pensar, te da por pensar, que quizá, cuando eras pequeñito como una alpargata, tenías cosas mucho más importantes que aportar a la prosa catalana que hoy en día.