Wednesday, May 14, 2008

Esquela 166: Panadera de Barrio, Barrio

El precio del trigo sube, y muchos se preocupan porque no pueden afrontar el gasto. Yo sé que todo esto va a desembocar en la locura al final. Sé que al final toda la gente del mundo se volverá loca y se va a matar entre ella. Es algo comprensible.

Yo tengo un secreto, o mejor dicho, se me ha revelado un secreto. La clave para nunca pasar hambre y tener siempre pan al alcance. Es todo gracias a un efecto único en el mundo que provoca sin quererlo, la panadera de la cual estoy enamorado. Ella pasa por cualquier sitio, y llena de cientos de bollitos y cañas el lugar. Ella crea de la nada, mucha dulzura. Ella hace milagros y no cree en las iglesias. Sencillamente por su cara, ("por la cara", como acertaría a decir algún bondadoso macarra), se impregna de tanta dulzura el ambiente, que por huevos debe acabar concentrándose de algún modo (esto es, en forma de cañas y bollitos). No hay explicación científica, por el momento, así que el documento que me dispongo a redactar, forma parte de una nueva religión. Fijo que los historiadores de dentro de unos siglos lo elevaran a la categoría de "referente mundial en su campo".



Mi amor de merendola de época pre-adolescente, vuelve a encontrar argumentos sólidos en la cara de la panadera de ahí abajo.

Los dibujos animados colman los mejores momentos del día. las cinco tocadas, de cualquier tarde de entonces, valían mucho más que cualquier momento del fin de semana de hoy.

Era una sensación extraña de aquellas que no se pueden explicar. Huele demasiado a casa y a hábitos cotidianos, pero a pesar de ello, era demasiado pronto para darse cuenta de que eso no era una vida real.

me pasa lo mismo con la panadera de ahí abajo.
Sólo por su cara; un mapa natural, un accidente geográfico a la par que humano, una sonrisa que llevar siempre a cuestas de tan ligera, el candor eterno, el nuevo concepto de la ternura y la inocencia. Es puntera en lo suyo. Completamente puntera, y ayer, cuando salía del trabajo asqueado, como saldría un niño del colegio cansado de disfrutar de jugar en los mismos rincones de siempre, me metí en su panadería.

Y resulta que me advirtió que estaba a punto de cerrar, y me dirigió una sonrisa de pétalos de amor vándalos y desvalijadores. Yo ya me pensaba que ella no trabajaba allí. Nunca antes habíamos hablado. Le dije que sí que cerraba pronto, que eran las 7.30 de la tarde. Ella me contestó que eran las 8.30. Le repliqué que se equivocaba. Entonces miré mi teléfono móvil. Ella tenía razón, yo era el que estaba equivocado.

* * * *

Es tan imposible alinear nuestras vidas, que me parece un cuadro intocable, una obra de arte a la que sólo cabe admirar, un nuevo concepto, ya te lo digo yo, de belleza. no es la usual. Es una nueva propuesta, irrepetible y causante de sensaciones posiblemente reconocidas y reconocibles. Pero esque su forma...

Voy a pasarme otro día a por mi caña de crema, caña la cual no es más que uno de los efectos colaterales de su presencia en aquél habitáculo que hay frente al la portería de mi trabajo. Voy a pasarme más amenudo por su panadería, para empalagarme de amor y morir empachado de dulzura.

No comments: