En mi otra vida; en una que tuve en este mismo tiempo, pero
siendo otro; no me perdía ningún de los conciertos de Peter Gabriel; él alguna
vez aparecía con una de sus magnéticas chaquetas; electrizado, y abrasando a su
público con ritmos tan sencillos como mortales de necesidad; No tenía mucho
estilo sobre los escenario, no se movía cual rock star, tampoco lucía una
silueta que hiciera pensar al respetable
que no fuera más que un oficinista perdido entre grandes trusts de iluminaria.
Pero en cuanto empezaba a sonar Sledgehammer, ¿a quién coño le importaba que él
fuera calvo? Ese cabrón tenía Groove en la sangre… joder si lo tenía… Cada puto
beat está perfectamente medido, y vaya panda de músicos impresionantes que
tiene detrás. No hay un puto error en the whole puesta en escena. Es algo
impresionante, es un verdadero martillo obstinado, una maza que no piensa ceder
hasta conseguir lo que busca; ese es el ritmo…
En esta vida que vivo ahora, nunca he ido a sus conciertos,
pero como en otra vida que estoy viviendo ahora mismo, pero en otro lugar, iba
a todos reminiscencias emocionales se interconectan con mi otro yo y me hacen
sentir que he asistido.
No comments:
Post a Comment