Ya no soy ni el que recuerda aquí y ahora; ya no soy mis ojos, si no que sólo son enormes periscopios para mí; un mí minúsculo que se sienta en el vértice de mi propia nariz, con los pies colgando, zarandeándolos relajadamente.
Así de lejos siento todo hoy; empequeñecido dentro de mi coraza; tan cansado de esta horrible tristeza que ya no me llevo bien conmigo mismo.
Tan exhausto de que no haya sorpresa, que ya renuncio a escribir mis mejores letras.
No hay nadie para quien SER. Ni para mí ya SOY.
Y estas palabras pronto ya ni siquiera serán nada para mí.
Cuánto hemos hecho que no se haya contado y que no haya valido la pena contar; qué cantidad de tiempo muerto atenta contra nuestras mejores intenciones.
No recordaré este día ni nadie lo recordará por mí. Este día, pues, nunca ha existido.
No comments:
Post a Comment