Hay un secreto en un columpio; dice que te quedas sin tiempo a pesar de seguir queriéndote balancear cual niño pequeño;
Las alarmas se activan mediante sonidos marinos y mientras te llegas a preguntar la clase de gilipolleces que puede llegar a esupir una mente que sólo se dedica a huir de la mierda; la vida me tiene tan decepcionado que ya no hay tiempo ni de enamorarse; ya no hay tiempo de compartir pasioenes; Suerte tienes de conservar una en estado puro; y ándate con ojo, porque pronto se convertirá en una carga más si no logras superarte constantemente; El esfuerzo es cada vez más necesario, pero jamás debe convertirse en sobreesfuerzo en la tarea creativa. Ahora siempre he de pensar en algo; siempre he de acabar cayendo en la arena; y aunque sea otoño, la inspiración llega más mansa, como una ola que alcanza la costa en un mar en calma; poca cosa, muy poca cosa. Hay que administrar bien los recursos; La sensibilida dflojea progresivamente; menos mal que de eso ya me ahn hablado. He de entrenar la viveza mental cada vez más conscientemente; he de chiripiriflautiquizar, que diría Miliki…
Lo he de hacer en este ambiente en que he elegido desenvolverme. Con narizotas aburridos a la carga; con hombres drácula poco inquietos zarandeándome; Ese es el lugar donde ahora vivo; una enciclopedia repleta de mierda, un hilo dental lleno de restos de pollo de anteayer, un nylon que atraviesa mi cuerpo entrando por una oreja y saliendo por el culo.
Ahí está el nylon, bien tenso; y yo en una posición tremendamente cómica, colgado y contrayéndome de dolor, partiéndome el cerebro irremediablemente, convirtiéndome en el mongólico más simpático de toda la clase.
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