Hoy, tu cara en paralelo a la mía, se han cruzado en opuestos sentidos. No deberíamos haber coincidido, porque después de todo, tuve que contener mis ganas de amoldar mis manos, de repasarte de nuevo, de escribir con mis dedos inteligibles palabras. Aún habiendo hecho todos los deberes, no es tan fácil nada... Porque ya estás colocada en el mejor de los lugares pero sigues formando parte del presente. Qué voy a hacer si andas medio fundida con mi parte de ahora, mi eterna hasta la muerte parte de ahora, y sigues luciendo redentora y genuina sonrisa, indomable al parecer.
Que me tocó verte más que preparado y sentí las fuerzas de reirte y no llorarte. Mejor. Mejor dentro de las sensaciones que aún despiertas en mí. Porque no soy tan frío como quiero, y aunque no te lleguen noticias al respecto, te s
igo homenajeando caseramente. Y hay troncos de los que arrojaste aún en el río. Sorprendentemente más de los que me esperaba... Y si vuelvo a construir un puente con ellos, nos llevará a cualquier lugar menos allí donde ya estuvimos.
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