Retratos precisos

A la lumbre del fuego, todo escuece mejor. Si es de noche, suele doler más todavía. Aunque haya temido aprender todas las letras del abecedario contigo, aunque aún siga dándome miedo la idea de que termine por conocerte completamente, y aunque siga sin querer creer que solo tú me sientas así de bien, se me escapa una sonrisa a las 3 y cuarto de la madrugada.
Se me escapa con tan solo recordarte. No me hace falta ninguna fotografía para empezar a escribirte, tampoco para pensar que en la próxima canción voy a hablar de ti.

Si soltara lastre y me elevara un poco más, supongo que ya no habría marcha atrás. la distancia con respecto al suelo sería demasiado grande. Pero sigo aún sin querer decidir de qué me he de deshacer. A qué renunciar para levar peso.

Y si no es suficiente que me invites a tus puertas, que te pierdas entre los naranjos el domingo más soleado, si no es suficiente que te inclines en la barandilla, que trepes todos los muros, si no es suficiente que saltes y que me guíes hasta el rincón más cercano a la salida, si no es suficiente que me mires a la cara en los momentos más delicados e íntimos, si no es suficiente que me rías de esa manera tan natural todas mis tonterías, si no es suficiente que me gusten tus bambas, que hagas ver que me olvidas durante todo el día para deshacerte con más pasión durante la noche que prosigue...

Entonces ya no sé cual es el problema.

Yo no sé qué voy a hacer contigo, y creo que tú ya sabes lo que vas a hacer conmigo: Agarrarme de los huesos y sacudirlos hasta que por mis costillas caiga el último pedazo de mi corazón agarrotado y seco.

Se quedará en el suelo, se quedará en el suelo y me quedaré huérfano de mi propia existencia.

Recógelo y dame un nuevo sentido.


(Tú no sólo eres tú, eres una certeza, una vida llena y vigorosa, un puñado de energía del tipo contagioso y letal. Tú eres querer machacar la vida, eres derrotar al aburrimiento de una manera pacífica y digna, eres una novela que busca un autor de siglas sonoras y que sólo la firme, eres una receta, una combinación irrepetible de el éxito de lo compartido frente al fracaso de lo alebosamente individual, eres, y solo lo he visto en ti, una lanzadera en forma de mujer para todas mis ganas de crear. Me alegra que no seas aquella isla en la que temo quedarme encallado si algun día decido enamorarme, si algún día decido levar el ancla de mi barco perdido enmedio del océano, si algún día decido descubrir que el problema que tengo, es que no sé vivir sin problemas.)

A I.