Esquela 161: Empacho de connotaciones

Yo no creo en aquello de renovarse. No creo en aquello de cambiar algo porque sí.
Lo que sucedió ayer, sucedió muy rápido. Lo que sucedió, estaba tan cargado de literatura, que no puedo evitar pensar que las luces se están apagando, y que la nave industrial se queda vacía ya.

Aprendemos a caminar desde chicos, y a medida que nos creemos más estables y maduros, nuestros miedos crecen. Es una paradoja más. Solo una más.

¿Será la última vez que los generadores funcionen?

Las noches en la factoría siempre han sido más largas que los días, pero siempre había un rumor de fondo, un ronroneo eléctrico. Aunque todo dejara de funcionar con la oscuridad, sabías que a la mañana siguiente, las máquinas despertarían de nuevo.

Pero esta vez, tú y yo hemos visto cómo iba. Ya sé que estás contenta, y me alegro mucho. Yo también estoy contento por lo que he tenido y por lo que tendré. Nos resistimos a creer que quizá ya no nos volveremos a besar, pero esta vez, hemos salido moribundos de nuestro último encontronazo. También lo sabemos. Y la certeza de que quizá nos separemos definitivamente, sigue igual de encerrada, enterrada, en un compartimento oculto de mi realidad, pero empiezo a sentir lástima por ella.

Esto... hoy es Sant Jordi, día de los enamorados, pero yo te vi ayer.

No creo que aún deba creer en este tipo de señales.