Saturday, September 30, 2006

Esquela 31: Cosas de casa

Las pequeñas cosas, a veces por fin te sonríen con el rabillo del ojo, y te permiten llamarla "muñeca".

Le tomaron el pelo cientos de veces; Las cosas nunca le llegaron a ir del todo bien. Pero cuando lo vio claro, no desaprovechó la chance que se le aproximaba.

Los lugareños pasaron, al igual que los propios emplazamientos en donde él se propuso crecer.

Más allá, había una promesa de sexo que cada vez fue cobrando un cáliz más profesional. Cada vez su olor viajaba más. Y su miedo rechistaba menos.

"Hagamos un pacto", le dijo: "Tú me acompañas, si yo te acompaño, y cuando yo tenga ganas, me das de tus entrañas, que yo te daré de las mías cuando me lo pidas".

Así empezó una historia sin palabras escritas. Siquiera hubo un ápice de pasión más allá de lo sexual.

Él siguió buscado trabajo. Ella estuvo apunto de fertilizar. Y entremedio, solo había penetración y conversación laboral.

1 comment:

Carla said...

me gusta esta esquela sexual.si.