Sunday, September 03, 2006

Primera y última vez

Querida Patricia:

Te escribo para preguntarte cómo te va por tu Barcelona y para algo más.

La última vez que hablamos me dijiste que estabas a punto de trasladarte al corazón de tu ciudad, que te independizabas e ibas a alquilar un piso con algunas compañeras más. No puedo evitar sentir algo de envidia; te saco cinco años y yo sigo viviendo en Mostar con mi madre. Lo único que te puedo comentar al respecto, es que he empezado a enyesar los huecos que los proyectiles habían formado en la fachada de nuestro edificio. Milan me esta ayudando.

Empiezo a hacerme viejo. ¿Se me cae el pelo, sabes?.

Hace mucho que no sé de ti.

Este papel es como una pequeña señal de humo que lanza un náufrago ya casi sin fe desde su isla desierta…Espera, no, no es eso, es más bien una nota de agradecimiento a alguien que ha logrado que me sienta joven durante todo este tiempo. Claro que eres tú.

De todos modos ha llegado el momento de volver a la realidad, aquella cosa que me perfora los huesos.

Se acabó eso de creer que mi vida es especial tan solo por haber pasado una noche contigo. No puedo seguir así, y por ello he decidido tratar de conocer a otras mujeres.

Nunca antes te lo había dicho, pero después de estar juntos aquellos días en la isla griega, mi viaje continuó y conocí a algunas chicas más. Sí, ya lo sé. Sé que no tenían nada que ver contigo. Sé que no habrá ninguna que te supla, y que a pesar de que algún día me enamore de alguna otra, estoy condenado a saber que tú eres la única a la que he buscado. Las otras sencillamente las encontré y encontraré. Pero eso será solamente un secreto entre tu y yo. (estoy seguro de que me puedo enamorar de otras mujeres, sí, seguro que sí).

Debes pensar que esta carta me está delatando. Debes creer que en el fondo a través de estas letras te estoy pidiendo una última oportunidad o algo así…. No, no es eso…es peor todavía. No te estoy rogando, si no que estoy tratando de hacerte algo de daño explicándote esto. Me siento como un niño bosnio lanzando piedras a un tanque serbio. Así que esta es mi verdadera -y más lastimosa aún, si cabe- intención.

Este escrito es un lamento por algo que doy por perdido de antemano, y si te escribo ahora, que nos acabamos de conocer y todavía muestras interés por mí, es porqué sé que va a llegar el día en que te canses de este viejo vagabundo. Sé que llegará porque eres increíble y tu camino es muy diferente al mío. Por ello voy a guardar esta carta en un pequeño cajón de mi habitación. Porque sé que llegará el momento en que te la tenga que enviar, porque sé que voy a tener una historia FASCINANTE contigo, y porque sé que un día me dejarás.

Crónica de una maravillosa muerte anunciada, podríamos decir.

Así que pongo en fila este racimo de letras ahora que todavía soy capaz de evocar la infinidad de matices que formaba tu aroma fundido en el olor de la humedad del lodo y de las ramas del claro donde hicimos el amor por primera vez. Porque toda tú eres una premonición de lo mejor y lo peor de mi vida, y porque contigo, da igual el momento en que te escriba, porque la obviedad es evidente y obvia la evidencia: El tiempo pasa pero tu eres tan intensa para mi, que haces una nimiedad de él.

Siempre vas a ser mi principio y mi final, Patricia.

Se despide alguien que se va de casa hacia ningún lugar con las maletas vacías o Davor.

No comments: