Monday, March 03, 2008

Esquela 143: Lamido de bravura

En el último aliento, el póstumo suspiro, el desgarrador desperezo, la torsión suprema, en arqueo fatal, el empujón culminante, el lanzamiento causante, el mordisco más doloroso, ahí es donde estoy ahora.

En la última hoja blanca de un libro que de no ser por la dichosa, ya estaría más que visto, más que escrito y sabido. Estoy en el Salmerón, si acaso es una palabra que existe, en el embarcadero de las barcas descascaradas, en el apeadero de los que siempre han estado sin llegar ni irse. Estoy en el lugar en donde las circusntancias vienen dadas y finalmente, por huevos, has de ver una parte de mí que no te gusta a ti ni a nadie. me has obligadoa decir que el amor no es perfecto y que incluso los diamantes al principio son mierdas asquerosas.

Repelría tu aataque diciéndo que me des tiempo para que llegue a brillar. pero esque en el fondo, sé que no doy más de sí. Tengo miedo de que tú tambien lo sepas, aunque quizá sea mejor así. Esta mentirsa ya no se puede agunatr por ninguna parte.

Entonces me preguntaras por las pormesas, y y trataré de evadir criminal pregunta regalandote un paseo en moto de agua por las costas de miami. Después trataré de pedirte que te estires en la playa y que me observes eyaculando contra el sol. Es Probable, que para entonces, tu ya no me hayas querido seguir. Pero yo, ya te he dicho que nunca he querido estar yendo a ningun lado. Solo he querido estar postrado. Mis pies nunca se han movido de aquí, pero tú te has encarpichado en creer que corro, y que no solo corro, si no que corro demasiado. Pero yo siempre habré estado clavado, solo que haciendo acopio de información, más información de la habitual. empachándome del alrededor mío. Un alrededor que, al contrario que mi cuerpo, nunca habrá sido estático.

por eso al, final, llegamos al qué más da. Qué más da que te muevas más o menos si todo va de un lugar a otro, si todo estalla en diferentes direcciones. Qué más da correr más o menos. Es una estupidez.

Mejor quedarse mirando, siempre al límite de lo concebible. Siempre al límite de lo perceptible.
Todo lo demás terroríficamente relativo.

Si fuera alguna vez un escritor guay, de esos que sueltan frases que puestas en boca de otros pasan desparecibidas, pero que pronunciadas por ellos suenan apostolico-apocalípticas, diría frente a la cámara:

"mi primera novia se llamaba soledad, pero se escribia copn ese minúscula."

1 comment:

CARLA said...

Fray, cambiame el link ya!!!!

Mañana vais a ver a gudy y el resto a cangi o a dónde..