Wednesday, June 21, 2006

Tonterías

Tan solo como andaba, ando. Y créeme, me he olvidado tantas y tantas veces de despedirme de quienes corren por el patio interior…. Son gritos de niños plastificados en la pared, transistores que incluso apagados me hablan, son los aromas de la tarde nada más levantarse el sol.

Pronto adquirí un pequeño coche y empecé a pensar que aquél piso no era tan pequeño.
Me dio por acostumbrarme a dar vueltas vehiculizado (qué palabra tan psicodélica), y a gastar toda la gasolina en pequeñas rutas que raras veces no acababan al atardecer de un domingo, de vuelta a casa.

Empecé haciéndolo solo (salía el domingo por la mañana, y volvía la misma tarde), y después estuve haciéndolo un tiempo contigo. Durante aquél periodo, en vez de volver a casa al atardecer, volvíamos el mismo lunes por la mañana, porque debías ir a trabajar, al igual que yo.

Apurábamos hasta el final... Allí, en nuestro cuatrilatas, y amenudo charlábamos de varias cosas, pero nunca ni del antes, ni del después. "Tiene mérito", me decía para mis adentros.

Siempre recordaré aquella noche en que hizo un calor de cojones. Parecía que nos asfixiábamos ahí dentro. Todas las ventanas abiertas y la noche negra bien y sin acertijos. Tarareamos juntos cuántos de nuestros amigos habían desaparecido, a cuales de ellos habíamos perdido, contamos aquellos de los que jamás queríamos volver a saber nada, aquellos de los que podríamos habernos enamorado (tú siempre me ganabas, ¡qué mal!) aquellos con los que hubiéramos crecido más, de haber continuado teniéndolos al lado.

Llegaba siempre el momento en que tú fumabas tu cigarrillo rubio, como para desacostumbrarte del hábito. Yo me solía reír, y en ese instante, nos sorprendía suavemente el crepuscular mortecino del lunes imparable y denso.

Pero no me parecía tan mal, no me lo parecía. Podía soportar mucho mejor el resto de la vida.

Y ahora que conozco la otra parte de las relaciones humanas... ¿sabes qué? que creo que es malo ser tan feliz en un momento de tu vida... porque ese instante no va a volver... Así, me condeno a fracasar dentro del terreno de la prosperidad total por el resto de mis días.

He dicho que ando solo, porque ya se ha acabado todo lo que había, y pasas a ser una más de mis amigas. Cuando estábamos en el coche charlando, no concebía la idea de que tu ibas a ser una de aquellas personas que juntos colgábamos y descolgábamos a nuestro antojo de la pared de nuestros recuerdos.

Es cierto que te recuerdo con más fuerza que a los demás. Fuiste una gran amiga, y eso es algo difícil de encontrar. Sigo buscando, probando suerte, queriéndome autoengañar.
Lanzo un pequeño homenaje a tus maneras fumando. Y ansío ver un cigarrillo posado con tanto estilo en los labios de otra persona que no seas tú.

Es muy peligroso ser tan guapa y tan amiga, es muy peligroso, y tú fuiste la única que lo llegó a entender.

Ahora me voy a ver la TV en el aparato que incluso apagado muestra imágenes. Unos días son más difusas que otros. Tengo amigos todavía, pero ninguno tan afilado como tú. Tengo amigos, y nada más. Tengo millas, no tantas como tú tenías. Siempre me ganaste en los viajes. Jamás te gustó tener la última palabra, sabías que eso no me dolía. Preferías ser la última en pisar cualquier pequeña vereda, cualquier paisaje horrible o maravilloso. Querías llevarme un paso de ventaja en la vida. Eso sí que me repateaba.

Solo tú te diste cuenta, pero ahora, ya no importa.

No comments: