Se me da bien el papel de perro, se me da bien chupar manos y pies y no esperar nada a cambio (bueno, quizás alguna caricia). Me gusta desprenderme de mi parte humana, mientras mis amigos me preguntan dónde coño la he metido. ¿Te hace mejor actuar como los demás esperan que actúes?
Creo que cuando se tiene toda la información sobre la situación, se analiza con perspectiva la trayectoria emocional de uno mismo, y se actúa en consecuencia, nadie puede retraer nada al sujeto que ha decidido guiarse por las premisas anteriormente comentadas.
Yo soy el más perro, el perro fiel, porque no lo fui en su día. Sentir la necesidad de estar en el otro lado y notar así el deseo ardiente de follarte fuerte de nuevo, notar que soy puro anhelo, un pedazo de aliento extasiado, un lengüetazo furibundo, pura desgracia y entrega... verte en la distancia y correr hacia ti como un chucho apaleado sin nunca llegarte a alcanzar, mientras sólo yo pongo los límites a mi propia integridad... me hace sentir vivo. En eso consiste extraer algo útil del paso del tiempo: la experiencia. Es lo que nos queda a los que estamos de paso por aquí.
Como te decía, le arranqué la trascendencia a todas nuestras cosas. Verte de nuevo como un pequeño desastre, me permite seguir queriéndote y a la vez, conciliar el sueño cada noche. Perdona que te lo diga así, pero no cambiaste tanto como nos pensamos. Estás en ese punto justo en que me lamento de haberte perdido, por supuesto, pero también en la distancia suficiente para que racionalmente, yo tenga espacio para entender sin dolor que quizás aún tengas que aprender ciertas cosas y que tampoco este sea nuestro momento.
Contigo me lo paso como con nadie, no puedo evitarlo. Eres pura tentación. Eres puro vicio. Mi vicio.
Como tú con los porros, yo contigo.
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