Monday, December 11, 2017

A la mierda con el maestro



Me gustaría ser un maestro del equilibrio. Pero no un Yogui. Un maestro del equilibrio, solamente. No hay necesidad de ejercer de mensajero, ni de bajar la llama de los cielos, para alumbrar la oscuridad que se cierne sobre nuestra especie.
Maestro límpido, allí donde nunca acaba la inconsciencia. Allí donde se obra por el placer de descubrir...
Dónde el respeto y la admiración por todo lo que a uno rodea, danzan alegremente y se expanden como el pigmento de la acuarela que mancha el agua de un sutil pinchazo.
Hoy querría intentarlo, querría ser el junco que se mece; Sí, el agua que fluye meandro a meandro, contorneándose hipnóticamente y jugando consigo mismo. Hoy querría dibujar formas de las que nadie me ha hablado. Formas que nunca antes hubiera concebido...
Pero es muy difícil. Es tan difícil esa suerte de arte en donde te mides contigo mismo....

¿Porqué gritamos tanto? ¿Porqué coño gritamos tanto?

Quiero meterme dentro de mi mismo, recostarme en mis entrañas o expandirme obviando lo innecesario.
Quiero disfrutar de mis sentidos, de la paz, de la reflexión, sin necesidad de pensar ni siquiera en el porqué, ni en el cómo ni en el qué....
Dinamitar lo racional sería osado, quizá con establecer un canal directo entre lo de dentro de mí, y lo de ahí fuera, se convirtiera al final en un punto único, el nexo de un pequeño universo amplificado y repentinamente desdoblado. Así, la sorpresa llegaría. Y colocaría esos hilos que flotan en el aire y ese polvo que solo reflejan los rayos del sol, de una forma determinada en que no solo ellos cobran sentido, si no que dotan de una connotación nunca habida a lo hasta entonces conocido.


-->
Cómo me gusta cuando pasa eso… Qué vivo me siento, ¡Dios!

No comments: