En la banda, los
chicos van a la suya. Siguen unos caminos que no comparto. Yo, me quedo más
solo que nunca. Es algo que nunca me había importado. Me gusta la soledad. Pero
nunca me había entusiasmado tan poco. Me esperaba otra cosa, hoy que me la
vuelvo a encontrar. Sigo echando de menos muchísimas cosas. No tengo tiempo
para emplearme a fondo en asuntos que no
me emocionan. La música, cuál es el cometido de la música, si no es otro que
emocionar? Qué hago yo ahí si ni siquiera logro erizar mi piel con nuestras
propias canciones. Siempre deseé tener un grupo, ir de sala en sala para
desplegar mis temas, mis canciones… Ahora me encuentro luciendo algo que no es
mío. Tenía tanto que decir, tanto que demostrar, y resulta que cuando estoy a
las puertas nadie valora absolutamente nada de el camino que hemos recorrido. Y
para colmo, si alguien ha creído en mí, voy y lo aparto de mi vida. No me
imagino cuán duros pueden ser los días ahora. Las dudas permanecen, no se
disipan tan fácilmente. Quizás he cambiado lo único que no debía cambiar.
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