Tuesday, October 07, 2014

Octubre bajado


 

En octubre, esta vez la velocidad difumina de modo irreconocible todo lo que veo. Me parece percibir el saludo del Delatorre, el olor agrio de la gorra de les estades que me he colocado cada año desde que regresé del pueblo donde se celebraron. Actualmente me siento cansado, me sudan los pies, mis dientes tienen manchas marrones. Oigo menos de un oído que de otro, se me cae el pelo abundantemente. Mi apetito sexual disminuye cada día.  Esta vez, como decía, las caras se difuminan más que nunca. No vibro apenas al escuchar los temas que me hicieron llorar hace años, que me hicieron soñar, que provocaron que me entregara a la música en una suerte de juego acrobático, en un cortejo plagado de piruetas hermosas. Ahora soy ese gimnasta que toca el fin de su carrera. Sus herramientas, insustituibles, empiezan a  fallar y nunca van a regresar. La lucidez es lo poco que le queda, y duda de si eso es bueno. Ver cómo la gente tiene miedo conforme se hace mayor. Ver cómo tratan de sortear sus complejos pero siempre acaban reventando contra ellos. Notarnos en caída libre, sentir a mi lado a todos aquellos que se han cruzado en mi vida, notarles esquivar las evidencias. Pero en este declive  inexorable, la única salida que hay es dejar que el cansancio te venza. No por tratar de postergar algo que irremediablemente sucederá, vamos a conseguir nada. Somos como animales enjaulados, sí, arrinconados en una esquina de nuestra celda, esperando nuestro turno, amontonados… viendo como una mano gigante se nos va llevando a quién sabe dónde. Y gente que me ha ignorado, gente que no ha creído en mí, también tiene miedo. Somos iguales, como dije una vez. El punto más democrático de la existencia es su inicio, pero también su final.

No comments: