Tienes un paquete de
cigarrillos aunque no fumas. Lo llevas a menudo encima. La última vez que te lo
olvidaste en mi casa, ya no regresarías a por él. Lo supe desde el primer momento. Sacrifiqué
todo lo nuestro para desangrarme letra a letra. Para esto que está sucediendo. Para
recibir un golpe en el estómago que me recuerda que estoy vivo. Sigo siendo así
de estúpido. Hay destinos, como Belfast,
que han incidido sobremanera en mi manera de actuar. Debería pensar en cambiar mi estrategia. Debería pensar en
dejar de pensar. Debería pensar en ignorar mi cabeza. Sí, quizás debería
encontrar otro destino que me duela. Pero de otra manera.
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