Friday, July 18, 2014

La implacable DISCORDIA

Cuando apareció la red social DISCORDIA, nadie pareció abrumado ni escandalizado. Supongo que fue porque no hicieron mucha promoción del asunto, pues no debían tener mucha pasta. ”Una app más” debió pensar el montante de la población humana. Una app más como lo fue fb en su día. Y mira lo que pasó después.

Bien, paulatinamente, DISCORDIA se empezó a popularizar y en cuestión de 4 años, ya era el segundo portal social más utilizado, superando a twenty y google cerquels ese o como se llame. El factor diferencia de esta herramienta con respectoa  sus competidores era muy sencilla. Tenía el botón “dislike”, además del like, algo que hacía tiempo que los internautas reclamaban a fb, pero que los de Zuckerberg se negaron a incorporar, dios sabe porqué. Es allí donde la cúpula de la inminente start app DISCORDIA vio el filón. “hagamos una red social exactamente igual que la de FB, pero incorporando aquello que le demandan desde hace tiempo sus usuarios y ellos no les dan.

Dicho y hecho.DISCORDIA empezó como un aparato inofensivo. Solo algunos iluminados, visionarios trasnochados, vaticinaron desde el principio la amenaza que suponía su irrupción. “Es peligroso para los adolescentes tener un indicador tan claro como los dislikes que les juzguen como personas.  Ante los ojos de la mayoría de la gente,  DISCORDIA no era más que un portal controvertido, como tantos otros contenidos que a día de hoy pululan por el mundo digital.

La cuestión fue que de repente, una persona, podía tener más detractores que fans por el hecho de existir. Muchos de los que tenían más dislikes que likes en su perfil de Discordia, se daban de baja, pero entonces automáticamente, eran considerados por los de su alrededor como residuos incapaces de ser reconocidos como merecedores de vida. Sí, así fue. Tan malo era tener más dislikes que likes en tu perfil, como directamente no tener perfil.

Cuando empezaron a detectarse suicidios en masa, con pertinentes notas de despedida donde claramente se  aludía a “el juicio de DISCORDIA” como elemento determinante a la hora de decidir desaparecer del planeta, por supuesto que los gobiernos trataron de eliminar el portal. Pero el daño estaba hecho y mientras los complejos engranajes de la ley trataban de elaborar un plan para parar al portal a paso de tortuga, la gente que se quitaba la vida crecía en línea inversamente proporcional a la torpeza de las autoridades por dar con un marco legal que justificara acabar con una red global que traspasaba países.

Cuando se empezaron a poner de moda las “INMISERICORDES BARRIDAS” tampoco nadie se escandalizó sobremanera. Lo que empezaron siendo movimientos puntuales de caza, donde se daba muerte a gente sin perfil en DISCORDIA o con un baremos negativo en likes, se convirtió en una suerte de practica global que ya ningún gobierno podía parar.

De repente, todo se salió de madre, y conforme se iba eliminando a gente con baremo negativo, la gente con baremos positivo en DISCORDIA se enviaba votos negativos entre sí, con lo que la raza humana iba destruyéndose en una especie de proceso de “selección social” más que selección natural.  Al final, se aceptó esta dinámica en todos los países y se convirtió en un proceso legal, el matar a gente con saldo de votos negativos en DISCORDIA.

Y en esta nos encontramos, mi amigo Johnson y yo, votándonos negativamente el uno al otro. Sólo sabemos que millas allá, un tal Roschid nos ha votado a nosotros. Si no me equivoco, somos las 3 últimas personas del planeta.  

En DISCORDIA, no puedes cambiar o revertir tu voto. Cuando voté a Johnson no sabía que  aún había otro usuario más en la tierra, por lo que ahora, Roschid tiene nuestros dos votos negativos. Johnson tiene el mío y el de Roschid, y yo tengo el voto negativo de ellos dos.


¿Y ahora qué?

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