Si esto es en lo que consiste; si estás son las paredes, entonces
lo he logrado.
Puedo decir que he marinado mi polla en azúcar, puedo decir
que he liderado una expedición a bordo de un patín, puedo decir que he robado
porno con mis propias manos.
Paseo por la calle donde vomitamos las cuentas pendientes.
Me pregunto qué dirán os demás, cuando se pregunten a sí mismos lo que han
hecho con sus vidas.
Mi cabeza da muchas vueltas, he procurado no reírme
demasiado de nadie. Cuando era pequeño ya me burlé todo lo que me tenía que
burlar del mundo, así que ahora procuro tratarlo con algo de respeto. Cuál es
mi sorpresa al ver que a mi edad, hay gente que sigue sin respetar nada.
Algunos ahora se ríen de mí. Por suerte me importa más bien poco, pues la muerte
nos acaba enfrentando a todos. Y aquellos que piensan que han obtenido mayores
logros que un servidor, ¿quiénes son para realmente juzgar?
Cuando nos encontramos todos en la misma fila, esperando el
veredicto final, qué más va a dar si has llegado descalzo o con tacones? Cuando
esperemos, disciplinados y sin manera de evadirlo, el último suspiro, quién
coño se va a poder jactar de qué? Lo he visto en algún lugar, lo he oído alguna
vez. La muerte, la herramienta más democrática.
Si lo piensas cuando aun dura el fugaz paseo de la vida, se
te van las fuerzas de la maldad. Es imposible querer perturbar a nadie cuando
sabes que todos acabamos en el mismo hoyo. Y en ese lugar donde pudo haber oscuridad,
solo hay una especie de cortina de agua transparente. Aunque no sepas en qué
consiste nada, te sientes limpio y sin cargas. El arte del respeto hace más
llevadero el camino. Y eso, eso no te lo enseña ninguna religión. No te lo
enseña absolutamente nadie. Para entenderlo de verdad, lo aprendes solo.
No comments:
Post a Comment