Aquella tarde la implosión fue poco importante; Suponen los expertos, que ayudó que fuera ya jornada intensiva; Los generadores de blosones Giggs 2 que se ubican entre las principales arterias que riegan el cráneo de Cucumber, y las ansias espirituales de este, trabajaron, deducimos, al 45%. Lo suficiente como para generar una obertura en nuestra realidad, pero sin fuerza para arrastrar almas humanas. Aún así, los principales campos electromagnéticos de la zona, se resintieron levemente, alterando las leyes físicas habituales en su funcionamiento, y dando lugar a colapsos en la red de Internete y desorientación en las aves migratorias que se encontraban en ese momento en los pantanos del Baix Llobregat.
La gente que estaba cerca de él, sin embargo, sí que percibió una perdida de equilibrio momentánea, y algunos afortunados, o desafortunados, pudieron ver durante unos segundos preciosos una extraña combinación de realidades que entre ellas creaban una nueva existencia efímera de lo cómico, pues la traza de humor actuó como soldador de ambas dimensiones.
Hemos hablado de nuevo con uno de los trabajadores que debido a su alta sensibilidad a los cambios elecrtomágneticos provenientes de almas enfurecidas, ha podido visualizar el resultado de la combinación fugaz de nuestra realidad con otra; una más de los millones y millones que transitan por el Aro de Deposición. Estas son sus interesantes declaraciones:
“Vi cebollas por cabezas; nubes por pómulos; la languidez perecía en forma de psicodélicas melodías. David Bowie venía a visitarnos y me invitaba a hacer el amor con la chica más guapa de la oficina. Cualquiera le llevaba la contraría…”
[…]
“Después la cebolla de trasladaba y ejercía de reveladora de la verdad formándose en la cabeza de una persona aparentemente ajena a la bacanal de color que acontecía. Pero esa persona resultó ser la cebolla perfecta, incluso por la maldad que albergaba y la perfección de su cráneo, sin esquinas ni protuberancias”
“La fuerza de David Bowie era impresionante, quizá era el vínculo más definido para con la realidad de siempre. De pronto entendí que Bowie Ya había viajado cientos de veces a realidades paralelas. Por otro lado, el hombre del Haba NegraH tocaba el tam-tam insistentemente, invitándonos a despojarnos de nuestra parte humana para convertirnos en griterío, jadeos y gruñidos, hedor, sudor… a fin de cuentas salvajismo… a partir de aquí… no quiero explicar nada más”
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