Debería empaquetar mis maletas, sí; debería arrojar a cara pepino a la cuneta; Ahí estamos, él y yo en el automóvil: Yo no me fío de él, él de mi tampoco. Pero un proyecto común nos ha unido. Un proyecto cada vez más quebradizo. En cualquier momento se tirará encima de mí… si no lo hago yo antes.
Soy un joven de 27 años de Colorado, pertenezco a una realidad paralela a la vuestra. Prácticamente la única diferencia que hay entre vuestro mundo y el nuestro, es que nosotros conocemos la existencia del vuestro, y vosotros ignoráis el nuestro.
Si os digo que me llamo Tom Blacke seguramente os dará igual, pero si os confieso que he asesinado ya a 17 altos cargos de las empresas y bancos más importantes de Estados Unidos, seguramente querréis saber algunas cosas más de mí.
Sí, aquí también nos asola una crisis cruenta. Igual que en vuestro mundo, las cosas han ido yendo de mal en peor… Aún así, la gente prefiere morirse de hambre tirada en el sofá de casa que salir a la calle a luchar por sus derechos. Creedme cuando os digo que antes de llegar a el extremo de aniquilar todos esos peces gordos, lo intente de muchas otras formas. Pero ninguna fue tan efectiva como esta. No me considero un amante de la lucha armada ni de la violencia. Para mí, lo que hago es ejectutar una herramienta de contro sobre las empresas y los bancos, tiranos todos ellos, que en el marco de esta crisis han encontrado vía libre para hacer y deshacer a su antojo.
En la actualidad, soy el delincuente más buscado en todo el mundo, pero lo más divertido del caso, es que me atribuyen 43 asesinatos, cuando yo sólo he matado a 17 personas. Eso significa que no estaba equivocado cuando ideé mi plan. Estoy seguro de que la policía sabe que no solo hay un asesino, que ya somos más, pero no quiere hacer público este dato, porque eso significaría esparcir más el temor sobre las más altas esferas de las grandes corporaciones. Eso significaría admitir que les estamos ganando la partida.
Me consta que algo está cambiando. Los capos de las empresas de todo Colorado ya se empiezan a echar atrás en sus políticas agresivas de despidos. Hace casi dos años que empecé a matar y por fin el congreso empieza a tenerme(nos) en cuenta a la hora de tomar sus decisiones. Si de algo me he dado cuenta desde que empezó todo esto, es que si eres un poco inteligente, es fácil huir de esta ley podrida y corrupta.
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