En el camino de los desencontrados de nuevo; me invade una felicidad sobrehumana…. Lejana a lo que te pueda dar con mi sudor y mi día a día.
Las sensaciones se han ido revelando, y por fin puedo decir algo con cierto significado: La inspiración está en la comprensión de uno mismo a veces, pero también en la comprensión de los demás hacia uno mismo.
Este fin de semana vinieron los aires de la otra punta de Europa a mis calles, y me mecieron como nunca me ha logrado mecer el aire viciado de esta ciudad cargada de estupideces y luces que ciegan.
Y aprendí, o por fin apuntalé en mi alma, una lección clara:
No puedo andar con alguien por pena, por continuidad, o porque no hay nada mejor. Hacer eso significa renunciar a una punta de creatividad que hoy por hoy, necesito.
Eso es lo que me has enseñado con tu visita fugaz; eso es lo que me enseñas mientras vuelvo a notar la necesidad de crear.
Y no es tan sencillo ni tan frío; por evidenciar esto que siento, he de pagar algo a cambio, que es el dolor de tu marcha; supongo que una cosa va ligada a la otra; Si escribo es para relleñar un hueco en que tú encajabas perfectamente; un hueco que hasta hace bien poco creía olvidado.
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