Lunes; hoy hablo de Lunes como quién habla de cualquier extensión incómoda de su cuerpo. Es lo habitual.
Ayer pasaron demasiadas cosas difíciles e incómodas; y eso que era domingo. Primero paso por dealnte de mí la ilusión que se cansa, y después un gesto por tu parte. Un gesto que puedes averiguar si te digo que ahora mismo escucho “already over me”. Sí, sabes por donde voy. Un gesto de lástima. Desperté tu lástima y desperté la lástima de una ilusión potencial y pendiente.
Me dijiste de bajar a hacer una caña aquél mismo domingo, después de semanas, meses sin saber de ti.
Antes ya había charlado con tu amigo, y él me había dicho que te sentías mal por haberme tratado como me trataste en su día. Que justo después de la confesión de tu amigo me enviaras aquél mensaje no fue la mejor manera de volver a saber de ti.
Pero da igual, aquí estoy, pensando que cabe la posibilidad de volver a quedar contigo.
Quizás un cigarrillo que ofrecerme, quizás una redacción que hacer, quizás un brainstorming…
No sé, dadme algo para evitar este disstrés por llamarlo de alguna manera. Este vacío que me hace pensar en ella aunque no quiera.
Debería ir pronto a Andorra. Al “punt de trobada”… según parece, allí daré conmigo mismo de nuevo. Porque siempre me escapo de mí mismo, y me he de ir a buscar. A veces, con la edad, me canso de ir detrás de mí. Porque cuando salgo a por mí, no me encuentro la gran mayoría de veces. Suelo andar por ahí perdido sin demasiado que hacer.
El otro día por ejemplo, me pasé un buen rato viendo jugar a unos muchachos a petanca allí cerca de glories. Viendo cómo entre ellos desplazaban sus pelotas para putearse. Esos tíos eran muy buenos.
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