Friday, June 04, 2010

Esquela 341: Geez Laweez

Quizá haya un momento para la calma y el césped. Coma césped por toda la cara, me restrieguen olor a césped, me carguen de hierba la boca.

Algunos dirán que si la hierba es de urbanización pierde todo la gracia.

Pues resulta que a mí me sirve igualmente la hierba de la urba.

Y ahí estoy. Por fin.

:

Mi lengua en contacto con la hierba, y tú con el pandero irlandés y la varilla. Entras en silencio al principio. Después le empiezas a dar. Bailamos simétricamente. Somos medievos aunque la hierba sea de la urba. Y por fin encuentro un lugar al que regresar cuando el mundo me satura: tu merced o regazo.

No sé aún hacia dónde voy. Como es habitual, no miro hacia delante. Solo escruto los laterales. Voy viendo pasar árboles, montañas y andenes. Creo que se hace así.

Tú, asientes desde el otro lado del coche y vuelves a sacar la pandereta.

Vuelta a empezar.

Y así probamos la hierba juntos.

Cosas peores se han visto.

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