Es el primer día, después de tanto tiempo, que siento que ésta es mi casa. O si no es mi casa, es un lugar en el que puedo escribir; en el que tengo que escribir. Una especie de hogar por lo que ahora siento. Un punto de encuentro.
Me miraría al espejo y me preguntaría qué me pasa.
me gustaría encontrar una respuesta sencilla.
Un "no importa, si te hace sentir bien, echa el resto por ello por una vez en tu vida".
Me gustaría encontrar una certeza; una sensación pura que sólo depensa de mí.
Sentirme ubicado es un paradójoco anhelo-temor permanente. Per si llega el momento en que escriba las lineas con la misma fuente de la pasión que los demás, quizá no esté tan mal dejarme llevar. Dejar que mi mano escriba sola.
Las piedras en que los demás han soñado también pueden ser suspiradas por mi.
Vamos a ver qué leo a partir de aquí;
Me miraría a un espejo si tuviera uno, pero nunca creí en la autocontemplación, ni en los sueños comunes... hasta hoy, que me veo dudar.
Domingo en casa.
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