Después pasa que te topas con integrantes de culturas lejanas y por lo menos quieres aparentar el manejo básico de las herramientas prácticamente preconcebidas por nuestra sociedad. Entre ellas el vehículo. Es como una especie de tarjeta de presentación. Es el movimiento básico que ella espera de mi: Un volantazo.
Pero nada, me presentaré y aún delante de ella no sabré que estoy haciendo ni qué voy a pretender. y hablo enserio. ¿qué porqué estoy yendo hacia allí, entonces? Voy porque... voy? o no voy? Mañana es viernes, siempre puedo decir que me retiro pronto porque al día siguiente hay que madrugar. Creo que eso lo entenderá.
No sé qué coño hago. Qué reparo... Pero no puedo decir no, no sé decir no. Me gusta no saber decir que no.
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