Ahora solo quedan las estrellas y el rumor del mar.
Otra vez mi vista vuelve a caer en mis manos vacías. Si agarro algo, solo es un puñado de tierra que pronto se filtrará entre mis dedos y volverá a mezclarse con todo lo que anteriormente la sustentó.
Paseo, no sé a donde voy. Espero alguna especie de señal que me dé una explicación. Me siento desorientado y tengo vértigo. Más aún cuando pienso que lo que me está permitido pensar es lo que se le permite pensar al resto del mundo.
Qué lástima pensar que aún gastando todos los cartuchos no voy a acertar más allá del centro de la diana. Porqué siempre ha de haber algo detrás de las cosas? Porqué siempre me he de desilusionar cuando me pongo a reflexionar enserio? Porqué esta horrible sensación de caminar sobre lo ya caminado? Dando vueltas para escupir la misma mierda.
Solo hay un poco de paz, y queda justo entre los elementos naturales. un poco de sosiego. No me revelan la solución, pero cuando les pregunto a ellos, obtengo una sonrisa burlona... eso es que por lo menos me escuchan.
Después, llego a casa y me siento cómplice de algo que desconozco. Como si supiera que mi mejor amigo es una de aquellas personas extrañas que toman café en el bar de la esquina. Y peregrino por el mar de la incertidumbre.
Incluso ya no tengo ganas de encontrar a Carolina, Carolina, Carolina. Prefiero quedarme con su recuerdo que emborracharme con ella, tenerla una noche, y cansarme de ella. Prefiero que teja y teja en mi cabeza, prefiero que sus manos esculpan mi imaginación y tracen parábolas imposibles en el mínimo espacio temporal, aproximándome así, a la ruptura con las 3 dimensiones.
Carolina, otra chispa que creyó ser cohete.
Qué pasa si se acabó todo? qué pasa si ya no tengo ganas de creer más que en mi propio recipiente? Me ahogo entre seres humanos. Soy una jarrra a la que se asesina echándole agua.
No comments:
Post a Comment