Mi sangre se está volviendo agua o qué?
Los mosquitos ya no me pican; no me quieren matar.
En el patio se amontonan cientos de suegras que barren y barren y charlan sin parar. Después las ves en las piscinas, colmando todos los carriles de la charca artificial. Con su gorro y sus carnes cansadas que cuelgan y que parecen cobrar una puntita de pundonor cada vez que se liberan de la presión que ejerce sobre ellas la malla del bañador.
Suegras que charlan de lo que van a cocinar para sus nietos. Ahí se postran, en el pequeño trampolín de la piscina. Dificultan mi paso. Pero si sus risas andan llenas de brío y vigorosidad, no encuentro las fuerzas para culparlas de nada.
Suegras que después se reunen en el yacuzzy. Suegras siderales, suegras congregadas en el templo de los deportistas. Suegras que participarán en la enésima edición de International SuperStar Sogger.
Quizá por ello decidí centrarme en el voley playa. pero allí no encontré tanta bondad. Solo torsos depilados. Justo como el mío. "Soy tan estúpido como ellos?",a veces me pregunto. "o a caso soy la única persona que se afeita los pectorales y cree honestamente tener algo que aportar a su propia vida más allá de los remates y de los gorros que propina a sus rivales?".
Yo busco como todos la aprovación de los de mi alrededor. Pero no la busco de la manera usual. Ahí aparece el conflicto con mi ego.
ME he dado cuenta de que para según que cosas ya no hay marcha atrás. tengo 25 años. para según que cosas, más vale tomar ya una postura definida. He decidido que no voy a decir siempre lo que quieren que diga. No puedo. No lo siento. y si alguna vez lo forzara, ellos se acabarían dando cuenta de que finjo. Temo mostrarme como soy y que los demás piensen que precisamente soy un actor. No es verdad, coño.
Hay gente como yo; escéptica con los noevovenidos, reservados, recelosos, prudentes con según qué situaciones que suceden demasiado rápido.
Suegras del mundo; yo os escucho. Vosotras vivís en una dimensión cercana a la mía. por lo menos más cercana que la que debería, en principio, estar al lado de la mía; la de los torsos afeitados.
Y así voy viviendo. Con el torso afeitado y con inquietudes más propias de suegras que de chulos de playa. Me muevo entre dos aguas. Soy el piquilibrista de Kellog's
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