Ahí está.
Plácidamente posada. Parece que me observe y que me diga que me va a llevar a cualquier lugar. Me promete virtud y tranquilidad; espacios comunmente soñados, sí.
Sitios a los que nadie puede llegar, cual Land Rover aguerrido.
Mírala.
Dorada ella, con su cuerpo de bota y con más corazón que las personas. Mucho más.
Me invita a sentirla; ese es el precio del trayecto.
Todos los sitios del mundo se pueden reversionar a través de ella, se pueden crear nuevos.
Se puede vivir a su lado.
Así es ella; y yo le prometo lealtad y entrega, máxima devoción.
Son las tres de la tarde y me Marcho a Chicago petándola. Voy a estar siempre con ella; Vamos, que no es necesario que preguntes por mí. Ya sabes la respuesta.
Voy a dar un poco más de lo que levo dentro; A reventarme a cabezazos; A estrangular el verano.
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