Esquela 181:Qui vol jugar a l'escondite?

"qui vol jugar a l'escondite?"

"qui vol jugar a l'escondite?"

"qui vol jugar a l'escondite?"

Sucedía en el patio. Algunos nos dedicábamos a comernos los mocos. Otros los mezclaban con tierra para lograr un material moldeabloe como el barro. Todos teníamos una misión distinta. Nadie permanecía aburrido durante el recreo. Siempre desperdigados por ahí.

Pero a veces sucedía. Un milagro.
Todo iba rápido, muy rápido: Nos poníamos deacuerdo dos críos, nos pasabamos cada uno, un brazo por encima de los hombros del otro, y entonces, empezabamos a pregonar, caminando por la zona:


"qui vol jugar a l'escondite?"

"qui vol jugar a l'escondite?"

"qui vol jugar a l'escondite?"

Después algunos nos escuchaban, levantando la cabeza. Dejaban la "terra fina" abandonaban sus suaves "bolets", y entonces, engarzaban también sus brazos en nuestros cuellos y afinaban sus cuerdas vocales, para acompañarnos en nuestra "cantarella".

Al final, siempre conseguíamos el número necesario de mocosos para empezar a jugar. Nunca fallaba.

Pero no entiendo cómo no se reconoce este método, como gesto de valor cultural incalculable.

Yo me he acordado de aquello por azar. Vaya una lección que debíamos dar a los mayores... Lecciones que dimos, lecciones que olvidamos.